Este miércoles 18 de diciembre, el Congreso de Estados Unidos --liderado por demócratas-- votó a favor del impeachment de Donald Trump por dos crímenes contra el país: abuso de poder y obstrucción al Congreso.
El mandatario irá a juicio al Senado --liderado por republicanos--, donde se espera que la mayoría de senadores le darán un espaldarazo al presidente para que continúe en la Casa Blanca.
Es muuuuuy improbable que Trump tenga un destino similar al que tuvo Richard Nixon en 1974 (salir del cargo).
Nixon, ante la tormenta de un impeachment y una inminente destitución, renunció de la presidencia.
Trump todavía puede contar con los senadores de su partido para permanecer en el poder, a pesar de los cargos en su contra. Aquí te explicamos todo.
Qué es un impeachment y cómo funciona
Un impeachment es un proceso o juicio político de destitución del presidente que únicamente se ha llevado a cabo tres veces en la larga historia democrática de Estados Unidos: en 1868 (Andrew Johnson), 1998 (Bill Clinton) y 2019 (Donald Trump).
Tanto en 1868 como en 1998 los procesos fueron aprobados por la Cámara de Representantes, pero fueron rechazados por el Senado.
En 1974, el presidente Richard Nixon renunció antes de que comenzara su proceso de impeachment. Es el único mandatario estadounidense que ha dimitido a su cargo.
Trump puede estar confiado en que el Senado, de mayoría republicana (su mismo partido), rechace su destitución.
El proceso va en tres partes:
1) La Cámara de Representantes investiga las acusaciones contra Trump con miras a un posible impeachment. El proceso puede terminar aquí o puede continuar, dependiendo de lo que encuentren. Seis comités legislativos conducen las investigaciones. Hay pesquisas privadas y públicas.
2) Si encuentra que es necesario destituir al presidente, se recurre a una votación. Si en la votación de 435 representantes, 218 votan a favor del proceso (mayoría simple), se declara a Trump imputado o impeached. Aquí es donde estamos ahora.
3) El proceso pasa entonces al Senado, encargado de juzgar al imputado. La condena eventual de una destitución de Trump, tras escuchar a las partes implicadas, necesitaría dos tercios de los votos: 67 de 100 senadores. Si estos no se cumplen, el presidente continúa en su cargo. Si los votos a favor del impeachment llegan a 67, Trump sale de la Casa Blanca y el vicepresidente (Mike Pence) toma su lugar hasta que haya nuevo presidente electo, en enero de 2021.
En 2019 la Cámara de Representantes se divide así:
235 representantes demócratas
199 representantes republicanos
1 representante independiente
Y el Senado así:
53 senadores republicanos
45 senadores demócratas
2 senadores independientes
¿Por qué acusan a Trump?
1--El 25 de julio de 2019, Trump llamó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y la filtración de lo que discutieron es la génesis de todo el torbellino político en su contra.
De la llamada no se sabría nada de no ser un por soplón que acusó legalmente a Trump por lo que él había dicho en ella. No se sabe quién es este soplón, pero presumiblemente es un alto funcionario con acceso a las llamadas presidenciales y a archivos de Inteligencia. Con la denuncia en juego, Donald Trump hizo pública una transcripción de la llamada, alegando que él no dijo ni hizo “nada malo”. El New York Times disecó esta versión de la transcripción ofrecida por la Casa Blanca y encontró múltiples atropellos.
2--En la llamada, Trump urgió a su homólogo europeo a investigar al exvicepresidente Joe Biden y al hijo de este, Hunter, por presunta corrupción por lazos entre el hijo y una empresa ucraniana. Esto es grave porque Joe Biden es precandidato a la presidencia de Estados Unidos en el 2020 por el Partido Demócrata. O sea que tendríamos a Trump aprovechando su poder en la Sala Oval para taclear a un posible rival electoral.
3--Cuando la llamada tomó lugar, el gobierno de Trump retenía ayuda a Ucrania. Esto desató sospechas de quid pro quo, una expresión en latín que se traduce a ‘una cosa por otra’. Como si Trump pidiera al presi de Ucrania que investigue a los Biden a cambio de darle la ayuda militar que le estaba reteniendo (por ahora no se conocen pruebas de que Zelenski supiera durante la llamada que Trump retenía ayuda militar, pero la posibilidad de un intercambio de favores ha cobrado mucho revuelo).
Los congresistas demócratas valoraron que este es un delito de abuso de poder: usar la Sala Oval para obtener beneficios personales e ir en contra de beneficios nacionales (Ucrania es aliado de Estados Unidos contra Rusia, y Trump le habría retenido ayuda militar a cambio de favores personales).
Audiencias públicas
En los últimos tres meses, seis comités legislativos de la Cámara de Representantes hicieron investigaciones y entrevistas para determinar si había suficiente material para hacerle un impeachment (juicio político) a Trump. Estas pesquisas se condujeron en ámbito privado, pero les siguió una serie de audiencias públicas, televisadas en vivo para todo el mundo.
Se trató de una suerte de juicio parlamentario en el que se determinó que el presidente cometió delitos graves que ameritan pasar a las siguiente fase del impeachment.
Estos son los principales testigos que pasaron a las audiencias, y lo que dijeron:
William B. Taylor (Bill Taylor), embajador de Estados Unidos en Ucrania. Habló de una serie de maniobras realizadas por Donald Trump para lograr que el gobierno ucraniano investigase a Biden. Resaltó la involucración directa de Trump para alcanzar ese objetivo.
George Kent, diplomático estadounidense dedicado a asuntos foráneos de su país con Europa y sobre todo con Ucrania. Declaró que Donald Trump quería que el presidente de Ucrania anunciara pública y explícitamente que estaría investigando a políticos demócratas, y quería que Zelenski usara las palabras “Biden” y “Clinton”.
--Coronel Alexander Vindman. Experto en Ucrania en el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Dijo que no podía creer lo que escuchó en la llamada, y que reporteó lo escuchado a un fiscal que se encontraba fuera de horario laboral. Se negó a responder preguntas que podrían llevar a identificar al ‘soplón’ (un agente de Inteligente cuya identidad está protegida y quien llenó quejas penales contra Trump tras escuchar o tener acceso a la llamada entre Trump y Zelenski del 25 de julio. El ‘soplón’ es el origen de este proceso penal).
--Jennifer Williams. Asesora del vicepresidente Mike Pence. Catalogó la llamada del 25 de julio de Trump como “inusual”. Se negó a responder preguntas sobre una llamada de setiembre entre el vicepresidente Pence y el presidente de Ucrania porque es información clasificada. También dijo que el que Estados Unidos congelara ayuda militar a Ucrania, pudo darle ventaja a Rusia (estos dos países están en guerra irregular desde 2014).
--Kurt Volker. Exfuncionario enviado especial a Ucrania. Dijo que no sabía de ningún lazo entre el congelamiento de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, y las investigaciones que Trump quería que se hicieran. También llamó estas investigaciones contra Biden “teorías de conspiración”, y dijo que Biden es un “hombre honorable”.
--Tim Morrison. Exoficial del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Testificó que se sintió incómodo cuando supo del congelamiento de ayuda militar a Ucrania, y lo discutió con John Bolton, asesor de Seguridad de Estados Unidos.
--Gordon Sondland. Embajador de Estados Unidos en Europa. Sondland lanzó dos acusaciones de peso contra Trump: que fue el presidente de Estados Unidos quien ordenó presionar al gobierno de Zelenski para lograr una investigación judicial contra los Biden; y que además sí hubo un ‘quid pro quo’ (propuesta de intercambio) durante esas maniobras con los ucranianos. Según Sondland, Trump habría ofrecido a su homólogo de Kiev una invitación a la Casa Blanca y la liberación de la ayuda militar congelada.
El famoso quid pro quo
Si seguís la actualidad en los medios de comunicación de Estados Unidos, te diste cuenta de que prácticamente todos los días, por los últimos tres meses, se mencionana esta expresión en latín en telediarios y en periódicos.
Sobre todo al comienzo del proceso de impeachment, se habló de un posible abuso de poder de Trump al presuntamente congelar ayudas militares a Ucrania a cambio de que Kiev investigue a Biden. Esto sería prácticamente chantaje, y es una ofensa que sí aplica para un impeachment.
Sin embargo, por falta de pruebas directas, a comienzos de novimebre los demócratas no insistían tanto con el quid pro quo, pero sí con el hecho de que Trump, desde su posición tan poderosa, pidiera a otro gobierno que investigue a un adversario político, anteponiendo intereses personales. No obstante, dadas las acusaciones de Gordon Sondland, es más que probable que el discurso regrese al quid pro quo (una cosa por otra).
Los republicanos, del partido de Trump, apoyan a su presidente y sostienen por ahora que las evidencias no son tan fuertes para llegar a un posible impeachment.
Así fue la votación contra Trump
Esto pasó el miércoles 18 de diciembre:
230 congresistas votaron a favor de imputar a Trump por abuso de poder. 197 votaron en contra.
Aquí se acusó a Trump de buscar interferir en las elecciones de 2020, al presionar a Ucrania para que Kiev dijera públicamente que investigaba al ex vicepresiednte Joe Biden.
229 congresistas votaron a favor de imputar a Trump por obstrucción al Congreso. 198 votaron en contra.
Aquí se acusó a Trump de socavar las investigaciones de impeachment al negar la entrega de documentos y al convencer a testigos de no presentarse a las audiencias.
Ningún diputado republicano votó en contra de Turmp.
Hasta aquí no hubo ni media sorpresa. Donde sí hay sorpresas es la fecha en la que comenzará el juicio en el Senado, y también cómo se hará este.
El 18 de diciembre, la diputada demócrata Nancy Pelosi, lideresa del Congreso, se rehusó a decir cuándo enviarán los artículos de impeachment al Senado. De hecho, se podría retrasar indefinidamente este juicio.
En el ajedrez político del Capitolio de Washington DC, es natural que demócratas y republicanos negocien mucho los votos previos a artículos y leyes de alto interés. Es posible que los demócratas intenten buscar votos de senadores republicanos para garantizar un resultado que les favorezca en el juicio final. Y, de nuevo, es improbable que los senadores republicanos accedan. La cohesión con Trump es muy fuerte.
El líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, ha dicho públicamente que él piensa que el proceso de impeachment está siendo politizado, y que él no tiene intención alguna de sentenciar a Trump.
De hecho, el Senado valora realizar un juicio a puerta cerrada, para que lo que se discuta allí no trascienda al público ni se televise en vivo.
Listo. Por ahora, los políticos en Capitol Hill siguen haciendo matemáticas. Si Trump sale vivo de todo este proceso, es incluso posible que su fuerza política se vuelva más robusta de cara a las cercanas elecciones de noviembre 2020.