Este lunes 20 de diciembre, la Asamblea Legislativa aprobó, en segundo debate, dos préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Cada empréstito es de $250 millones. Este mismo lunes era el último día del plazo establecido para la aprobación de los créditos.
Los créditos obtuvieron el aval, en primer debate, el pasado 13 de diciembre. Este lunes 20, la votación en segundo debate contabilizó 41 votos a favor y 6 en contra. Ahora, $500 millones frescos ingresarán al país con condiciones favorables de pago. Hace un año, en diciembre del 2020, los diputados rechazaron dos préstamos similares del BID. En ese entonces, la bancada del Partido Liberación Nacional (PLN) bloqueó su aprobación.
A continuación explicamos qué son esos créditos, para qué se usarán y cómo se usará el dinero, según el ministro de Hacienda, Elian Villegas.
¿Qué son?
Son dos financiamientos, por $250 millones cada uno, que requieren de luz verde en el Congreso. Uno de estos préstamos es para complementar el programa económico de ajuste fiscal acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El plazo de amortización es de siete años, tiene un periodo de gracia de tres años y una tasa de interés del 2,34%.
El otro es para el programa de apoyo a reformas, tendría un plazo de amortización de 20 años, un periodo de gracia de cinco años y medio, y una tasa de interés del 1,19%.
El economista José Luis Arce manifestó que esos créditos son “un apoyo para mejorar el perfil de la financiación del Gobierno, permiten plazos más largos con periodos de amortización más apropiados, costos financieros más bajos y, en el caso de Costa Rica, que tiene problemas de alto endeudamiento y un perfil crediticio deteriorado, eso ayuda a hacer una consolidación más rápida”.
¿En que se gastará el dinero?
En financiar parte del Presupuesto Nacional de la República. Se utilizará para costear parte de los gastos contemplados por el Gobierno. Es una forma de financiamiento que ya tenía contemplada el Ejecutivo y que requiere de la aprobación del Legislativo.
“Si estos empréstitos no se aprobaran, nosotros tendríamos que recurrir al mercado interno, efectivamente, porque tenemos necesidades de financiar un presupuesto”, afirmó Elian Villegas, ministro de Hacienda, unos días antes de la votación en segundo debate.
“El Presupuesto Nacional lo financiamos con dos mecanismos: con los impuestos, es decir, el ingreso tributario, y pidiéndole prestado a los organismos internacionales, al mercado interno, etcétera. Cuando llevamos el presupuesto a la Asamblea Legislativa, los diputados nos dicen: ‘Aprobamos estos egresos”. Digamos ¢11,5 billones (millones de millones), que se dividen en gasto corriente, gasto de capital más intereses, más amortización. ¿Cómo los va a financiar? ¢6 billones con ingreso corriente, con impuestos. Y ¢5,5 billones con deuda. El presupuesto debe quedar equilibrado. Los gastos deben quedar iguales a los ingresos”.
Villegas añadió que, desde que el plan de gastos anual queda aprobado cada mes de diciembre, para el funcionamiento del Gobierno al año siguiente, ya se cuenta con un monto autorizado global de endeudamiento. Estos $500 millones de empréstitos del BID se restarán al monto autorizado para la deuda.
Es decir, de una forma u otra, el Gobierno, para su funcionamiento, requiere endeudarse. Hacerlo con las condiciones favorables del BID era la primera opción. Si no se accedía a esta vía, según Villegas, el Gobierno tendría que recurrir al mercado interno y buscar quién tiene ese dinero disponible para ya. Generalmente, un empréstito a lo interno viene acompañado de condiciones mucho menos favorables; tasas de interés más altas, por ejemplo.
Adriana Rodríguez, economista del grupo financiero Acobo, lo explicó de esa manera: “Son préstamos de apoyo presupuestario y vienen con partidas definidas. Sí es importante contar con ellos porque la existencia de esos apoyos trae confianza a los inversionistas y le da poder de negociación al Ministerio de Hacienda frente a los inversionistas para negociar las mejores tasas de interés. Es diferente salir a vender bonos o salir a pedir prestado cuando uno está en una posición de holgura, que cuando uno está en una posición comprometida y que el que te va a financiar sabe de esa situación”.
¿Cómo se garantiza que el dinero se utilice en lo que se dice que se usará?
El jerarca de Hacienda, Elian Villegas, aseguró que, en el caso de entidades multilaterales como el BID, siempre existe un seguimiento muy cercano de qué se está realizando en el país.
“Son créditos que parten desde una perspectiva muy integral. El hecho de estar trabajando en forma continua créditos con una entidad como el BID le dice cosas muy positivas a mercados internacionales. No solo desde la perspectiva del financiamiento, pues se están buscando préstamos con condiciones mucho más favorables, sino que desde el punto de vista del país como conjunto, es un país que está en un proceso muy positivo y que tiene un acompañamiento no solo financiero, sino también técnico, porque el BID da mucho acompañamiento técnico”, especificó Villegas.
El ministro agregó que, antes de esta administración, los financiamientos internacionales pasaban por un procedimiento diferente. La Asamblea aprobaba un préstamo y luego Hacienda preparaba un plan de gastos que se avalaba mediante un decreto ejecutivo, sin necesidad de la autorización en el plenario legislativo.
Ahora, en cambio, y fue el caso de estos créditos con el BID, la Comisión de Hacendarios del Congreso incluyó una moción que obligaba a llevar esos empréstitos como presupuestos a la Asamblea y tenían que pasar por comisión y por votación en el plenario para su aprobación.
“Son presupuestos que son vistos por mucha gente, por muchos encargados de darle seguimiento. Así se garantiza (que el dinero se utilice para lo que se aprueba). Con este gobierno esa garantía existe de una forma mucho más amplia de la que había existido antes en el país”, dijo Villegas.
¿Qué hubiera pasado si no se aprobaban los empréstitos? ¿Podía subir el precio del dólar?
Era una posibilidad, eventualmente. Elian Villegas lo expuso con el siguiente esquema, antes de conocer la votación en segundo debate:
--De aprobarse los préstamos, el BID trasladaría de alguna cuenta en EE. UU. (lo más probable) los $500 millones “frescos” a Costa Rica.
--El dinero viene a engrosar la cantidad de dólares que circulan en la economía tica. Para efectos del día a día, vienen a aumentar esa circulación.
--Eso aumenta directamente las reservas monetarias internacionales que tiene el Banco Central de Costa Rica; entonces, ayuda a que esa entidad pueda tener un tipo de cambio estable. A que no suba.
Por otra parte, la economista Adriana Rodríguez consideró que, aunque sí existía una posibilidad eventual de que el tipo de cambio se viera impactado, no cree que Costa Rica está en ese momento.
“Ahorita no estamos en ese punto. El Ministerio de Hacienda ha tenido buenas subastas, cuenta con buenos ingresos, tiene un perfil de vencimientos que aunque luce importante o significativo, en realidad es más o menos una situación similar a la que hemos tenido en los últimos años”.
Además de este capítulo relacionado con el precio del dólar, la principal afectación, en caso de que no se hubieran aprobado los créditos del BID, eera una que mencionamos anteriormente: el Gobierno igual tendría que buscar ese dinero, pero lo haría en el mercado local y con peores condiciones.
“Y aquí el problema no es solo para Hacienda. Eso se transmite al mercado financiero. Se transmite a los bancos”, afirmó Villegas. “Al final, quienes terminan pagando más tasa de interés son quienes tienen créditos para carro, casa, negocio, porque la tasa de interés del Ministerio de Hacienda viene a funcionar como el piso de las tasas de interés del país. Hacienda es a quien se le puede prestar con menor riesgo en el país. Entonces, todos los demás riesgos van por encima del Ministerio de Hacienda. Esa sería la primera consecuencia: afectación de tasa de interés para Hacienda y para los mercados financieros. Afecta a las personas directamente”.