Hay varios puntos que aclarar para entender el foco de discusión. Veamos primero los hechos que acontecieron este fin de semana.
--El domingo 11 de julio de 2021 marcó un hito en la historia (más o menos, porque hay controversias al respecto): Richard Branson se convirtió en el primer multimillonario en probar su propia aeronave en el espacio.
(Sir Richard Branson es un multimillonario británico propietario del Grupo Virgin, un consorcio de más de 300 empresas que nació en los años 70. Entre sus principales marcas está el sello discográfico Virgin, aunque últimamente sus propiedades más famosas son su aerolínea comercial --en bancarrota por la pandemia-- y Virgin Galactic, protagonista de este Expli.)
--La aeronave espacial VSS Unity llevó a Branson, dos pilotos y tres tripulantes más, empleados de Virgin Galactic, a una altura de poco más de 86 kilómetros sobre el nivel del mar (snm), en el cielo del estado de Nuevo México (Estados Unidos).
--El viaje duró alrededor de dos horas. El despegue horizontal se realizó a las 8:40 a. m. local. La nave VSS Unity fue jalada por un avión madre llamado White Knight, hasta una altura de 15 km snm. En ese momento se separaron, y el VSS Unity encendió motores para alcanzar su altitud objetivo: alrededor de 86 km.
--Por unos cuatro minutos, los tripulantes pudieron experimentar la sensación de gravedad cero dentro de la aeronave.
--A las 10:40 a. m., hora de Nuevo México, la nave aterrizó en el mismo lugar desde donde despegó: la pista del Spaceport America, sede de pruebas y misiones de Virgin Galactic.
--Oficialmente, por la interpretación actual de los Estados Unidos, las seis personas que formaron parte de este vuelo sí fueron al espacio, y obtuvieron entonces las medallas aladas como prueba/reconocimiento de ello. Si hubiesen realizado la aventura en Europa, no les darían el reconocimiento.
¿Realmente fueron al espacio? ¿A partir de cuándo estamos en el espacio?
Depende.
Long story short, resulta que no hay un solo límite que sea avalado por el mundo entero, en consenso, sobre cuándo comienza a ciencia cierta el espacio. Lo que hay son varios límites establecidos.
Como dijimos anteriormente, Richard Branson y compañía llegaron a una altitud máxima de unos 86 km. Pues bien, hay quienes consideran que la frontera del espacio comienza a los 100 km snm. Y hay quienes valoran que la frontera se encuentra a 122 km.
Vayamos parte por partes.
Como dice Nadia Drake, autora en National Geographic, “nadie sabe dónde termina el espacio aéreo y comienza el espacio exterior”. Ambas zonas, que forman parte del espacio, se separan en algún punto de nuestra atmósfera. Veamos:
Como vimos en el colegio, la atmósfera terrestre es una de las partes de nuestro planeta. Es la capa más externa y menos densa, puesto que está compuesta por gases. Sus diferentes gases varían en cantidad según la presión a distintas alturas. Es en la atmósfera donde se encuentra la división entre el espacio aéreo y el espacio exterior, al menos para fines de aviación y soberanía.
Nuestra atmósfera está dividida en cinco capas:
Troposfera: entre los 6 km snm (en las zonas polares) y los 20 km snm (en la zona intertropical).
Aquí se encuentran las montañas más altas y bellas, como el pitón de la Fournaise y el Matterhorn, y otras famosas como el Everest. Y es aquí también donde viajamos cuando vamos en avión comercial.
Estratosfera: entre la troposfera y los 50-55 km de altitud.
Desde aquí se lanzó en paracaídas Felix Baumgartner en 2012, a una altura de aproximadamente 39.000 metros snm (su récord fue roto en 2014 por Alan Eustace, vicepresidente de Google, quien saltó desde unos 41.400 metros snm).
Mesosfera: entre la estratosfera y los 80-85 km de altitud.
Termosfera: entre la mesosfera y los 700 km de altitud.
Es aquí donde se forman las auroras boreales. Y es también aquí donde orbita la Estación Espacial Internacional (EEI), a una altura promedio de 386 km. Unos 300 km más arriba del viaje de Virgin Galactic. En esta capa de la atmósfera se encuentra la Línea de Kármán, de la cual hablaremos a continuación.
Exosfera: entre los 700 km de altitud y aproximadamente los 10.000 km de altitud.
Es la zona de tránsito entre la atmósfera terrestre y el espacio interplanetario.
“No es fácil distinguir entre ‘espacio’ y ‘no espacio’, en principio, porque no es que la atmósfera de la Tierra desaparece; más bien, se va haciendo cada vez más delgada (...). Técnicamente, la Estación Espacial Internacional, que orbita a una altura promedio de 386 km, no estaría en el espacio si definiéramos ‘espacio’ como la ausencia de atmósfera”.
Eso lo apunta National Geographic en el mencionado artículo, que contó con la ayuda de Jonathan McDowell, experto del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, y con la participación de Mike Massimino, astronauta de la NASA que ayudó a reparar el Telescopio Espacial Hubble (que también orbita el planeta en la termosfera).
La mayoría de expertos entiende la definición del límite del espacio como el punto donde las fuerzas de la dinámica orbital del planeta son más importantes que las fuerzas aerodinámicas. O bien, donde la atmósfera por sí sola no es suficiente para soportar una nave voladora a velocidades suborbitales.
(Se habla de vuelos suborbitales con aquellos que no van lo suficientemente rápido como para quedarse en el espacio, orbitando la Tierra. Y se habla de vuelos orbitales con los que sí van lo suficientemente rápido como para quedarse en el espacio).
El vuelo del VSS Unity de Richard Branson fue suborbital. Llegó a una velocidad 3.700 km/h, más de tres veces la velocidad del sonido. Para poder orbitar el planeta, según un artículo de la revista Time, es preciso viajar a 28.160 km/h.
Bien. Hablemos de la Línea de Kármán. En la década de 1900, el físico y astrofísico teórico húngaro, Theodore von Kármán, determinó mediante cálculos matemáticos que el límite que separa las velocidades suborbitales de las orbitales, se encuentra a aproximadamente 100 km snm.
La Federación Aeronáutica Internacional (FAI), dedicada al establecimiento de estándares internacionales, así como de registros en aeronáutica y astronáutica, acepta oficialmente la definición de Kármán como límite del espacio. O sea, que la FAI no daría a Richard Branson el reconocimiento de astronauta.
Sin embargo, la Administración Federal de Aviación de EE.UU., la Fuerza Aérea de ese país y la NASA, suelen usar las 50 millas de altitud (80 km aprox.) como frontera. Y por eso en EE.UU. sí se le otorgó a Branson y compañía la categoría de astronautas.
Ojo: para los controles de misión de la NASA, sí se coloca la línea a 76 millas de altitud (122 km), porque ese es “el punto al que empieza a percibirse la resistencia atmosférica”, según escribieron Bhavya Lal y Emily Nightingale, del Instituto de Política de Ciencia y Tecnología, en un artículo de 2014.
Al respecto, Terry Virts, comandante en retiro de la Estación Espacial Internacional, quien pasó más de 213 días en órbita, dijo a Nat Geo algo muy interesante. Para Virts, sí hay una diferencia importante entre ir a bordo de un vuelo suborbital de cinco minutos y emprender una misión orbital de seis meses. Pero reconoce que ambos tipos de personas se han ganado el título de ‘astronauta’:
“Si te amarras el trasero a un cohete, eso tiene que valer de algo. Cuando era piloto de F-16 (aviones militares de caza), no me sentía celoso de los pilotos de Cessna porque los llamaran pilotos. Creo que todos van a saber si has pagado para ser un pasajero en un vuelo suborbital de cinco minutos o si eres el comandante de un vehículo espacial interplanetario. Son dos cosas diferentes”.
Sea espacio o no espacio realmente, otra de las claves está en la palabra con T: “Turistas”.
También aquí hay debate, porque quienes pagan una fortuna para salir del planeta preferirían que se los llame astronautas privados o exploradores del espacio, ya que la palabra turista, en un terreno que hasta hace no mucho era exclusivo para científicos de renombre representantes de naciones, puede conllevar un aura negativa.
Branson no fue el primer turista espacial
Richard Branson no es el primer turista del espacio. El primer turista incluso llegó mucho más alto que Branson, removiendo toda duda sobre su estatus: incluso participó de una misión de ocho días a bordo de la Estación Espacial Internacional.
Dennis Tito, un multimillonario estadounidense, pagó $20 millones en 2001 para ser uno de los tripulantes de la Soyuz TM-32. A Tito lo siguieron al menos seis multimillonarios más en viajes similares. Todos a bordo de cohetes Soyuz de Rusia, hasta que este país interrumpió esta clase de viajes para priorizar todas las plazas al personal científico de Rusia y del mundo.
La ‘guerra’ entre Branson, Elon Musk y Jeff Bezos por ir al espacio
Lo que logró Branson, entonces, fue ganar la carrera de cuál es el primer multimillonario que logra hacer un viaje espacial en su propia aeronave.
En esto, nuevamente haciendo hincapié en que no para todas las personas Branson llegó al espacio, el británico le ganó a Jeff Bezos y a Elon Musk.
--Elon Musk, la segunda persona con más dinero en el mundo, es fundador y propietario de SpaceX, una empresa privada que se alió a la NASA y ha enviado ya a 10 astronautas a la Estación Espacial Internacional desde el año 2020 (con naves bastante más sofisticadas que las de Virgin Galactic, pero cuyo objetivo no es turístico). Eso sí: Musk aún no se ha montado en alguno de sus vuelos. Tiene planeado hacerlo entre 2023 y 2024, pero mientras tanto ya compró un tiquete para subirse a uno de los vuelos de Virgin Galactic.
--Jeff Bezos, la persona con más dinero en el mundo, es fundador y propietario de Amazon y Blue Origin, una empresa privada que apuesta por el turismo espacial al igual de Virgin Galactic, y que tiene fecha de viaje el próximo 20 de julio, con Bezos entre los tripulantes.
La relación entre ellos no suele ser públicamente mala. Pero está claro de que existe un espíritu de lucha por ver quién tiene la nave más grande, más rápida y más capaz. Apenas se supo que Bezos iría el 20 de julio al espacio, Branson apresuró sus planes y reprogramó su vuelo para el 11 de julio.
Públicamente, Bezos le deseó un feliz viaje a través de Instagram. Por su parte, Elon Musk incluso lo visitó horas antes del vuelo y habrían desayunado juntos.
Blue Origin, en cambio, --no olvidar que es la empresa de Bezos-- publicó una serie de tuits el pasado 9 de julio precisando que sus naves son mejores que las de Branson.
En todo caso, el que haya tres megaproyectos que ya logran rozar o que ya superan la Línea de Kármán para vuelos turísticos, puede ser algo bueno para la humanidad en general. El no monopolio hará que se apresuren y que los costos de viaje sean cada año menores. Por ahora, estos oscilan entre los $250.000 y los $600.000.
Esta nueva carrera espacial privada lleva al espacio la posibilidad de terceras personas afuera del planeta. Ya no será exclusivamente para la ciencia estatal, sino que podría ser para la ciencia privada. Parecido a lo que describe la genial película (en cuanto a propuesta de trama inicial más que desenlace técnico) Prometheus (2012).