Nasser Al-Khelaïfi es al Paris Saint-Germain (PSG) lo que Florentino Pérez al Real Madrid. No se trata del dueño dueño, pero sí es el catarí encargado de gestionar el club de fútbol de la capital de Francia. Al-Khelaïfi es presidente del club desde 2011 y será el nuevo patrón de Keylor Navas.
En 8 años, los medios franceses lo han criticado duramente por permitir episodios bochornosos como los muchos que ha protagonizado Neymar, y por los fracasos en la Champions League. Sobre todo por las remontadas históricas del Barcelona (2017) y del Manchester United (2019) que ridiculizaron al PSG incluso en su propio patio (“Ici c’est Manchester!”).
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— Patrice Evra (@Evra) March 6, 2019
¿Quién es Nasser?
A ver, vamos a ser justos. Al-Khelaïfi no es cualquiera. A sus 45 años, es un destacado empresario presidente del grupo mediático beIN Sports, de Catar, y es también el presidente del club más rico de Francia: la nueva casa de Keylor. Y antes fue tenista profesional.
Entre 1992 y 2002, el catarí ganó poco más de $16.000 en premios en el tenis. Su mejor ranking fue 995 en el mundo y su registro de triunfos y derrotas fue 32-84, contando el ATP Tour, los Grand Slams y la Copa Davis (el récord de Roger Federer, por ejemplo, es 1.227-266 🙈).
En el circuito tenístico conoció al jeque Tamim bin Hamad Al Thani, el emir de Catar. El presidente, pues; en un país sin elecciones (Catar es una monarquía absoluta gobernada por la familia Al Thani).
El encuentro Al-Khelaïfi - Al Thani fue clave, como ya adivinaste. Han construido una amistad de unas tres décadas y el jefe de Estado le tiene una confianza sin límites. Cuando en octubre de 2011 la empresa nacional catarí Qatar Sports Investments (QSI) compró al PSG, el dueño de los fondos (el emir) puso a su amigo (Nasser) como presidente ejecutivo del club. Bajo la era de los cataríes , el club ha tenido un dominio sin precedentes en las competiciones francesas, ganando 6 ligas, 4 copas de Francia y 5 copas de la liga. El único tropiezo fue en 2017, cuando el Mónaco de un Kylian Mbappé de 17 años ganó la liga. ¿Cuál fue la respuesta parisina? Comprar a Kylian Mbappé 😎.
Por este dominio -digamos- artificial, inyectado por petrodólares (Catar es un importante productor y exportador de oro negro), muchos franceses cambian el nombre del PSG a QSG: Qatar Saint-Germain. Como diría Taylor Swift, haters gonna hate.
Ojo: el PSG (a diferencia del Manchester City 🤐) sí tenía uno que otro trofeo importante en sus vitrinas antes de la inyección de capital de Medio Oriente. Ya habían ganado dos ligas francesas y en 1996 levantaron la prestigiosa --y extinta-- UEFA Cup Winners’ Cup. Más importante que la Europa League pero menos importante que la Champions. Durante la era catarí no han ganado ni medio trofeo continental.
Muy cuestionado: ¿Y la Champions para cuándo?
Más allá de la roncha que puede ocasionar el hecho de que el PSG lo arregla todo con dinero en Francia, la era catarí ha sido muy cuestionada por el recurrente fracaso en la Champions League, el torneo más importante del mundo en el fútbol de clubes y el Santo Grial que Catar persigue con cheques. Pero como decía el eslogan de aquella marca de tarjetas de crédito, hay cosas que el dinero no puede comprar. Veamos.
Con Nasser Al-Khelaïfi como mandamás del club, el PSG ha comprado a todas estas figuras (solo ponemos las más relevantes):
Gran total: 1.175,5 millones de euros (y estamos dejando de lado varios traspasos menos importantes).
Grandes éxitos europeos: NINGUNO en 8 años. Mirá con tus propios ojos:
Temporada 2011/2012: Eliminados en la fase de grupos de la Europa League
Temporada 2012/2013: Eliminados en cuartos de final de la Champions League (por Barcelona)
Temporada 2013/2014: Eliminados en cuartos de final de la Champions League (por Chelsea, con remontada)
Temporada 2014/2015: Eliminados en cuartos de final de la Champions League (por Barcelona)
Temporada 2015/2016: Eliminados en cuartos de final de la Champions League (por Manchester City)
Temporada 2016/2017: Eliminados en octavos de final de la Champions League (por Barcelona, con remontada y polémica arbitral)
Temporada 2017/2018: Eliminados en octavos de final de la Champions League (por Real Madrid)
Temporada 2018/2019: Eliminados en octavos de final de la Champions League (por Manchester United, con remontada)
Temporada 2019/2020: ¿?
Las más grandes noches de PSG en todo ese historial de fracasos fueron en 2017 y en 2019.
En 2017 le ganaron 4-0 al Barcelona de Messi en el Parque de los Príncipes, en París. Parecía que el mundo era de ellos y que la clasificación estaba asegurada, pero en Camp Nou se comieron un 6-1.
Si bien hubo mucha polémica por decisiones arbitrales, el PSG llegó a defender con miedo a Barcelona. Un equipo bueno no pierde 4 goles de ventaja.
En 2019, hace unos meses, le ganaron 2-0 al Manchester United en Old Trafford. Era el momento en que el United iba de maravillas tras el despido del entrenador José Mourinho y la llegada de Ole Gunnar Solskjaer. PSG hizo la tarea de visita y llegó la hora de confirmar en casa.
Manchester United le ganó 3-1 en su patio y Paul Pogba y Patrice Evra, desde las tribunas del estadio parisino, grabaron una instagram story gritando: “Ici c’est Manchester!” (“¡Aquí es Manchester!”), burlándose del grito de guerra del PSG. Un equipo bueno tampoco debería perder una ventaja de 2 goles en su casa.
Y yap. Ahí termina el recuento de fracasos deportivos. Todos y cada uno de estos fracasos los miró Nasser Al-Khelaïfi desde su palco 5 estrellas. El CEO del PSG no se pierde un juego.
El caso Neymar
Este caso es un buen ejemplo de la gestión del nuevo patrón de Keylor. Según medios franceses, prácticamente cada vez que Neymar se lesiona, viaja a Brasil, donde sale de fiesta muchas noches. También viaja a Brasil cuando cumple su hermana o cuando es el Carnaval de Río. No acompaña al equipo en las celebraciones de títulos locales si está lesionado y desde hace unos meses ha pedido irse del club para regresar al Barcelona, pero no lo consiguió. En todo este tiempo no ha jugado ni un minuto. No hizo pretemporada con su equipo y según el diario catalán Sport.es está deprimido por tener que quedarse en el PSG.
En PSG muchos aficionados no soportan el comportamiento de Neymar y también querían que se fuera, pero ahora el brasileño será por lo menos 6 meses compañero de Keylor, hasta que se abra otra ventana de traspasos en enero.
En una de las radios más grandes de Francia, RMC, el programa más escuchado es After Foot, una emisión de TV y de radio que desmenuza el fútbol francés y europeo todas las noches de 10 p. m. a medianoche. La radio es conocida por aceptar un sinnúmero de llamadas de aficionados que opinan sobre todo tipo de temas y se enfrascan en discusiones acaloradas con los panelistas, compuestos de reconocidos periodistas y exjugadores profesionales. Yo escucho este programa básicamente todas las noches desde hace ya tres años, y no podría estimar el alto número de fans del PSG que critican a Nasser Al-Khelaïfi. Fanáticos y también periodistas.
Tras el fracaso de 2019 contra Manchester United, el periodista, autor de libros y analista deportivo francés, Daniel Riolo (un conocido fan del PSG desde siempre), dijo:
“Todos los años es lo mismo. Nasser va a Doha al final de la temporada para hacer el recuento anual. Le dan una regañada, toma un montón de notas para saber qué tiene que cambiar en París, y todos los años pierde la libreta en el avión. Nunca pasa nada. Nunca cambia nada”.
Ojo 2.0: Nasser también ha sido investigado por presuntos casos de coimas y “corrupción activa” 👀
¿El verdadero poder?
Nasser es el hombre fuerte del PSG sobre el papel, ¿pero tiene poder realmente? Dinero sí tiene, todos lo sabemos. A este equipo le basta con abrir un grifo de petróleo para renegociar contratos o comprar estrellas. Pero, ¿y el poder de gestionar al club con mano dura cuando es necesario?
¿Recuerdan la serie política y cínica House of Cards? El personaje principal, Frank Underwood, decía esto: “Escoger el dinero por encima del poder es un error que casi todos cometen. El dinero es una gran mansión que empieza a caerse después de diez años. El poder es ese viejo edificio de piedra que se mantiene durante siglos. No puedo respetar a alguien que no vea la diferencia”.
En el fútbol, cuando llegan los grandes partidos y la hora de ser decisivos, el poder lo demuestran clubes que además de dinero tienen historia, jerarquía. Un escudo, un uniforme, un estadio y una vitrina donde ya no caben trofeos pueden funcionar como el combustible faltante para que un equipo salga mucho más motivado que otro. Que salga con la mente despejada, con confianza. Pensamos en Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich, Juventus, Liverpool. No puede ser casualidad que PSG y Manchester City, con tanto petrodólar disponible, no hayan podido jugar una sola final de Champions en la última década.
El éxito llegará inexorablemente, a pesar de gestiones dudosas como la de Nasser. Llegará con todo ese dinero porque algún día los mejores clubes históricos tropezarán y quizás el PSG y el City tendrán jugadores jóvenes hambrientos (como Mbappé) o jugadores que ya lo ganaron todo en otro lado y llegan a aportar experiencia (como Keylor). Pero ese día de gloria no es evidente en el horizonte próximo. La única semifinal de Champions que ha jugado PSG en su historia fue en 1995. Perdió 3-0 contra el Milán de Fabio Capello.
Otro signo de que en París, bajo las órdenes de Nasser Al-Khelaïfi, hasta lo caliente se pone tibio, es el entrenador Thomas Tuchel. Conocido en Dortmund por su verticalidad a la hora de mandar y por su alta exigencia con los jugadores y su nivel de disciplina, el alemán ha venido a menos en el PSG. Sus declaraciones a los medios después de los partidos suelen ser pasivas, evocan a la mala suerte cuando pierden partidos importantes y no aportan mayor cosa al debate.
El periódico más grande de Francia, Le Monde, publicó en agosto de 2019 este perfil sobre Nasser, titulado: Al Khelaïfi, el patrón fantasma del PSG. El resumen que hacen es este: Desde 2011, el presidente catarí encarna la ambición de un club dispuesto a todo para alcanzar la cima del fútbol. A lo interno, la imagen que dibuja es totalmente diferente.
A manera de ejemplo, la publicación revela que entre junio y agosto, meses de vacaciones del fútbol de clubes en Europa y por ende un tiempo de preparación crucial para la nueva temporada, don Nasser estuvo únicamente dos días en su oficina del PSG. Dos días.
Pero no todo es sombras. Quizás la mejor noticia para el nuevo equipo de Keylor Navas, este año, fue la llegada de Leonardo Araújo como director deportivo. El antiguo mediocampista ofensivo de Brasil, que jugó una temporada en PSG entre 1996 y 1997, sí parece manejar mejor esto que llamamos poder. El otro día, cuando aseguró que Neymar se quedaba en París, le pidieron más transparencia. Leonardo dijo: “¿Transparencia?” Y se estalló de la risa. Rechazó todas las ofertas del Barcelona, las del Real Madrid, y no complació a su compatriota Neymar con esto de abandonar el barco parisino. Parece que el carismático director tiene luz verde para dar timonazos. Quizás es lo que le ha hecho falta al club en estos 8 años cataríes.
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