El 30 de octubre de 2020, Carlos Alvarado, presidente de la República, vetó el proyecto de ley 21. 478, que promovía la pesca de arrastre en Costa Rica. El proyecto fue aprobado en segundo debate en la Asamblea ocho días antes; el 22 de octubre.
Voces de distintos sectores y, sobre todo científicas, abogaron para que el presidente vetara la legislación, que iba en contra de la imagen que Costa Rica ha construido por años: la de un país amigable y pionero con el medio ambiente.
Este domingo 5 de setiembre de 2021, el candidato presidencial Rolando Araya manifestó que, entre sus propuestas, está revivir la pesca de arrastre.
Explicamos qué es la pesca de arrastre y cuán dañina puede ser para la naturaleza.
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Pesca de arrastre. Estoy en contra de esta #DebateConVos
— Carlos Alvarado Quesada (@CarlosAlvQ) January 26, 2018
¿Qué es la pesca de arrastre?
Es un método de pesca que consiste en jalar o tirar de una enorme y pesada red de pescar a través del agua detrás de uno o más barcos, con el objetivo de levantar todo lo que se encuentre a su paso.
Los barcos que se usan para este tipo de pesca se llaman arrastreros. Los hay desde pequeños botes abiertos con motores no muy potentes, hasta grandes buques industriales. La pesca de arrastre se puede hacer de forma individual (un barco) o usando dos barcos de forma cooperativa (arrastre en pareja).
Este tipo de pesca, simple y económica una vez que se tienen los equipos necesarios, es duramente criticada por ambientalistas y científicos en todo el mundo. Por su naturaleza, es inevitable la “captura accesoria” de especies de flora y fauna no objetivo. Y además conlleva un barrido que raspa el fondo del mar por horas.
Según estudios científicos internacionales, la fauna acompañante y el descarte en la pesca de arrastre de camarón fluctúan generalmente alrededor de 80% de la captura total, lo quiere decir que los camarones representan apenas un 20% de la captura.
En Costa Rica, la pesca de arrastre captura una gran cantidad de especies aparte del camarón (su principal objetivo), como otros peces y tortugas que quedan atrapadas en las redes.
El proyecto pro pesca de arrastre tico
El proyecto 21. 478, aprobado en segundo debate en la Asamblea Legislativa este 22 de octubre, habilita al Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) a entregar nuevas licencias a barcos semi industriales para la pesca de camarón con redes de arrastre en el fondo marino.
El plan revive las licencias para barcos de hasta 21 metros de largo por seis de ancho, luego de que la Sala Constitucional las suspendió en el 2013 por el daño ambiental que produce esa técnica, pero dejó la puerta abierta para reiniciar la práctica si se demostraba una salida sostenible.
El proyecto de ley sostiene que un experimento del Incopesca demuestra que una nueva red denominada AA Costa Rica, permite capturar un 75% de camarón por tonelada arrastrada y un 25% de otras especies. Las licencias serían otorgadas bajo la condición de que se usaría ese tipo de red y en zonas delimitadas.
Hicimos consultas sobre este tema a Daniel Briceño Lobo, director de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), y a Ingo Wehrtmann, director del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar). Nos enviaron las respuestas firmadas por ambos. Sobre la alternativa que promueve Incopesca, esta es su valoración:
“Tanto el Cimar como la Escuela de Biología no participaron en el estudio del Incopesca. No hemos tenido la posibilidad de probar esta red para verificar los resultados reportados en dicho informe. El estudio se realizó en un periodo muy corto de tiempo (tres meses) y exclusivamente en la entrada al Golfo de Nicoya. Por lo tanto, los resultados obtenidos no son representativos para la pesca a lo largo de la costa del Pacífico de Costa Rica”.
Briceño y Wehrtmann enviaron este viernes una carta oficial al presidente Alvarado para que vete el proyecto de ley 21.478.
También hicimos consultas a Jorge Jiménez, doctor en ecología marina y director general de la fundación MarViva.
“Nadie ha podido corroborar, pues nunca han sido publicados en ninguna revista científica los estudios”, explica Jiménez. “Por el contrario, al analizar los datos sobre los que se basó este estudio (de Incopesca), se pudo constatar que estos han sido mal manejados, obtenidos con diseños experimentales viciados, con errores fundamentales en el tratamiento estadístico y que no pueden ser extrapolados para la pesquería del camarón en Costa Rica”.
“La nueva red es una red muy similar a las usadas tradicionalmente, con la única variación de que en el fondo se utiliza una doble relinga (dos cuerdas) en vez de una cuerda, como se usaba tradicionalmente. Ninguna de las autoridades científicas del país considera que esta red pueda ser catalogada como una tecnología nueva”, agrega el experto.
¿Qué tan dañina es esta pesca?
Según información de MarViva, aunque métodos de pesca con ideas parecidas a la pesca de arrastre datan del siglo XIV, la primera red de arrastre similar a las que funcionan actualmente se construyó en 1892, y se introdujo en la costa este de Estados Unidos en 1893.
En Costa Rica, este tipo de red empezó a operar a inicios de la década de 1950, con 4 embarcaciones.
El máximo de barcos que realizaron esta pesca en el país fue 73 embarcaciones. La actividad fue disminuyendo por la demografía (“colapso de las poblaciones” de camarones, según Jorge Jiménez, director de MarViva) y, en 2013, antes del fallo de la Sala IV que condenó esta pesca, solamente había unas 27 licencias vigentes.
Se inició capturando cerca de 100 toneladas en 1950, se llegó a un máximo de 8.700 en 1986 y cerca de 1.000 toneladas en el 2015, cuando la Sala IV ya había fallado en contra de la actividad, pero algunos barcos contaban todavía con licencias vigentes para realizar la pesca.
Según Jorge Jiménez, director de MarViva, entre 1950 y 2015, se estima que la pesca de arrastre es responsable de la mayor mortalidad de peces no aprovechados en Costa Rica, alcanzando la máxima mortalidad en 1986, con cerca de 67.000 toneladas de peces capturados y desechados (discards).
“El área de fondo marino arrastrada y destruida por las redes y portones ha sido inmensa”, dice Jiménez. “Solo en el 2007 se arrastraron (conservadoramente) unos 2,240 kilómetros cuadrados de fondo marino. El equivalente a 320.000 canchas de fútbol”.
“La pesca de arrastre no es selectiva”, explican Daniel Briceño Lobo e Ingo Wehrtmann. “Esto quiere decir que se atrapa cualquier organismo que se encuentra en frente de la red. Los organismos que se capturan resultan no ser solamente la especie objetivo en la mayoría de los casos, sino que también se incluye una gran diversidad de otras especies, especialmente en zonas tropicales como Costa Rica. Esta fauna llamada acompañante, usualmente está muerta cuando llega al barco y se descarta por su bajo valor comercial”.
De acuerdo con los directores de la Escuela de Biología y del Cimar, extraer estos organismos muchas veces juveniles, tiene un gran impacto en el funcionamiento de los ecosistemas costeros.
“Existe cualquier cantidad de información sobre la pesca de arrastre y su impacto en los ecosistemas. Asumo que la carencia de información científica no es la razón por la decisión tomada en la Asamblea”, dijo Ingo Wehrtmann.
¿Existe una forma de realizar pesca de arrastre sostenible?
Esta es la respuesta de Jorge Jiménez, director de MarViva: “No existe ningún método que involucre el arrastre que sea sostenible. La acción mecánica de arrastrar protones, cadenas y mallas sobre el fondo marino genera una gran destrucción. Este nivel de destrucción en el fondo y la fauna marinas, no solo afecta al ambiente y otras actividades económicas, sino que termina afectando la misma pesca de camarón, pues al destruir los fondos destruye el hábitat donde prospera el camarón”.
Ojo: Hicimos preguntas a Incopesca sobre estos temas de impacto ambiental, sobre la rigurosidad del estudio que convenció a la Sala IV, y también solicitando más información sobre la red AA Costa Rica. Acusaron recibido y prometieron enviarnos una respuesta oficial, pero esta nunca llegó.
¿Cuáles alternativas puede haber para los pescadores?
Costa Rica produce actualmente entre 3.000 y 4.000 toneladas de camarón de cultivo. Según MarViva, esto es tres o cuatro veces lo que se logra con la pesca de arrastre. Para el director de la fundación, Jorge Jiménez, las autoridades deberían involucrar a las comunidades costeras en la pesca de cultivo.
“El país produce ya casi 1.000 toneladas de pargo cultivado y existe ya la tecnología para cultivar otras especies”, indica Jiménez. “Con controles ambientales adecuados y apoyo técnico de nuestras universidades y el INA, los pescadores podrían convertirse en cultivadores de camarón, ostras y pescados”.
Según el estudio Caracterización Socioeconómica del Sector de Pesca de Arrastre Semi- Industrial de Camarón en el Pacifico Costarricense, de 2016 y realizado por la Escuela de Economía de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), en 2015, cuando había 27 embarcaciones activas con licencias para la pesca de arrastre, cada una tenía una tripulación de unas 5 personas, para un total de 135 pescadores.
Cita el estudio de la UNA:
“Las 27 licencias activas que operan actualmente (en 2015) solo generan 590 puestos directos, de los cuales el 80% son de mala calidad, pues no alcanzan el salario mínimo de ley”.
La misma publicación detalla: “Según datos de la CCSS, a mayo del 2015 se encontraban 23 empresas dueñas de licencias inscritas en dicha institución. Dichas empresas tenían un total de 276 trabajadores entre la parte de captura y algunas en la parte de procesamiento. 261 trabajadores que cotizan y 15 trabajadores que no cotizan”.
Otras alternativas, según Ingo Wehrtmann, director del Cimar, son:
--Pesca con trampas o nasas para capturar camarones (pesca selectiva).
--Acuicultura de camarones (crianza de especies acuáticas vegetales y animales. Es una forma de producir alimentos, materias primas para uso industrial y farmacéutico y organismos vivos para la repoblación u ornamentación).
--Maricultura de camarones y otras especies de interés comercial (rama especializada de la acuicultura en estructuras navales de cultivo ubicados en mar abierto, en una sección cerrada del océano).
Estos tipos de pesca, además, garantizan productos de mejor calidad, ya que en la pesca de arrastre los camarones están durante horas estrujados y estresados en una red, junto a una mayoría de material vivo o inerte sin interés comercial.
Estas son las conclusiones del estudio de la UNA, del 2016, sobre la pesca de arrastre: