La enfermedad covid-19 ha detonado un sinfín de teorías de conspiración sobre su origen y sobre su impacto. Los mismos gobiernos de Estados Unidos y China han proclamado públicamente que el nuevo coronavirus fue creado por su contraparte, en distintos momentos. Aunque la evidencia científica descarta la no naturalidad de esta enfermedad.
Pero una de las teorías que gana más adeptos conforme avanza la crisis es la que liga al nuevo coronavirus SARS-CoV-2, el que transmite el covid-19, con la tecnología 5G de red inalámbrica.
Según miles de personas en el mundo, incluidos los actores Woody Harrelson y John Cusack, así como la cantante Keri Hilson, el 5G ayuda a los efectos negativos del virus.
En este Explicador hacemos una radiografía sobre esta teoría de conspiración y buscamos qué dice la ciencia al respecto. ¿Hay algo de sentido en todo esto? Lo sorprendente es que no todo es tan descabellado como suena, porque el 5G sí puede llegar a lastimar el cuerpo humano, aunque long story short, las teorías son exageradas y no tienen pruebas que las sustente.
¿De dónde salió la teoría de conspiración?
Las críticas por preocupaciones sanitarias sobre la tecnología 5G no son nuevas, pero los señalamientos de que esta tecnología podría tener algo que ver con el covid-19 datan de al menos enero pasado.
En este artículo del New York Times, el periódico enumera cronológicamente la aparición de comentarios y publicaciones sobre el tema gracias a Zignal Labs, una plataforma californiana que ha estudiado hasta 699.000 menciones de teorías de conspiración sobre el covid-19 entre enero y abril de 2020:
--19 de enero. Un tweet decía lo siguiente:
“Wuhan tienen +5.000 estaciones de 5G ahora y tendrá 50.000 para 2021. ¿Es una enfermedad o es el 5G?”
(el tweet fue borrado posteriormente)
--22 de enero. Un sitio de noticias de Bélgica incluyó el comentario de un médico alegando que el 5G era dañino para la salud de las personas. Aunque no mencionaba directamente al nuevo coronavirus, el doctor mencionó “un posible vínculo con los eventos actuales”.
(el artículo fue borrado por el medio, pero según CrowdTangle, una herramienta de análisis de medios y audiencias, la publicación llegó a unas 115.000 personas).
--Febrero-abril. La teoría se exacerba en diferentes países a medida que los contagios de covid-19 aumentan exponencialmente. Grupos en Facebook, Instagram, WhatsApp, y YouTubers hablan cada vez más de esto, atrayendo también a celebridades.
El actor Woody Harrelson, con más de 2 millones de seguidores en Instagram, publicó en esa red social esta frase: “Muchos amigos han estado hablando sobre los efectos negativos del 5G”. Sus palabras iban acompañadas de pantallazo de un artículo sobre la presunta relación entre la tecnología y la enfermedad.
La cantante Keri Wilson, por su parte, también publicó contenido sobre esta teoría en Instagram, mientras que el actor John Cusack lo hizo en Twitter.
(los posts de las celebridades mencionadas fueron borrados de sus redes posteriormente, debido a críticas generalizadas y a la intervención de sus representantes).
En Reino Unido, el grupo de Facebook Stop 5G U.K., con casi 60.000 miembros, comenzó a circular mensajes en marzo para “traer abajo el 5G”. En la práctica, esto se tradujo a un movimiento de violencia contra antenas 5G.
Solo en abril, más de 50 antenas 5G fueron incendiadas o vandalizadas en Reino Unido. Países Bajos, Irlanda y Chipre también reportaron casos como estos.
Por ahora, Facebook (dueña de Instagram y WhatsApp), YouTube y Twitter toman acciones contra la desinformación sobre el covid-19 y han cerrado algunos grupos y eliminado publicaciones, pero no es fácil censurar una creencia que se propagó por todo el planeta, al igual que coronavirus.
Entender la tecnología 5G
El 5G es la nueva generación tecnológica de red inalámbrica. Es mucho más rápida que las que conocemos. En resumen, así podemos entender las diferentes generaciones:
1G: Telecomunicación analógica. Primeros teléfonos móviles que solo permitían hablar. Velocidad de datos: 2 kbps (kilobytes por segundo) / Su uso comercial, aproximadamente: 1980 - 1990
2G: Telecomunicación digital. Las llamadas y las conexiones tienen una calidad más robusta y confiable. Aparece el servicio de envío de datos con los SMS y MMS. Velocidad de datos: 64 kbps / Su uso comercial, aproximadamente: 1991 - 2000
3G: Esta generación instauró los estándares de tecnología inalámbrica que tanto nos gustan y usamos actualmente. Aquí apareció el internet en los dispositivos móviles, lo que nos permitió navegar en la web, usar el email, descargar videos, hacer videollamadas, compartir fotos, etc. Es el nacimiento de los smartphones. Velocidad de datos: 144 kbps - 2Mbps (megabytes por segundo) / Su uso comercial, aproximadamente: 2000 - 2010
4G: Velocidad de conexión a internet mucho mayor, con la banda ancha. Con esta generación pudimos reproducir videos en tiempo real (en vivo; streaming), usamos la realidad aumentada, transferimos muchos más datos de forma más veloz, y podemos entre conectarnos con más robustez. Velocidad de datos: 100Mbps - 1Gbps (gigabyte por segundo) / Su uso comercial, aproximadamente: 2010 - actualidad
5G: Esta nueva tecnología permite navegar con velocidades de hasta 10 Gbps (10 gigabytes por segundo). Esto es 10 veces más rápido que las principales ofertas de fibra óptica del mercado. Esto se podrá traducir en la transmisión de videos en 8K, descargar películas 3D en segundos, mejorar el manejo de automóviles sin conductor, entre muchos otros usos y mejoras a lo que conocemos. / Su uso comercial, aproximadamente: 2020 - ¿?
Para desarrollar estas velocidades, el 5G emplea frecuencias de radio mucho más bajas que el 3G o el 4G. Estas últimas, en el espectro electromagnético, usan frecuencias por debajo de los 6 gigahercios. El 5G utiliza frecuencias que van de los 30 a los 300 gigahercios. Grosso modo, estas frecuencias son las que van entre el uso de la radio y el uso del microondas, aparatos de uso diario.
¿El 5G causa daños a la salud?
Es una pregunta que genera debate incluso desde antes del covid-19.
Hay dos tips que son clave para encontrar información relevante sobre esto. Primero, tenemos que decirle a Google que nos muestre resultados anteriores a noviembre de 2019, cuando no se sabía del nuevo coronavirus. Y segundo, es preciso buscar en revistas científicas serias, renombradas.
En setiembre de 2019, se publicó en uno de los sitios de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH), el estudio “Comunicación Inalámbrica 5G y sus efectos en la salud”.
La investigación recopiló y analizó 94 estudios sobre efectos de las frecuencias radiales en el ser humano, y encontró que para el tercer trimestre de 2019, hace solo unos meses, no contábamos con suficientes datos científicos para determinar una conclusión clara de cuán dañina es la frecuencia radial utilizada por la tecnología 5G.
Las teorías conspirativas sobre el 5G y el coronavirus no dicen que el virus es producto de las antenas o de la radiación. Esto sería una absoluta idiotez que podés corroborar en este Explicador y en este otro. La mayoría de estas teorías insiste en que la radiación del 5G afecta al ser humano hasta el punto de debilitar el sistema inmune, lo que empeoraría la defensa natural contra el covid-19 y otros males de salud.
En julio de 2019, en un artículo de la revista científica LiveScience, Kenneth Foster, profesor de bioingeniería de la Universidad de Pennsylvania State, explicó:
“Hay confusión entre radiación ionizante y radiación no ionizante. Sobre todo porque ambos términos llevan la palabra ‘radiación’. Toda la luz es radiación porque es simplemente energía moviéndose a través del espacio. La radiación ionizante es la que es peligrosa porque puede romper lazos químicos”.
Como vimos en el espectro electromagnético (el gráfico de la BBC), los niveles de radiación del 5G no entran en este tipo de radiación.
La radiación ionizante es la que se encuentra en los rayos del Sol. Por eso usamos bloqueador cuando vamos a exponernos a su luz natural. También es la radiación de los rayos X que se usan en equipos médicos de radiología. Exponernos a estas máquinas una vez cada cierto tiempo no nos afecta en demasía, pero los médicos y técnicos que usan estas máquinas necesitan protección para no ver su salud afectada. Repetimos: esta no es la radiación que usa el 5G.
La radiación del 5G es no ionizante.
“El único daño a la salud que causa la radiación no ionizante, que podemos confirmar al 100%, es el exceso de calor”, advirtió Kenneth Foster en LiveScience. “En altos niveles de exposición, la energía de frecuencia radial puede ser dañina, producir quemaduras y otros daños térmicos, pero estas exposiciones ocurren únicamente cerca de transmisores radiales de alto poder, o en procedimientos médicos que salen mal”.
Al final de la publicación, Foster recomienda más estudios sobre el 5G. “No hay suficientes estudios sobre la toxicología de esta tecnología”, indicó el experto.
En un artículo mucho más reciente, fechado al 22 de abril de este año, National Geographic también se interesó en posibles daños que pueda generar el 5G en nuestro cuerpo. En él, NatGeo afirma que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa a la tecnología inalámbrica en general como un cancerígeno nivel 2B, aduciendo que algunos compuestos de esta tecnología son “posiblemente cancerígenos para los seres humanos”.
Pero sobre el 5G en específico, el pasado 27 de febrero de 2020, la OMS publicó en su sitio oficial una sección de preguntas y respuestas sobre posibles daños a la salud, donde indica:
“No se han encontrado efectos adversos en la salud ligados a la exposición de tecnologías inalámbricas. A medida que las frecuencias incrementan, hay menos penetración en los tejidos del cuerpo y la absorción de energía se aglomera más sobre la superficie del cuerpo, en piel y ojos".
"El recalentamiento de la piel es el mecanismo principal de la interacción entre campos de radiofrecuencia y el cuerpo humano. La exposición a los niveles de radiofrecuencia de las tecnologías actuales resultan en aumentos insignificantes de temperatura en el cuerpo”.
Como vimos anteriormente, la radiación no ionizante del 5G no destruye lazos químicos. Sus posibles daños, a falta más estudios, son superficiales. Por lo que se sabe hoy, el calor que pueden llegar a generar en nuestra piel es mínimo y no puede subirnos la temperatura. Pero en mayo de 2006, la OMS ya advertía sobre daños posibles de los campos electromagnéticos de la época.
En conclusión, el 5G, cuando esté mundialmente instalado a como lo está el 4G, puede llegar a causar daños en la salud, pero por ahora la OMS los cataloga como “insignificantes”. Hasta donde se puede corroborar, no existen pruebas de que el 5G dañe al sistema inmune y que empeore la salud de las personas enfermas de covid-19.
“Es una basura total”, dijo Simon Clarke, profesor de microbiología celular de la Universidad de Reading, Reino Unido, a la BBC. “La idea de que el 5G reduce la capacidad de tu sistema inmune no resiste al escrutinio”.
No obstante, algunos científicos críticos a la instalación universal del 5G, son escépticos en cuanto a los perjuicios sanitarios que podemos medir actualmente.
Para que una red de 5G funcione a máximo nivel, serán necesarias antenas cada 100 o 200 metros de distancia, según apunta este artículo de opinión publicado en la revista Scientific American de octubre de 2019. El 5G emplea también la tecnología MIMO (del inglés multiple-input and multiple-output; son antenas activas capaces de formar haces; matrices en fases; entradas y salidas múltiples masivas). De acuerdo con el artículo, carecemos de estudios masivos sobre el impacto de estas antenas.
Entre 2017 y 2019, unos 250 científicos y médicos firmaron una petición para poner una moratoria al desarrollo de esta tecnología, y para que los gobiernos inviertan dinero en investigaciones que disipen las nebulosas de información en cuanto al 5G y la salud humana.
El consenso de especialistas es claro: faltan más estudios. La OMS está actualmente realizando un estudio de todo el campo de radiofrecuencia, incluyendo al 5G, sobre daños al ser humano. Promete que lo publicará en 2022.