María Elena Bottazzi, una doctora hondureña, quien nació en Italia, es co-creadora de Corbevax, la vacuna contra la covid-19 que ya se usa en India, sin patente y accesible para todo el mundo.
La científica centroamericana y su homólogo estadounidense Peter Hotez, lideraron el equipo que desde la Escuela Baylor de Medicina, en Texas (EE. UU.), desarrolló ese biológico para combatir el virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
Esa institución académica comenzó a investigar y desarrollar vacunas contra el coronavirus desde el 2002, tras la aparición del SARS-CoV-1 —causante del síndrome respiratorio agudo grave— en el sureste asiático.
Posteriormente, en 2020, con la aparición de la covid-19, retomaron el proyecto, pues los coronavirus que transmiten el SARS son similares. Con esa premisa en mente, la escuela se alió con el Hospital Infantil de Texas y, en diciembre del 2021, su vacuna Corbevax, obtuvo autorización para uso de emergencia en India, país de 1.380 millones de habitantes.
Ese biológico es de patente libre, es decir, que sus desarrolladores no solamente permiten que su trabajo sea copiado y replicado en otros rincones del mundo, sino que lo promueven. “La vacuna mundial de la covid-19″, la llaman.
“Queremos hacer el bien en el mundo. Esto era lo correcto y esto es lo que moralmente teníamos que hacer. Ni siquiera pestañeamos. No pensamos: ‘¿cómo podemos aprovechar esto?’. Ahora vemos que si más personas como nosotros hubieran estado más en sintonía con la forma tan desigual de cómo es el mundo, y cómo podríamos haber ayudado desde el principio a tantos lugares alrededor, podríamos ni siquiera haber visto surgir estas variantes”, dijo Bottazzi a The Guardian, a comienzos de enero de 2022.
Y esta semana, en un correo electrónico, agregó a La Nación, en exclusiva: “Con pasión, dedicación y perseverancia, nuestra región puede avanzar en investigaciones y descubrimientos como estos. Necesitamos que los jóvenes científicos del futuro se interesen y que nuestras agencias apoyen y valoren la investigación para resolver nuestros propios problemas en la región”.
La hondureña, nacida en Italia, es codirectora del Hospital Infantil de Texas y de la Escuela Baylor de Medicina, entidades sin fines de lucro ubicadas en Houston, Texas, al sur de Estados Unidos.
¿Cómo funciona Corbevax?
Hay más de 60 vacunas contra la covid-19 en desarrollo que usan una tecnología similar a Corbevax, pero la diferencia es que la Corbevax es libre de patentes.
La tecnología se llama proteína recombinante. Es un método probado que se usa en la vacuna contra la hepatitis B desde hace muchos años, por ejemplo.
En resumen, se usan suficientes proteínas de un virus para despertar una respuesta inmune, pero no demasiadas para que se desarrolle la enfermedad. Es un proceso de producción más sencillo y barato que otro tipo de vacunas, como las de ARN mensajero de Pfizer o las de adenovirus de AstraZeneca.
Eugenia Corrales-Aguilar, microbióloga del Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET) de la UCR, doctora en Virología y catedrática universitaria, lo explica de esta forma: “Esta vacuna lo que utiliza es la producción tradicional usando microorganismos para producir una proteína. Es la forma en que se produce la vacuna contra la hepatitis B; es una vacuna de subunidad proteica. Lo que se produce es la espícula del coronavirus. Se parece mucho a la aplicación de la vacuna Novavax, que también ha sido muy avanzada y aprobada en algunos países”.
La doctora Bottazzi venía trabajando en esta tecnología desde comienzos de los años 2000, y con más fuerza y más financiamiento desde 2012, tras la aparición de la enfermedad MERS, ocasionada por el coronavirus MERS-CoV.
En el 2020, con la pandemia de la covid-19 encima, Bottazzi dijo a la BBC que el Gobierno de EE. UU. no mostró interés en los esfuerzos de larga data de la Universidad Baylor y el Hospital Infantil de Texas, pues querían apoyar una vacuna de ARN.
“Fue un fallo no apoyar tecnologías como las proteínas recombinantes o las vacunas convencionales, porque es cierto, tal vez nos tardamos más en la producción, pero una vez que lo logramos, podemos producir miles de millones de dosis. Mientras que con las de ARNm, se pueden producir rápido pero no a escala suficiente”, afirmó la especialista.
Producir miles de millones es justamente el gol al que apuntan ahora, tras recibir en diciembre pasado el aval del Gobierno de India para usar Corbevax en ese país. También Indonesia y Bangladesh están interesados. Y no pocos países de África podrían seguirles el paso.
¿Cuán efectiva es Corbevax? Bastante. Corbevax se alió con el laboratorio indio Biological E para realizar estudios y para producirla en masa. En el análisis Fase III, con 3.000 voluntarios, Corbevax tuvo una eficacia del 90% para prevenir la covid-19 causada por la versión original del coronavirus, y una eficacia del 80% contra la variante delta.
Los estudios para determinar la eficacia contra ómicron están en marcha actualmente, según datos publicados por el Hospital Infantil de Texas.
“Ahorita la aprobación es exclusivamente en la India porque el gobierno hindú se comprometió en comprar 300 millones de estas primeras dosis que están saliendo de Biological E. y, a partir del 20 de febrero del 2022, ellos pueden producir 100 millones de dosis al mes con un compromiso de producir 100,000 millones de dosis al año y ya hay interés de otros países en el Medio Oriente, en Asia, Latinoamérica y, sobre todo, en África. Hay interés y hay capacidad”, detalló María Elena Bottazzi al periódico hondureño El Heraldo.
Varios países africanos subsaharianos tienen a menos del 10% de su población entre los vacunados contra la covid-19. ¿Podrá Corbevax ayudar a remediar esta realidad? ¿Podrá obtener el apoyo oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS)?, le preguntamos a Bottazzi.
“Sí. Si Biological E puede compartir la vacuna y obtener aprobaciones en otros países, esto podría rápidamente resolver el problema. Biological E puede fabricar más de 100 millones de dosis por mes”, respondió Bottazzi a este diario.
En cuando a una aprobación de OMS, la científica señaló que Biological E ya dispone de algunas vacunas contra otras enfermedades que han tenido luz verde de la entidad global. “Es nuestra esperanza e intención que Corbevax también lo obtenga”, aseguró Bottazzi.
En Sudáfrica solo el 32% de la población está vacunada con al menos una dosis; en Ghana es el 21%, en Etiopía el 8%, en Nigeria el 6% y en Camerún el 3% —país donde se juega la Copa Africana de Naciones de fútbol en enero—.
En India, por su parte, el 64% de la población ha recibido al menos una dosis y el 47% ha completado el esquema de vacunación.
La vacuna Corbevax es de dos dosis con 28 días de separación entre cada una.
¿Qué quiere decir que sea libre de patente?
“Significa que no poseemos ninguna patente contra la tecnología para producir nuestra vacuna. Todos los datos se publican en el dominio público. Cualquier persona o entidad con las posibilidades de producirla, puede hacerlo”, resumió Bottazzi a La Nación.
El hecho de que Corbevax esté libre de patente quiere decir que existe la capacidad de producirla a una escala suficiente para cubrir la necesidad mundial. La tecnología para desarrollarla lleva años usándose en la medicina, o sea, que cientos de laboratorios saben aplicarla.
“Si mañana Brasil quiere producirla, ya tiene la tecnología, las fábricas y el conocimiento. Cualquier fabricante que pueda producir vacunas para la hepatitis B puede producir esta vacuna a gran escala”, agregó la científica.
Además, otra diferencia con la vacuna de Pfizer, por ejemplo, es que la Corbevax puede mantenerse refrigerada a temperaturas comunes y no requiere de equipos especializados.
Bottazzi y su equipo no ganarán un solo dólar con este esfuerzo. La tecnología es abierta y los procesos de desarrollo los van publicando conforme avanzan. Todo camina libre de patentes. Así lo explicó ella: “Las multinacionales tienen que responder ante sus inversionistas, pero en el contexto de una emergencia global, obviamente hay que ser un poco más altruistas.
“Han hecho una gran contribución al producir estas vacunas, pero hay que recordar que han recibido enormes subsidios públicos. En EE. UU., la Operación Warp Speed del gobierno contribuyó a estas compañías con cientos de millones. Deberían ser más altruistas al calcular sus ganancias y cómo permitir mejorar la accesibilidad pública global”.
La científica subrayó que este ha sido su modelo de trabajo en los últimos 20 años.
En octubre de 2021, tras sellar diversas alianzas con entidades de India y luego de estudios prometedores de fase I y II, Estados Unidos acordó inyectarle $50 millones al proyecto co-liderado por la hondureña.
La especialista también recalcó que el costo de producción de cada vacuna Corbevax estaría entre el dólar y el dólar y medio. Incluso, es más barata de producir que la de Pfizer (poco más de $17), AstraZeneca ($3,5) o Moderna ($24).
‘Orgullo catracho’
María Elena Bottazzi, hija de un diplomático, nació en Italia pero creció en Honduras, en Tegucigalpa. Estudió microbiología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y luego completó un doctorado en la Universidad de Florida. Tiene post doctorados en biología celular de la Universidad de Miami y la Universidad de Pensilvania.
Además de co-liderar la creación de Corbevax, ser codirectora de las dos entidades estadounidenses a cargo de esta vacuna, Bottazzi es profesora de Pediatría, es viróloga molecular y microbióloga. También es la editora en jefe de la revista especializada Current Tropical Medicine Reports.
La hondureña comentó a este diario que, en Centroamérica vive la mayoría de su familia, muchos amigos, colaboradores y colegas. De hecho, en el pasado ha dicho que, con ella, son tres los profesionales hondureños trabajando en la vacuna Corbevax:
“Hay varios hondureños en nuestro equipo de trabajo. Nuestro asistente ejecutivo Douglas Soriano y una de nuestras científicas María José Villar, quienes también son hondureños. Así que como ve usted, por lo menos somos tres hondureños trabajando en este equipo de trabajo, hay que resaltar que es también una oportunidad para después traer el conocimiento a nuestro país, por eso es que estoy interesada en que resalten que este, un orgullo catracho”, relató Bottazzi al periódico El Heraldo, de su país.