Las elecciones para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son en setiembre y Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, buscaba ser la primera mujer en el cargo. Sin embargo, este jueves 3 de setiembre, la exmandataria costarricense retiró oficialmente su candidatura enviando una carta al presidente Carlos Alvarado.
(HILO) Les comparto nota enviada al Presidente @CarlosAlvQ en relación con el proceso ante @el_BID y algunos extractos
— Laura Chinchilla M. (@Laura_Ch) September 3, 2020
...la actitud más responsable,constructiva y consecuente de mi parte, es no inscribir la candidatura para el proceso fijado para los días 12 y 13 de setiembre. pic.twitter.com/jDkTXrFNDT
“Estoy convencida de que llevar a cabo la elección en este momento no ayudará a construir el clima de cooperación necesario para que el BID pueda desplegar todo su potencial y fomentar el diálogo y la convergencia entre las naciones de nuestra región”, escribió Chinchilla en su cuenta personal de Twitter.
Entre la decena de candidatos junto a quienes competía, está Mauricio Claver-Carone: el candidato del presidente Donald Trump. Sería la primera vez que un estadounidense ocupe el puesto en una organización dedicada a Latinoamérica, donde un acuerdo tácito ha dispuesto que el presidente no sea de ese país.
Algunos expertos ven esta movida de Trump como un timonazo de “injerencismo” por parte Washington hacia la región.
La misma expresidenta Chinchilla menciona este punto como un factor clave en el retiro de su candidatura.
Explicamos todo paso a paso.
¿Qué es el BID?
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es un banco regional que representa la principal fuente de financiamiento multilateral para proyectos de desarrollo económico, social, institucional y de comercio e integración económica para Latinoamérica y el Caribe.
Es la entidad financiera y económica de su tipo más grande del hemisferio occidental. El BID fue creado en 1959. Nació como parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero actualmente no tiene relación con esta organización ni con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni con el Banco Mundial.
¿Qué hace?
Ejecuta programas de préstamos y cooperación para apoyar a sus países miembros. Los programas están orientados a reducir la pobreza, fomentar el crecimiento y la sostenibilidad financiera.
Los recursos que otorga el BID provienen de los países miembros. Son préstamos que se obtienen en los mercados financieros, fondos de administración que tiene el BID y reembolsos de los mismos préstamos.
Presidencia del BID, Laura Chinchilla y el candidato de Donald Trump
La máxima autoridad del BID es la Asamblea de Gobernadores, que delega la supervisión de las operaciones en el Directorio Ejecutivo.
Cada país miembro designa a un gobernador, cuyo poder de votación es directamente proporcional al capital que el país suscribe a la institución. Los gobernadores son generalmente ministros de Hacienda, presidentes de bancos centrales o altos funcionarios públicos.
La presidencia del BID, por su parte, es elegida por la Asamblea de Gobernadores, y debe presidir las reuniones del Directorio Ejecutivo, pero no tiene voto, excepto para romper un empate.
El presidente del BID es responsable de llevar a cabo los asuntos diarios del Banco y gestionar sus operaciones y administración con el apoyo del personal de la Oficina del Presidente.
Entre 1959 y 2020, el banco internacional ha tenido cuatro presidentes:
1960-1970: Felipe Herrera (Chile)
1971-1988: Antonio Ortiz (México)
1988-2005: Enrique V. Iglesias (Uruguay)
2005-2020: Luis Alberto Moreno (Colombia)
Desde su fundación, el BID ha contado con una llamada “ley no escrita” o un acuerdo según el cual la presidencia del banco corresponde a una persona latinoamericana o del Caribe.
Este acuerdo tácito se dio así tomando en cuenta que la sede del BID se encuentra en Washington DC, y que tanto el vicepresidente como el director del departamento legal son estadounidenses.
Los próximos 12 y 13 de setiembre de 2020, está programada la elección de la quinta persona que ostentará el cargo de jerarca del BID. A este cargo aspiraba Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica entre 2010 y 2014. Pero el candidato que se coloca como favorito comenzando setiembre es el elegido por Donald Trump: Mauricio Claver-Carone, estadounidense de origen cubano.
El sistema de votación requiere que un candidato gane dos mayorías:
--Que obtenga la mayoría del apoyo de los países latinoamericanos miembros.
--Que obtenga el 75% de los votos (el voto de EE.UU. representa el 30% del capital de votos, pues es proporcional al capital en dinero que suscribe al BID).
Si Claver-Carone es elegido presidente del BID, sería la primera vez que un estadounidense se adueñe del puesto, desatendiendo el acuerdo mencionado anteriormente. Y podríamos hablar hasta cierto punto de una injerencia político por parte de la Casa Blanca.
Ojo: Países europeos, Israel, Japón, China y Corea del Sur también forman parte de los países y territorios extrarregionales del banco. El BID está conformado por 48 naciones, de las cuales 26 son miembros prestatarios y 22 son no regionales (entre ellos los europeos).
¿La presidencia del BID debe ser ocupada por una persona latinoamericana?
Expertos en relaciones internacionales y catedráticos consideran que sí, ya que de lo contrario Estados Unidos (EE.UU.) tendría la mano puesta sobre los cargos más altos del BID.
“Sin duda el presidente del BID debe ser una persona de América Latina o el Caribe. La tradición de que así sea no es producto de una ocurrencia”, explica Eduardo Ulibarri, exembajador de Costa Rica ante Naciones Unidas.
“Ese acuerdo fue para buscar un balance, un equilibrio en la composición de los altos cargos de la entidad. Al romper ese equilibrio, más allá de injerencismo, que sin duda lo es, porque EE.UU. se está prevaleciendo de su poder político y económico para torcerle el brazo a algunos gobiernos latinoamericanos de que acepten esa candidatura; se estarían distorsionando los equilibrios o el equilibrio en los principales cargos de la organización. Esto es muy negativo”, valora Ulibarri.
Por su parte, Carlos Murillo, doctor en Gobierno y Políticas Públicas, y experto en relaciones internacionales, secunda la opinión de Ulibarri.
“Sí debe ser latinoamericano el presidente, porque el banco debe mantener una visión latinoamericana. Aunque sea una institución interamericana, su objetivo y ámbito de acción es Latinoamérica. No incluye a EE.UU. (La candidatura de Claver-Carone) es un injerencismo al mejor estilo de mediados del siglo pasado, cuando hasta la OEA, como decían en La Habana, era el ministerio de EE.UU. para América Latina. Pero esa misma conducta se manifiesta en otros ámbitos”.
En la carta enviada a la Presidencia, Laura Chinchilla escribe:
“El gobierno de Estados Unidos de América decidió alterar esa norma que estuvo vigente por sesenta años, sin que previamente mediaran procesos de consulta o acuerdos institucionales, y presentó un candidato propio”.
“Esta decisión constituye, además, una señal en extremo preocupante para la gobernanza que debe regir en una institución financiera que, como el BID, está obligada a apegarse estrictamente a las normas escritas o consuetudinarias y a generar certidumbre, confianza mutua y previsibilidad en sus actuaciones”.
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Interés de Donald Trump: ¿qué implica un triunfo de Claver-Carone como presidente del BID?
El diplomático y periodista Eduardo Ulibarri subraya que lo que busca Trump es “poner a una persona que es directamente de su riñón ideológico”.
Según el experto, este poder tendría Trump a través de su candidato:
--Dirección de la estructura legal, técnica y financiera de la organización.
--Manejo de la organización y los procesos de análisis y decisión de créditos y donaciones (no estarían vinculados a la voluntad de Claver-Carone, pero sí podría incidir en decisiones según indicaciones de Washington).
--Nombrar a algunos cargos antojadizamente y tener un impacto en cuanto a la orientación de créditos, tipos de condiciones, a quién darle apoyo, a quién darle más ventajas, etc.
Un tema no menor con el candidato de Donald Trump es que también hay elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo 3 de noviembre de 2020. Si Claver-Carone es elegido presidente del BID y Trump gana las elecciones, dice Ulibarri, Washington ganaría “una palanca fundamental de incidencia en la región”.
Pero si Claver-Carone es presidente del BID y Trump pierde la elección de noviembre frente a Joe Biden, el nuevo gobierno presionaría al presidente del BID para que renuncie.
Como lo describe El Financiero en una entrevista que el candidato de Trump dio a varios medios latinos por internet, Mauricio Claver-Carone es un abogado de 44 años considerado como republicano de extrema derecha con una visión sesgada sobre los gobiernos de América Latina y con un discurso duro frente a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En la entrevista, Claver-Carone afirma contar con el apoyo público de 17 países para obtener la presidencia.
Pero para Carlos Murillo, no es seguro que el candidato de Trump tenga las de ganar este mes.
“Washington puede tener la mayoría de votos, pero no parece tener el 75% necesario. Si Argentina y México no votan con el candidato de Trump, además de los países europeos, no hay forma de alcanzar ese porcentaje. Por eso pienso que si la elección es ahora, no se elegirá al presidente y habrá que esperar a 2021”, prevé el especialista en relaciones internacionales.
“Trump no solo busca que un estadounidense tenga la presidencia del BID, rompiendo una tradición, sino que busca colocar a un ‘halcón’ en ese puesto, con una clara posición anti cubana y anti venezolana”, dice Carlos Murillo.
Laura Chinchilla tenía pocas opciones
La expresidenta Chinchilla tenía pocas posibilidades de llevarse la elección pactada para la Asamblea General de Gobernadores el 12 y 13 de setiembre.
Su campaña se había basado en una agenda regional de diálogo y unión, con un enfoque especial para países más pequeños y vulnerables.
“Me considero una persona que no viene a polarizar ideológicamente en la región. Lo importante es concentrarse en los problemas comunes independientemente de qué ideología tenga un gobierno”, detalló Chinchilla el pasado 23 de junio en una entrevista con El Financiero.
Su principal aliado era la posibilidad de que se posterguen las elecciones hasta marzo del 2021, una idea que promovieron algunos países latinos miembros como Argentina, México, Chile y Costa Rica, además de la Unión Europea. O un hecho que podría darse en caso de que no haya “humo blanco” en la votación de setiembre.
Sobre las posibilidades que tendría Chinchilla en 2021, los expertos Murillo y Ulibarri tienen un desencuentro. El primero no le ve posibilidades del todo, mientras que el segundo prefiere esperar.
“Las posibilidades de Chinchilla son muy limitadas ahora o en 2021. Pienso que no se supo plantear la candidatura. No se puede anunciar una candidatura sin hacer todo el sondeo y ‘lobby’ previo para saber con qué se cuenta. Esto le ha pasado muchas veces a Costa Rica en los últimos años. La Cancillería ha fallado en distintas candidaturas. La imagen de Costa Rica en la región ha decaído y más en esta administración”, opina Carlos Murillo.
Para Ulibarri, si la elección se empuja a 2021 y Chinchilla presenta nuevamentamente una candidatura, y si además Joe Biden le gana a Trump en los comicios federales de noviembre, la costarricense podría aumentar sus posibilidades.
“Al existir la posibilidad de que Claver-Carone desaparezca como candidato en 2021, partiendo de un posible triunfo de Biden en las elecciones, se abriría el campo para una competencia más equilibrada. Lo cual quiere decir que aumentarían las opciones de doña Laura. Pero no quiere decir que lo tenga garantizado, porque pueden surgir otros candidatos”.
Este miércoles 2 de setiembre, se supo que Cancillería desplegó toda sus capacidades diplomáticas con el fin de promover la candidatura de Chinchilla.
Así lo confirmó el canciller de la República, Rodolfo Solano.
“Desde febrero, Costa Rica inició un decidido acercamiento con los países de la región y con los miembros extrarregionales del BID para compartir y promover la legítima aspiración de llevar a la expresidenta Laura Chinchilla a la presidencia de este banco de desarrollo regional”.
“En ese esfuerzo, la Cancillería ha desplegado sus capacidades”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores ante una consulta de La Nación.
No obstante, este 3 de setiembre la exmandataria se apartó de la búsqueda por la presidencia del BID.
Chinchilla envió una carta oficial a Presidencia este jueves, y en su cuenta de Twitter agradeció el apoyo del Ejecutivo:
“El respaldo sincero del gobierno, así como el de todas las bancadas legislativas del país, ex presidentes, medios de comunicación y ciudadanos en general, fueron para mi lo más gratificante de este proceso. Es algo que siempre guardaré con gran aprecio y agradecimiento”, escribió.