La llamada Ley Bitcóin de El Salvador entrará en vigencia este martes 7 de setiembre, entre una desconfianza generalizada de los salvadoreños (8 de cada 10 desconfían de la ley) y un apoyo ciego por parte de los seguidores más cercanos de Nayib Bukele, el presidente que decidió introducir esta legislación en el país casi al dedazo.
Desde el pasado 1.° de mayo, el bukelismo tiene mayoría calificada en la Asamblea Nacional de El Salvador, gracias a lo cual el Ejecutivo lleva a cabo sus designios sin oposición.
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En la primera sesión del Congreso con dicha mayoría, Bukele defenestró a los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional, y los reemplazó por funcionarios afines a Nuevas Ideas; su partido. Ese día, además, despidieron de su cargo al fiscal general de la República, y la vacante fue ocupada por Rodolfo Delgado, también afín a Bukele.
Pues bien, fue en este marco en el que se aprobó la Ley Bitcóin el pasado 9 de junio. Esta legislación hará de la criptomoneda una divisa nacional oficial (moneda de curso legal), a la par del dólar estadounidense. Entre otras cosas, esto obligará a que todas las personas que participan de la economía (“agentes económicos”) estén en la obligación de aceptar bitcoines.
Explicamos el panorama salvadoreño a un día de la entrada en vigencia de esta legislación.
Ojo: breve recapitulativo sobre el bitcóin (¿qué es?)
--El bitcóin es una criptomoneda inventada en 2008 por una persona o un grupo de personas desconocido, bajo el nombre de Satoshi Nakamoto.
--Una criptomoneda es un activo digital diseñado para usarse como medio de intercambio que utiliza una criptografía fuerte para asegurar las transacciones. Son un tipo de divisa alternativa, y están muchas veces descentralizadas, como es el caso del bitcóin (los bancos centrales no las regulan).
--Son un tipo de moneda virtual que no tiene un emisor concreto y que están protegidas por criptografía mediante la llamada tecnología de cadenas de bloques (blockchain).
--Existen decenas de criptomonedas en la actualidad, pero ninguna vale tanto ni es tan popular como bitcóin. Algunas otras criptomonedas son ethereum, litecoin, monero y gnosis.
--El precio del bitcóin --y el de otras criptomonedas-- es volátil, y responde estrictamente a la oferta y demanda. El valor de las criptomonedas se apoya únicamente en la expectativa de que otros agentes también las valoren y utilicen. La diferencia entre el dólar estadounidense y el bitcóin puede ver cambiar su valor hasta un 10% en cuestión de horas.
--En abril de 2021 el precio unitario del bitcóin llegó a su pico histórico: $63.700. Este 6 de setiembre, a un día de la entrada en vigencia de la Ley Bitcóin salvadoreña, el precio de la criptomoneda se ubica en $51.700.
--Una persona interesada en bitcoines no tiene que comprar un bitcóin completo, sino que se pueden adquirir montos de fracciones. Un bitcóin se puede dividir en 8 posiciones decimales. Es decir, uno puede adquirir 0.00000001 bitcoines.
Ley Bitcóin de El Salvador: ¿qué es?
La Ley consta de 16 artículos separados entre disposiciones generales y disposiciones finales y transitorias.
Entre los artículos destacamos lo siguiente, que aparece en la ley:
--El cambio entre el bitcóin y el dólar estadounidense (moneda oficial de El Salvador) será establecido libremente por el mercado.
--Todos los precios de bienes y servicios en el país podrán ser expresados en bitcoines.
--Todos los impuestos podrán ser pagados en bitcóin.
--Todos los comercios y las personas que son agentes económicos tendrán que aceptar bitcoines como forma de pago cuando así les sea ofrecido por quien adquiere un bien o servicio (aunque quedan excluidas de la obligación quienes por hecho notorio o de manera evidente no tengan acceso a las tecnologías que permitan ejecutar transacciones en bitcóin).
--Para fines contables se utilizará el dólar como moneda de referencia.
--El Estado salvadoreño se compromete a capacitar a la población y promover mecanismos necesarios para que las personas puedan acceder a las transacciones en bitcóin.
--El Estado salvadoreño se compromete a proveer “alternativas que permitan al usuario llevar a cabo transacciones en bitcóin, así como contar con convertibilidad automática e instantánea de bitcóin a dólar en caso de que lo desee. El Estado promoverá la capacitación y mecanismos necesarios para que la población pueda acceder a transacciones en bitcóin”.
--Para no dañar al sector privado, el Estado proveerá alternativas que permitan al usuario contar con la convertibilidad automática e instantánea de bitcóin a dólares en caso de que lo desee.
--Antes de entrar en vigencia esta ley, el Estado se compromete a crear un fideicomiso en el Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal) que garantice la convertibilidad automática e instantánea de bitcóin a dólar. Aunque la ley no lo dice, Bukele tuiteó este miércoles 9 de junio que el fideicomiso será inicialmente de $150 millones.
Según dijo Nayib Bukele en una conversación en junio en Twitter Spaces, El Salvador trabajó junto a Jack Mallers para crear un texto legislativo sencillo. Mallers es colaborador de Forbes y es fundador y director de Zap Solutions y Strike, compañías tecnológicas relacionadas con blockchain y criptomonedas.
Ojo: Cuando se aprobó la ley, el reglamento para su puesta en marcha quedó pendiente de elaboración. Este reglamento ya fue elaborado por las autoridades financieras salvadoreñas y entrará a regir el 8 de setiembre, un día después de la ley.
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Esto lo más destacado del reglamento:
--El Estado creó la Chivo Wallet, una billetera o monedero digital para que los salvadoreños puedan enviar dinero en bitcoines a todos lados sin comisión de por medio (todavía no se sabe demasiado sobre su uso, pero será similar a otras billeteras digitales existentes). En teoría, también funcionará para cambiar bitcoines a dólares en todo momento.
Como vimos en este otro Explicador, existen muchas billeteras digitales para transar con criptomonedas. Chivo Wallet no será la única que se puede usar en El Salvador --de hecho los usuarios de bitcóin llevan años usando la divisa con otras herramientas en El Salvador y el mundo--, pero esta es la que creó el Estado, con una interfaz fácil de usar en pocos pasos y sin comisiones bancarias, según el oficialismo.
--El reglamento de la ley crea el término Proveedor de Servicios Bitcóin, que se define como “persona natural o jurídica que provee para sí mismo o para terceros servicios relacionados con el bitcóin”.
--Los proveedores deben registrarse en un listado oficial a cargo del Banco Central de Reserva (BCR de El Salvador).
--La Superintendencia del Sistema Financiero tendrá las facultades de supervisión y regulación, para garantizar que se cumpla con lo mencionado anteriormente, así como otras “normas de conducta y estándares de integridad y honestidad para evitar el lavado de dinero, entre otras cosas”, según publica La Prensa Gráfica, diario salvadoreño.
--El reglamento habla también de sanciones, pero no se detalla cuáles serían.
--Usar la criptomoneda en El Salvador es opcional, ha dicho Bukele, pero sus palabras contrastan con lo que dice la ley: que para los dueños de negocios o quienes trabajan en ellos (los agentes económicos), es obligatorio aceptar bitcoines como forma de pago, sepan o no hacerlo.
--La mayoría, por ahora, no sabe cómo se hace. Cuatro propietarios de negocios lo dijeron para un artículo de opinión en el Washington Post. En caso de que el 8 de setiembre un cliente les pague con bitcoines, esto harán: “amablemente le dirán que no pueden aceptar esos pagos, al menos hasta que sepan cómo hacerlo”.
Estas personas --igual que la gran mayoría del país al menos en los primeros meses-- podrán apegarse al artículo 12 de la ley:
“Quedan excluidos de la obligación expresada en el artículo 7 de la presente ley, quienes por hecho notorio y de manera evidente no tengan acceso a las tecnologías que permitan ejecutar transacciones en bitcóin. El Estado promoverá la capacitación y mecanismos necesarios para que la población pueda acceder a transacciones en bitcoin”.
Poca confianza, lo que puede ir mal al inicio y lo que puede ir bien
Aunque Nayib Bukele mantiene altísimos índices de popularidad (arriba del 80% según múltiples encuestas), el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de El Salvador reveló a través de una encuesta realizada en agosto, que 8 de cada 10 salvadoreños tienen poca o ninguna confianza en el bitcóin.
En la misma encuesta, se encontró que 66,7% de los encuestados cree que la Asamblea debe derogar la Ley Bitcóin.
Otra encuesta, realizada en julio por la Universidad Francisco Gavidia (UFG), encontró que 77,5% de los encuestados opina que establecer el bitcóin como moneda de curso legal es una medida nada o poco acertada.
Jaime García, investigador y economista del Incae y de Social Progress Imperative (SPI), considera que los legisladores omitieron un aspecto crucial a la hora de aprobar esta ley (se aprobó en aproximadamente 4 horas, con estudio de comisión incluido):
“Para evaluar una ley, hay principios básicos que deben de ser tomados en cuenta, como considerar la distribución de costos en la sociedad, algo que debe ser transparente. Hay que establecer explícitamente los cambios en el bienestar relativo de los grupos sociales. El efecto total debe ser positivo. Una ley debe ser diseñada como respuesta ante un resultado del entorno de la realidad nacional. Y en ese sentido esta Ley Bitcóin no parece atender la realidad nacional”.
--García recuerda que, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, solamente el 33,83% de la población salvadoreña es usuaria de Internet (instrumento indispensable para transar con bitcoines).
--Y de acuerdo al índice de inclusión de internet de The Economist, solo 8 de cada 100 habitantes tiene acceso a banda ancha fija.
--En términos de la brecha financiera, el 70% de los adultos no tienen cuenta bancaria de acuerdo a Bank of America.
--Y solamente 23.6% de los mayores de 15 años hicieron o recibieron pagos por medios digitales.
--A todas luces, no es una población lista para usar una criptomoneda como divisa nacional.
“La ley asume que todo agente económico cuenta con las capacidades para beneficiarse, pero la realidad nacional muestra lo contrario”, valora el economista Jaime García.
Sobre esta misma línea, Daniel Rojas, consultor y educador en criptomonedas, y administrador de la comunidad Bitcóin Costa Rica en Telegram, WhatsApp y Facebook, opina que al inicio habrá problemas y quizás hasta estafas.
“Creo que un cambio tan repentino para algunas personas sin afinidad tecnológica llevará a varias estafas. Pero esto se da por desconocimiento general y es algo que nunca se podrá erradicar por completo. Solo con la debida capacitación y experiencia se puede utilizar esta herramienta de una forma adecuada”.
El artículo mencionado anteriormente, y publicado en el Washington Post, escrito por Roberto Valencia, un periodista y escritor salvadoreño, lo pinta así: “(La ley) supura improvisación, incertidumbre y caos, adjetivos que no suelen gustar cuando se habla del bolsillo propio.”
Sin embargo, Daniel Rojas es optimista en cuanto a las oportunidades que la ley sí abre para las personas interesadas en la cripto divisa. Y para quienes logren adaptarse.
“No soy fanático de que el gobierno obligue a la población a hacer algo, pero creo que son muchas más las ventajas que las desventajas. Bitcóin y las criptomonedas son la revolución financiera y tecnológica más grande que ellos habrán conocido hasta ahora. Porque las criptomonedas representan libertad financiera. Libertad de tener mi propio dinero y manejarlo sin intermediarios ni gobiernos de por medio. Además, queda claro en el artículo 12 que hay excepciones para casos en donde no sea factible realizar pagos con bitcóines debido a la carencia de infraestructura tecnológica adecuada”.
“Algo que la gente no entiende con respecto a la volatilidad del Bitcoin”, continúa Rojas, “es que según la Ley Bitcoin, en los artículos 8 y 14, el Estado proveerá de alternativas para que todos los comercios puedan convertir instantáneamente el pago de bitcóin en dólares, usando exchanges (casas de cambio). Esto elimina el riesgo cambiario de cualquier transacción, dada la suficiente liquidez del fondo, claro”. (Los $150 millones iniciales que prometió Bukele).
Un beneficio directo que podría tener la ley en lo inmediato es el envío de remesas en bitcoines. Esto saltaría las comisiones comunes de empresas de uso diario “como Western Union o Moneygram”, según Daniel Rojas.
No obstante, esto no es algo que la ley permite ahora y que no se podía hacer antes. Al contrario: quienes saben de criptomonedas y quienes las usan, llevan años haciéndolo con o sin Ley Bitcóin. Y no solo en cuanto a remesas sino en cuanto a todo.
En este sentido, la legislación acaso lo promueve y puede potenciarlo con una educación adecuada de la población. Educación/capacitación masiva que, por ahora (a un día de que entre en vigencia la Ley Bitcóin), brilla por su ausencia.