En Estados Unidos (EE. UU.), el aborto es legal en todo el territorio, aunque dependiendo del estado, existen algunas restricciones y diferencias para acceder a este procedimiento médico.
El derecho al aborto ha sido reconocido de forma federal desde hace 49 años, tras el fallo de la Corte Suprema en el caso conocido como Roe vs. Wade, en enero de 1973.
A continuación explicamos el caso y detallamos qué está pasando —y podría pasar— con su revisión actual por parte de la Corte Suprema estadounidense. En el horizonte cercano acecha una probable lucha legal e ideológica a partir de la decisión que tomarán los más altos magistrados del Poder Judicial norteamericano.
El caso Roe vs. Wade
Viajamos a 1970. Una mujer de 22 años llamada Norma McCorney, embarazada de cinco meses de su tercer hijo, quería realizarse un aborto. Sin embargo, la ley en Texas, su estado de residencia, prohibía terminantemente este procedimiento, a excepción de casos en los cuales la vida de la madre estuviese en peligro.
McCorney llevó el caso a instancias judiciales con la ayuda de dos abogadas de Dallas, al norte de Texas. Ellas fueron Sarah Weddington y Linda Coffee. En calidad de denunciante anónima, McCorney utilizó el pseudónimo legal ‘Jane Roe’ en su desafío ante las leyes de aborto de Texas.
La demanda fue ante un tribunal federal de EE. UU., en contra del fiscal de distrito del condado de Dallas, Henry Wade —este es el ‘Wade’ en el nombre del caso—.
El alegato era que las leyes de aborto de Texas eran contrarias a la Constitución Política de los Estados Unidos. Tres jueces del Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito Norte de Texas analizaron el caso y fallaron a favor de ‘Jane Roe’ (McCorney).
Como respuesta, el estado de Texas elevó el caso a instancias federales y apeló la decisión ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, compuesta por nueve altos magistrados vitalicios. En enero de 1973, esos altos jueces votaron a razón de siete a favor y dos en contra, una sentencia que, hasta el día de hoy, permite el aborto en EE. UU.
En resumen, la Corte encontró que, bajo la Enmienda 14 de la Constitución de EE. UU., el aborto estaría protegido como una libertad “hasta la semana número 20 desde el inicio del embarazo”. La enmienda 14 afirma que los estados no pueden “privar a cualquier persona de la vida, libertad o propiedad sin el debido proceso legal”, y la Corte falló en contra de las leyes antiaborto de Texas, al encontrarlas inconstitucionales.
Dicho de otra forma, el dictamen se basó en el derecho constitucional a la privacidad (Enmienda 14) para incluir allí la decisión de una mujer sobre si desea o no interrumpir el embarazo.
El fallo, eso sí, declaró que el derecho al aborto no es absoluto, y que debe haber un equilibrio entre la regulación del aborto en cada estado y la protección de la vida prenatal. En específico, la Corte resolvió lo siguiente:
- Primer trimestre de embarazo: Los gobiernos estatales no podían prohibir el aborto en absoluto.
- Segundo trimestre de embarazo: Los gobiernos estatales podían exigir regulaciones sanitarias razonables.
- Tercer trimestre de embarazo: Los gobiernos estatales podían prohibir abortos por completo, siempre y cuando, hubiera excepciones para casos en que fueran necesarios para salvar la vida o la salud de la madre.
En 1992, tras el caso Planned Parenthood vs. Casey, la Corte Suprema de comienzos de los años 90 revisó y modificó los dictámenes del caso Roe; anuló los marcos trimestrales, pero reafirmó la posición de que el derecho de la mujer a decidir abortar está constitucionalmente protegido.
Con esa revisión, se estipuló que las mujeres en EE. UU. tienen un derecho constitucional a terminar con el embarazo hasta la viabilidad fetal (habilidad del feto de sobrevivir fuera del útero; actualmente, según la ciencia, se calcula en alrededor de 23 a 24 semanas de embarazo).
¿Qué pasa actualmente?
A mediados de este año, la Corte Suprema de Justicia podría revocar el caso Roe vs. Wade, anulando el derecho federal al aborto en EE. UU., vigente desde hace cinco décadas.
La actualidad se desarrolla en el marco de un caso actual, llamado Dobbs vs. la Organización de Salud de la Mujer de Jackson, un desafío a la ley de Mississippi que prohíbe la mayoría de los abortos después de las 15 semanas de embarazo.
Es la primera vez que se desafía de forma abierta el caso Roe desde que la Corte Suprema tiene el ordenamiento actual. Es decir, desde que, el 27 de octubre del 2020, Amy Coney Barrett asumió el cargo de magistrada, dejando una mayoría de cinco magistrados conservadores contra cuatro.
En este escenario, y a falta de casi dos meses para conocer una sentencia de la Corte, el medio de comunicación Politico, con sede en Arlington, Virginia —al lado de Washington DC—, tuvo acceso a un borrador de la opinión de la Corte Suprema, firmado por el magistrado Samuel Alito (en el cargo desde el 2006).
La publicación de dicho documento, este lunes 2 de mayo, fue un ‘bombazo’ sin precedentes en EE. UU., ya que la Corte Suprema es un órgano que suele operar con suma cautela al revisar casos delicados y polarizantes para muchas personas, como este.
El borrador, de 98 páginas, reza en el folio cinco: “Sostenemos que Roe vs. Wade debe ser revocado. La Constitución no hace referencias al aborto, y el derecho al aborto no está implícitamente protegido por ninguna provisión constitucional (...)”.
En el folio siguiente, el sexto, el documento señala que el fallo en el caso Roe vs. Wade fue “un abuso de autoridad judicial”: “El caso Roe fue atrozmente equivocado desde el principio. Su razonamiento fue excepcionalmente débil y la decisión ha derivado en consecuencias dañinas (...)”.
El pasado martes 3 de mayo, tan solo horas después de la publicación del borrador, el presidente de la Corte Suprema, el magistrado John Roberts, emitió un comunicado oficial reconociendo la veracidad del borrador, indicando que el Poder Judicial investigará cómo se filtró el documento, pero precisando que “no representa una decisión final por parte de la Corte o de ninguno de sus miembros acerca del caso”.
Sin embargo, por los argumentos que esgrime el borrador y por la supermayoría conservadora de cinco contra cuatro, es más que probable que el caso Roe vs. Wade será revocado, tal como sugieren The New York Times o The Washington Post.
¿Qué pasará entonces, se anula el derecho al aborto en EE. UU.?
Si la Corte falla tal como en el borrador filtrado, cada estado tendrá absoluta potestad sobre si prohíbe o no el aborto en su territorio. Ahora mismo, según el Instituto Guttmacher, que realiza estudios sobre derechos reproductivos, hay 26 estados de 50 en los que el derecho al aborto quedaría prohibido o restringido, o que están anuentes a prohibirlo en caso de revocación del caso Roe.
De estos 26 estados, al menos 22 ya tienen leyes antiaborto o de restricciones inviables con el caso Roe vigente, que entrarían en vigor automáticamente o muy rápidamente al revocarse la sentencia.
Estos 22 estados son: Idaho, Utah, Arizona, Wyoming, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Texas, Oklahoma, Iowa, Missouri, Arkansas, Luisiana, Mississippi, Tennessee, Kentucky, Ohio, Virginia del Oeste, Wisconsin, Michigan, Carolina del Sur, Georgia y Alabama.
Alabama, por ejemplo, tiene la ley antiaborto más restrictiva de EE. UU. Fue aprobada por el Senado estatal en 2019 y prohíbe la interrupción del embarazo en casi todos los casos, incluso en violaciones e incesto. Además, la pena para quien practique dicha interrupción puede ser hasta de 99 años de prisión. La norma permite el aborto únicamente en caso de riesgo serio para la vida de la madre. Dado el alcance del fallo Roe vs. Wade de 1973; sin embargo, esta legislación estatal no ha entrado en vigencia.
Otro ejemplo es Arkansas, que tiene una ley registrada que prohibiría casi todos los abortos si el fallo Roe vs. Wade es revocado, salvo en el caso de una emergencia médica que represente peligro para la vida de la madre. Un profesional de la salud que infrinja la ley podría enfrentar hasta diez años de prisión, una multa hasta de $100.000 o ambas.
Por otro lado, estados como California, donde el derecho al aborto permanecerá libre pase lo que pase con la Corte Suprema, se aprobó incluso una ley, en marzo pasado, para eliminar los costos adicionales de los servicios de aborto que cubren los planes de salud. La intención es facilitar el procedimiento para los californianos.
Otros cuatro estados estarían dispuestos a prohibir la interrupción voluntaria del embarazo, pero todavía no tienen leyes aprobadas que entren en vigor con la revocación del caso Roe. Estos cuatro estados son: Montana, Nebraska, Indiana y Florida.
Pero el debate está lejos de terminar. Según el borrador filtrado, firmado por el magistrado Alito, la Corte Suprema exhortaría a los legisladores a que sean ellos, como representantes directos del pueblo, quienes legislen si el aborto debe ser un derecho federal o no.
“Es hora de hacer caso a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes del pueblo”, indica el borrador.
El tema toma mayor relevancia porque el 8 de noviembre entrante habrá elecciones legislativas en EE. UU. Incluso, el presidente estadounidense, Joe Biden, tuiteó, el pasado 3 de mayo: ”Si la Corte anula Roe, recaerá sobre los funcionarios electos de nuestra nación, en todos los niveles de gobierno, la decisión de proteger el derecho de la mujer a elegir. Y recaerá en los votantes el elegir, en noviembre próximo, a los funcionarios que estén a favor del derecho a decidir”.
If the Court overturns Roe, it will fall on our nation’s elected officials at all levels of government to protect a woman’s right to choose.
— Joe Biden (@JoeBiden) May 3, 2022
And it will fall on voters to elect pro-choice officials this November.