En 37 años, únicamente dos personas han sido declaradas médicamente curadas del VIH/sida. Sus historias pueden representar una esperanza para encontrar la cura, aunque no todos piensan lo mismo.
Aquí te detallamos cómo fue que Timothy Brown y Adam Castillejo se curaron de una enfermedad sin cura que ha terminado con la vida de millones de personas en todo el mundo.
Bienvenidas y bienvenidos a un nuevo Explicador.
Ojo: Timothy Brown falleció el 30 de setiembre de 2020, a raíz de una lucha de 5 meses con leucemia.
Primero un recordatorio: qué son el VIH y el sida
--El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) fue descubierto en 1983. Se suele transmitir a través de actos sexuaes, flujo de líquidos corporales, o usos de jeringas o agujas.
--Este virus es el que, si no se controla, permite el desarrollo de la enfermedad del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
--El virus no tiene vacuna y la enfermedad no tiene cura.
--Unas 32 millones de personas han muerto a causa del sida desde que se descubrió hasta la actualidad. Y unas 38 millones viven con el virus o la enfermedad actualmente.
--El VIH ataca el sistema inmunitario del cuerpo. Con el tiempo, este virus puede destruir tantas células que el cuerpo pierde su capacidad de luchar contra las infecciones y las enfermedades.
--El sida es la última etapa de la infección por el VIH. A medida que la infección por VIH se desarrolla en sida, incrementa la concentración de VIH en el cuerpo y disminuye la cantidad de células CD4 (un tipo de glóbulos blancos).
--A causa de ello, el sida fue particularmente mortífero en las décadas de los 80s y los 90s, pero actualmente hay forma de controlarlo. Si se sigue el tratamiento al pie de la letra, se puede llevar una vida normal. Eso sí: es un tratamiento caro y venderlo es muy lucrativo para las grandes farmacéuticas que lo fabrican y distribuyen.
--Los medicamentos para tratar el VIH pueden evitar que dicha infección se convierta en sida. El tratamiento con medicamentos para el VIH y sida se llama terapia antirretroviral, y se recomienda para todas las personas que tienen el virus. Los medicamentos no curan la infección por VIH, pero la convierten en una afección crónica manejable. A la vez, reducen el riesgo de propagar el virus a otras personas.
--En Costa Rica, a diferencia de por ejemplo Estados Unidos, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) da el tratamiento a las personas y estas no deben adquirirlo en el mercado privado.
--Actualmente, unas 38 millones de personas viven con VIH o sida en el mundo (en total, unas 75 millones han sido infectadas con VIH desde que se tienen registros).
--El total de personas fallecidas por sida es de 32 millones.
Ojo: Si la persona que porta el virus no sigue el tratamiento antirretroviral estrictamente, este patógeno mata a la persona al desencadenar el sida cuando las defensas del organismo están muy bajas. Entonces, llegan las llamadas ‘enfermedades oportunistas’. Cualquier infección con bacteria o virus que se remedia fácilmente con un sistema inmunitario normal, pero que en alguien con sida causa daños graves a la salud; incluso la muerte.
Todos los datos que acabás de leer son de los Institutos de la Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS.)
Los dos únicos casos que han sido curados
Caso #1: ‘El Paciente de Berlín’
Quién: Timothy Ray Brown, estadounidense
Edad: 54 años (falleció el 30 de setiembre de 2020, por cáncer en la sangre).
Condición médica previa al tratamiento: Diagnosticado con VIH en 1995 y posteriormente enfermo de leucemia (cáncer en la sangre).
Cuándo se anunció que estaba curado de VIH: En 2008. Se lo llama el ‘Paciente de Berlín’ para proteger su identidad y porque fue tratado y curado en Berlín, capital de Alemania.
A partir de 2010, la identidad de Brown fue publicada y él mismo dio entrevistas y participó en congresos y estudios científicos para ayudar en la búsqueda por una posible cura para el VIH/sida. Se lo conoce como la primera persona curada del virus.
En 2020, volvieron a detectarle leucemia, y, tras una batalla de cinco meses, falleció en setiembre.
Si te interesa el caso y entendés inglés, se recomendamos mucho este reportaje publicado en la New York Magazine: The Man Who Had HIV and Now Does Not
Caso #2: ‘El Paciente de Londres’
Quién: Adam Castillejo, venezolano.
Edad: 40 años.
Condición médica previa al tratamiento: Diagnosticado con VIH en 2003. En 2012 le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin, un cáncer que afecta las células del sistema inmunitario.
Cuándo se supo que estaba curado de VIH: En 2019. Se lo llama el ‘Paciente de Londres’ para proteger su identidad y porque fue tratado y curado en Londres, capital de Reino Unido.
A partir del pasado 9 de marzo de 2020, su identidad fue revelada porque Castillejo ya ha pasado 14 meses sin que el virus se le pueda detectar. Se lo declara curado del VIH/sida y se convierte en la segunda persona en el mundo con esta característica.
Tratamientos y la mutación CCR5 Delta 32
Las similitudes entre el caso de Brown y el de Castillejo, es que ambos tenían el VIH y ambos tenían cáncer. Detectados los dos males, se les aplicó un tratamiento para combatir los dos al mismo tiempo: un trasplante de células madre con un donante muy raro. Y aquí está el secreto.
Como dijimos anteriormente, el VIH/sida ataca las células CD4 (un tipo de glóbulos blancos), que son parte importante del sistema inmunitario. Su función principal es activar el propio sistema, alertándolo de la presencia de patógenos o de una replicación errónea de células.
El doctor alemán Gero Hütter, quien le aplicó el tratamiento a Timothy Brown, buscó a un donante de células madre con una mutación llamada CCR5 Delta 32 en sus células CD4. Esta mutación rara en la humanidad hace que las células CD4 sean prácticamente inmunes al VIH.
La CCR5 es una proteína en la superficie de las células CD4 que funciona como una puerta de entrada para que el VIH entre en la célula.
La mutación CCR5 Delta 32 remueve esta entrada e impide que el VIH entre en las células CD4, lo que vuelve al portador de la mutación prácticamente inmune al VIH/sida.
Esta mutación no es común. Es un gen alternativo o alelo que se encuentra de forma doble en aproximadamente un 14% de europeos, y es más raro en otras poblaciones.
A Hütter le tomó 61 intentos encontrar a un donante homocigoto (con los dos alelos iguales) con esta mutación, que estuviera dispuesto a colaborar con el trasplante de médula ósea para Timothy Brown.
Hütter sabía que esta mutación podría ayudar a Brown, pero no era su intención buscar una cura del VIH, sino curar la leucemia.
600 días después del trasplante para atender la leucemia, Brown estaba sano y sus niveles de VIH en la sangre eran indetectables.
Brown lleva más de una década sin el VIH y ahora participa con frecuencia en actividades sobre el virus y la enfermedad.
Por su parte, el venezolano Adam Castillejo, que lleva 30 meses sin el virus, pasó por algo similar.
Castillejo creció en Caracas, venezuela, pero se mudó a Londres en 2002 allí reside desde entonces. A comienzos de marzo su historia se publicó en exclusiva en el New York Times, donde él afirma que ahora quiere ser un “embajador de la esperanza” para los enfermos con VIH/sida.
Castillejo fue diagnosticado con el virus en 2003, cuando tenía 23 años. En 2011 fue diagnosticado además con un tumor maligno que afecta los ganglios linfáticos o el bazo.
Recibió quimioterapia por algunos años para atender su cáncer, pero la agresividad de este tratamiento condujo a los médicos a recalibrar su terapia contra el VIH.
Después de un tiempo, en 2017, se decidió practicarle a Castillejo un trasplante de médula ósea para confrontar el avance de su cáncer.
Para la buena fortuna del latino, uno de los donantes compatibles con su perfil genético tenía la misma mutación rara que curó a Timothy Brown. Aquí, entonces, los médicos eligieron probar la receta que había dado frutos positivos en el pasado.
El tratamiento contra el cáncer también podría curar el VIH. Era la ocasión para poner a prueba la replicabilidad del caso Brown. Y fue un éxito. Se reemplazó al sistema inmunitario de Castillejo por uno resistente al VIH.
¿Replicable o no?
El caso de Adam Castillejo comprueba que sí es replicable el tratamiento de Timothy Brown. Y no solo el caso de Castillejo. Actualmente hay un ‘Paciente de Düsseldorf” que obtuvo el mismo tratamiento y lleva 3 meses y medio sin presentar el virus. La ciencia espera que cumpla al menos 18 meses para anunciarlo como la tercera persona curada de un mal sin cura oficial.
O sea que sí es replicable. Pero es un tratamiento agresivo, peligroso, costoso y difícil de hacer. Un trasplante de células madre puede costar más de $250.000 en Estados Unidos. Y hay riesgo de muerte inminente.
En una entrevista con la revista científica Nature, el investigador del Imperial College de Londres, Graham Cooke, apuntó tras conocerse el caso de Castillejo, que para un paciente con VIH que no necesite un trasplante de este tipo, esta medida puede ser “mucho más riesgosa que tomar pastillas antirretrovirales todos los días”.
Autoridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han felicitado los hallazgos pero han prevenido que no es un tratamiento disponible para los casi 40 millones de pacientes con VIH en el mundo.
Además, los medicamentos actuales antirretrovirales funcionan de forma comprobada para tratar el virus y la enfermedad, dándole a los pacientes la posibilidad de una vida normal. Sin embargo, dependiendo de los países y los sistemas de Salud Pública, los costos para llevar una vida normal pueden ser altísimos (entre $14.000 y $20.000 por año en Estados Unidos).
Los casos de Brown y Castillejo, eso sí, abren más la puerta para una posible búsqueda de la cura del VIH/sida, aunque el “establishment” médico no se muestre tan interesado en ello.
Controversias de estas curaciones paradigmáticas
¿Recordás cuando dijimos que los antirretrovirales son un buen negocio? Bueno, pues tras su producción y venta hay grandes corporaciones que hacen parte del establishment médico (entiéndase los grandes tomadores de decisiones; la clase dominante de la industria mundial).
Cuando el doctor alemán Gero Hütter trató de publicar su hallazgo tras liderar al equipo que logró curar al primer paciente con VIH en el mundo, lo que encontró al tocar puertas fue escepticismo y reticencia. Ni él ni su equipo hacían parte de Cambridge o Harvard como para aparecer de la nada con la cura del VIH.
Lo que algunas personas podrían considerar válido como un posible Nobel de Medicina fue tratado sin importancia en la comunidad científica.
A finales de los 90s y principios de los 2000s, ante la mejoría de tecnología en los tratamientos del VIH, pero al comprobar que estos no tenían la posibilidad de destruir al virus sino únicamente contrarrestarlo, mucho dinero dedicado para encontrar una cura se cortó y se giró hacia la mejora de justamente eso: el tratamiento. Se instauró la idea que prevalece hoy más que nunca: podemos vivir con VIH.
En 2008, cuando Gero Hütter trató de publicar su curación de VIH en el reconocido New England Journal of Medicine de Boston, ciudad donde está Harvard, se le negó la oportunidad. Y en la conferencia sobre virus de Boston del mismo año, se le dio solo un pequeño espacio para una presentación.
La periodista Tina Rosenberg, quien publicó la historia a fondo de Timothy Brown y Gero Hütter en 2011, explicó que el establishment, como todos los establishments, suele dudar de quienes provienen de afuera. Hütter llegó siendo un joven doctor que no era prominente ni siquiera en el hospital donde trabajaba, con un experimento exitoso nunca antes realizado en la medicina. No muchos lo tomaron a bien. Lo tomaron incluso con rivalidad. Y cuando se volvió imposible seguir ignorando su historia, lo que se resolvió fue que era un tratamiento tan único y costoso, que lo mejor era no darle mucho eco.
En todo caso, si la humanidad llega a desarrollar una cura contra el VIH, las grandes farmacéuticas que fabrican y venden los antirretrovirales deberán cerciorarse antes de no tener grandes pérdidas económicas.
Sea como sea, ahora no hay un solo caso como el de Timothy Brown sino dos. Y pronto podría haber tres.