Desde que Rusia invadió Ucrania, el pasado 24 de febrero, y a medida que el conflicto ha escalado, no han sido pocas las ocasiones en las que se ha evocado una Tercera Guerra Mundial.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo este miércoles 16 de marzo que, de hecho, es posible que “la Tercera Guerra Mundial ya haya iniciado”.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, también se refirió al tema el pasado 11 de marzo, cuando dijo que un enfrentamiento entre la OTAN y Rusia “resultaría en la Tercera Guerra Mundial”.
Por su parte, Vladimir Putin, mandatario de Rusia desde 1999, se ha referido a su armamento nuclear en al menos dos ocasiones.
Primero lo hizo de forma acaso codificada, el mismo día de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero, diciendo en su anuncio de la operación: “Quien quiera que intente detenernos y crear más amenazas para nuestro país, nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y les llevará a tales consecuencias que nunca han enfrentado en su historia”.
Luego, el 27 de febrero, comandó a sus altos funcionarios de Defensa a poner las fuerzas nucleares en estado de alerta o “régimen especial de servicio de combate”.
Tras semanas de combate, el pasado 14 de marzo, misiles rusos destruyeron una base militar ucraniana a tan solo 25 kilómetros de Polonia, en territorio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Por ahora, otra potencia nuclear, China continental, no se ha inmiscuido de lleno en el conflicto y más bien ha actuado con mesura, pidiéndole a Putin una salida negociada del conflicto. Pero Putin, por su parte, habría solicitado a Pekín que apoye a Moscú militarmente, según una exclusiva del Financial Times.
Además, EE. UU., la Unión Europea y otros países de la OTAN como Japón y Canadá, han sancionado duramente a Rusia por la guerra y están oficialmente del lado de Ucrania, que de hecho tenía pretensiones europeístas y también militares de ser parte de dicha alianza militar a corto o mediano plazo, antes de la invasión de Rusia.
En este escenario, y a medida que las hostilidades y la retórica geopolítica de los líderes mundiales escala, preguntamos a tres especialistas si es descabellado pensar en una Tercera Guerra Mundial en el 2022, que, sin saberlo, habría comenzado justamente la madrugada del 24 de febrero, con los primeros ataques militares rusos sobre suelo ucraniano.
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¿Es exagerado pensar en una Tercera Guerra Mundial en el 2022?
“No, no es exagerado”, opina Carlos Murillo, especialista en Relaciones Internacionales y profesor del Programa de Doctorado en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Murillo explica que, tal como apuntó el filósofo prusiano Carl von Clausewitz en su libro ‘Sobre la Guerra’: “Siempre se sabe cuándo inicia la guerra, sobre todo, después de que se entra al campo de batalla. Lo que no hay forma de saber es cómo ni cuándo ni dónde acaba la guerra (...). Sí existe esa posibilidad (de guerra mundial). No se puede descartar, aunque todos los esfuerzos están orientados a que no se extienda más allá de Ucrania, pero la pregunta es cuánto tiempo se va a prolongar. Y que las tropas movilizadas no se pueden mantener a perpetuidad movilizadas”.
Por su parte, Adriana Salcedo, coordinadora de la Maestría en Estudios Internacionales de Paz y Profesora Asistente en el Departamento de Estudios de Paz y Conflicto de la Universidad para la Paz (UPAZ) de Naciones Unidas, ve la escalada del conflicto más como una retórica política que como un aumento del peligro de una guerra de escala planetaria.
“A pesar de que la retórica (sobre todo del lado ruso) ha seguido una tónica de escalamiento, creo que las partes durante esta tercera semana después de la invasión (y de las lamentables pérdidas humanas y materiales en ambos lados), se han mostrado más conducentes a una salida negociada. La resiliencia de los ucranianos es algo que Rusia no se esperaba encontrar y eso claramente puede influir en las negociaciones, al igual que la resistencia que enfrenta Putin en Rusia con las protestas antiguerra sumada a las sanciones internacionales”, analiza Salcedo.
Para la especialista Salcedo, doctora en Análisis y Resolución de Conflictos por la Universidad George Mason, en Virginia (EE. UU. ), un elemento que podría exacerbar las tensiones, y que podría llevar a una escalada y posible intervención directa de la OTAN, se produciría si por un error militar ocurriera un ataque no intencionado a un territorio de la alianza. Esto obligaría a la OTAN a activar una respuesta acorde. Por ejemplo, un misil que salió de curso.
“Mi lectura del reciente ataque de Rusia a una base militar muy cercana a la frontera con Polonia es que este parece responder más a una estrategia táctica y militar que buscaba destruir una posición clave en el suministro de armas hacia Ucrania más que a la intención de enfrentar directamente a la OTAN. De todas maneras, el riesgo de que esta guerra derive en un escenario de mayor confrontación a nivel global no se puede descartar por completo, aunque por el momento, resulta poco probable”, añade.
En resumen, Salcedo describe tres razones que la hacen pensar esto: Primero, que la OTAN ha sido muy clara desde el inicio en que no se involucrará directamente en el conflicto. “Ha desplegado una diplomacia activa pero no invasiva”. Segundo, la retórica de Putin va cambiando. De hablar de una “desnazificación” del gobierno ucraniano, se ha enfocado en asegurar el control territorial del país invadido y habla ahora de asegurar una “neutralidad” de Ucrania. El tercer elemento para desestimar la idea de un conflicto mayor de escala global, según Salcedo, es que las actuales negociaciones se centran justamente en la fórmula de la “neutralidad ucraniana”.
“De llegarse a concretar, la neutralidad ucraniana implicaría una retirada (sin desprestigio) de las tropas rusas que ofrecería las garantías en términos de seguridad que Rusia requiere. Recordemos que uno de los elementos detonantes de la invasión (de acuerdo con el Kremlin) fue la intención de la OTAN de ampliar sus fronteras de influencia, a través de una posible inclusión de Ucrania como miembro de la alianza”, expone Adriana Salcedo, de la Universidad para la Paz de Naciones Unidas.
Esa noción de desprestigio es importante para Putin. No “perder la cara” ante los 144 millones de habitantes rusos a los que bombardea con propaganda todos los días.
Para Eduardo Ulibarri, exembajador de Costa Rica ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) y especialista en Relaciones Internacionales, la cuestión de una hipotética Tercera Guerra Mundial debe verse en dos sentidos. Primero, si una invasión como la que Putin desató sobre Ucrania puede convertirse en un conflicto mayor. Y segundo, si ese conflicto mayor podría derivar en algo que uno pueda llamar “guerra mundial”.
“Yo creo que sí es posible que el conflicto escale”, señala Ulibarri. “Uno tendría a suponer que Putin, en medio de sus desplantes, es una persona racional, y que el régimen que él encabeza tendrá por lo menos algunas formas de contener impulsos muy primarios. Sin embargo, ante una situación en la cual hasta el momento la acción militar rusa ha sido bastante desastrosa; ha sido un fracaso en el sentido de que no ha logrado sus objetivos con la rapidez que quería, podría llegar el momento en que él decida escalar el conflicto para tratar de crear una situación tan extrema, que conduzca a la neutralización de Ucrania, que es en última instancia lo que yo creo que él persigue”.
Si esto llega a pasar, no obstante, lo más seguro es que la OTAN adopte una respuesta con “gran mesura”, dice el especialista. “Pero tampoco va a aceptar un chantaje producto de un escalamiento del conflicto”.
Adicionalmente, Carlos Murillo recuerda que, históricamente, no hay en las relaciones internacionales una forma de ajuste o replanteamiento o redefinición del sistema internacional, que no sea a través de una guerra sistémica. Es decir, “un conflicto armado y actualmente no solo armado sino que con otras dimensiones, entre los principales actores del sistema internacional entre los más poderosos”.
Una guerra mundial podría suponer un reajuste de la geopolítica mundial. Antes de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, Estados Unidos no era la primera potencia militar y económica del mundo, por ejemplo.
Pero todavía no estamos en un momento como ese. Si Rusia y Ucrania continúan hacia la vía de una “neutralización” ucraniana y una posible pausa sostenida de ataques rusos, con la supervisión de la comunidad internacional, entonces un alto al conflicto es posible.
“El rol que la comunidad internacional puede jugar en la implementación de un acuerdo negociado entre las partes será clave, pues se juega el apoyar la implementación de un acuerdo sin sacrificar (como ha sucedido en otros escenarios) la normativa internacional y caer en la impunidad al no juzgar y condenar crímenes de guerra”, subraya Salcedo.