Pocas horas después de la inauguración de las Olimpiadas de Tokio 2020, los Juegos y la palabra “protesta” ya estaban ligadas. Tanto por japoneses que están en contra de que el evento se realice, como por atletas de diferentes disciplinas.
Los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) se desarrollan en medio de la pandemia de covid-19, y en Japón hay todo un movimiento de manifestaciones contra el simple hecho de llevarlas a cabo en semejante contexto. Algo similar a lo que ocurrió en Brasil con la Copa América, donde los detractores del presidente Jair Bolsonaro se quejaron del mal timing de la competición.
En Japón, durante la ceremonia de inicio de los JJ.OO., que en hora de Costa Rica fue a las 4:30 am del viernes 23 de julio, se pudo escuchar consignas de grupos manifestantes que vociferaban desde las afueras del Estadio Olímpico de Tokio.
“Vete al infierno, Comité Olímpico Internacional (COI)”, gritaban los japoneses desde afuera del estadio, en la esquina suroeste.
Una encuesta realizada por la agencia de noticias nipona Kyodo News, reveló que el 87% de los encuestados mostró “alguna preocupación” sobre la realización de los Juegos. Y 31% dijo que deberían cancelarlos.
(De aproximadamente 11.000 atletas que han ido a Japón, se reportaron 106 casos positivos de covid-19 el viernes 23 de julio. En Tokio, ese mismo día, las autoridades de la ciudad reportaron poco menos de 2.000 casos. La cifra más alta desde enero).
Pero no solo la ciudadanía está protestando. También los atletas. E incluso de una atleta costarricense. Y esto explicamos a continuación, así como la icónica fotografía de los JJ.OO. de 1968, con dos atletas con el puño en alto contra el racismo. Quizás la imagen-epítome de las protestas durante las Olimpiadas.
Protestas de atletas en Tokio 2020
Protesta contra el uniforme femenido para el balonmano de playa
En Noruega hay una lucha contra esto desde el 2006. No hay mejor forma de explicarlo que con esta imagen, sacada del Facebook oficial de la Federación de Balonmano de Noruega:
En el beach handball o balonmano de playa, a los hombres se les permite jugar con camisetas sin manga y con shorts o pantalonetas que llegan hasta unos pocos centímetros arriba de la rodilla. Pero las mujeres, en cambio, deben jugar con bikinis. Las atletas del equipo de Noruega lo catalogan como sexista, y llevan la batuta en esta lucha por mayor equidad.
“No veo por qué no podemos jugar en pantalones cortos”, dijo Martine Welfler, una de las jugadoras noruegas, al New York Times. “Con tanta avergonzamiento corporal y cosas así en estos días, deberías poder usar un poco más (de ropa) cuando juegas”.
El pasado lunes 19 de julio, el equipo femenino de Noruega fue multado por la Federación Europea de Balonmano porque sus jugadoras vistieron shorts en lugar de bikinis en un juego del fin de semana (por la medalla de bronce contra España en la Eurocopa de balonmano).
Específicamente, la Federación Internacional de Balonmano requiere que las mujeres vistan bragas de bikini con un ancho lateral de un máximo de 10 centímetros, con un “ajuste ceñido” y un “corte en un ángulo hacia arriba hacia la parte superior de la pierna”. A los hombres, en cambio, se les permite usar pantalones cortos que “no sean demasiado holgados” y cinco centímetros por encima de la rótula.
Tras ser multadas por una suma de 150 euros por jugadora (para un total de 1.500 euros), la Federación de Balonmano de Noruega publicó la siguiente fotografía en sus redes sociales, con el mensaje que copiamos debajo:
“Estamos muy orgullosos de estas chicas que en el Campeonato Europeo de balonmano de playa levantaron la voz y nos dijeron que ¡ES SUFICIENTE! Nosotros, en la Federación Noruega de Balonmano, las apoyamos y te apoyamos. ¡Juntos seguiremos luchando para cambiar las regulaciones internacionales de vestimenta, para que las deportistas jueguen con el uniforme con el que se sientan cómodos!”
En Tokio 2020 no hay balonmano de playa, pero esta protesta sucede en la misma semana del inicio de los JJ.OO. Tanto el balonmano masculino como el femenino será dentro de gimnasios en las Olimpiadas. Sin embargo, el volleyball de playa, presente los Juegos, es otro deporte que exige que las mujeres usen bikinis de dos piezas o trajes de playa de una sola pieza, y exige que los hombres, en cambio, vistan pantalonetas mucho más cómodas.
Al final, se trata de que los y las atletas se sientan bien vistiando el uniforme que les convenga. Hay deportes como el skateboarding, que hizo su debut olímpico en estos Juegos, donde uno puede ver todo tipo de vestimenta: shorts, licras, pantalones flojos, camisas de botones flojas, camisetas más pegadas al cuerpo, etc. ¿Por qué no se podría hacer lo mismo en deportes que no necesariamente necesitan un uniforme específico para no afectar su rendimiento?
De hecho, este 26 de julio, durante las compentencia de gimnasia artística, las atletas alemanas salieron con un traje que las cubría por completo, en vez de dejar sus piernas y brazos descubiertos.
La atleta teutona Elisabeth Seitz, tres veces olímpica, dijo: “Se trata de usar lo que nos hace sentir cómodas. Quisimos enseñar que toda mujer, que cualquier atleta, debería decidir cómo se que viste”.
Rodillas al piso contra el racismo y el odio en Internet
Impulsado sobre todo por el movimiento Black Lives Matter (BML), tas el asesinato en 2020 del ciudadano afroamericano de Minneápolis, George Floyd, a manos del policía caucásico Derek Chauvin y otros oficiales, el gesto de poner una rodilla en el piso durante los himnos o antes de comenzar un partido se ha vuelto común en deportes como el fútbol americano, el baloncestoel fútbol.
El pionero en realizar esta protesta contra abusos raciales por parte de las autoridades de Estados Unidos hacia la población afroamericana, fue el el mariscal de campo Colin Kaepernick, del equipo 49s de San Francisco de la NFL.
A modo de protesta, Kaepernick dejó de levantarse durante el himno, justo antes del partido, en agosto de 2016. En setiembre de ese año, en lugar de quedarse sentado en el banquillo, optó por poner una rodilla en el piso. Repitió ese gesto en todos los partidos, y veintenas de jugadores lo imitaron en los siguientes meses, pero Kaepernick quedó como agente libre a comienzos de 2017.
Desde el final de la temporada 2016, ningún equipo volvió a contratar a Kaepernick. Él lo consideró como una colusión de los dueños de conjuntos de fútbol americano en su contra, como castigo por iniciar un movimiento que tuvo muchas repercusiones en su país y en el mundo.
Grossomodo, EE.UU. se dividió entre quienes apoyaban a Kaepernick y su lucha contra los abusos policiales, y quienes repudiaban el hecho de que no se levantara durante el himno, acusándolo de falta el respeto al país --también lo criticaron a quienes los problemas de racismo los tiene sin cuidado, o bien quienes simplemente son racistas.
En el deporte, el gesto de ‘Take A Knee’ (arrodillarse) se fue enfriando paulatinamente entre 2017 y 2019, pero recobró fuerzas tras el asesinato de George Floyd, el 25 de mayo de 2020.
El año pasado, nuevamente, cientos de jugadores de fútbol americano de todos los orígenes volvieron a arrodillarse durante el himno. Esta vez con el apoyo oficial de la misma NFL al movimiento de Black Lives Matter y al gesto de poner una rodilla en el suelo como protesta contra los abusos.
Pues bien, este gesto, con el mismo significado anti racismo, llegó a múltiples deportes a nivel mundial. Caló sobre todo en el balompié y en el baloncesto.
Durante la temporada 2020/2021, en la Liga Inglesa varios equipos tomaron la decisión de poner una rodilla en el suelo antes del pitazo inicial. También en competencias UEFA como la Liga de Campeones se hizo el gesto de protesta. Al igual que en EE.UU., varios grupos de aficionados abuchearon el acto desde las gradas, o bien desde las redes sociales. Este gesto ha provocado un sinfín de debates y discusiones por doquier.
En 2021, arrodillarse en el deporte antes del inicio de un juego, es un gesto en contra de los abusos raciales, pero también en contra del odio en Internet y el ciberbullying.
En Tokio 2020, las jugadoras de fútbol de Inglaterra y las de Chile se arrodillaron antes del inicio de su partido. El fútbol olímpico debutó dos días antes de la inauguración de los JJ.OO. A ellas las siguieron las jugadoras de EE.UU., Suecia y Nueva Zelanda, en sus respectivos partidos.
A pocos días del inicio de los Juegos, el Comité Olímpico Internacional (COI) primero prohibió que los equipos y comités participantes publicaran fotografías de manifestaciones como esta, pero al día siguiente se retractó.
El COI instauró la Regla 50 tras los JJ.OO. de 1968, cuando dos atletas estadounidenses ganadores de medallas en los 200 metros planos, levantaron el puño con guantes negros sobre el podio, mientras sonaba el himno de su país.
La regla establece que “ningún tipo de demostración o propaganda política, religiosa o racial es permitida en las sedes, instalaciones y otras áreas olímpicas”.
Estos dos atletas, Tommie Smith (oro) y John Carlos (bronce); afroamericanos ambos, levantaron los puños en representación del “Black Power”, un movimiento que surgió entre los 60s y 70s en EE.UU. para evidenciar el orgullo racial, para exigir empoderamiento económico para la población afroamericana del país, y para la creación de más instituciones y entidades inclusivas en la sociedad.
En aquel momento, ambos deportistas sufrieron insultos y amenazas al regresar a su país desde una parte de la sociedad. Y recibieron vítores desde la otra. El COI los condenó al ostracismo, hasta que 48 años más tarde, para los JJ.OO. de Río 2016, se los invitó formalmente para un acto durante los Juegos. Ahora, ambos aparecen en el sitio oficial del COI, y se les reconoce el gesto como un acto de valentía.
La Regla 50 todavía existe, pero Tokio 2020 no es la primera vez que se ha puesto en entredicho o que ha sido desafiada por atletas. Lo más reciente ha sido señalar el absurdo que significa aplaudirle a Smith y Carlos, manteniendo una regla que no le permitiría a ningún atleta emular ese gesto histórico.
Tras insistencias de algunas federaciones y comités olímpicos, el uso de esta regla estará “suavizado” para Tokio. El COI ha dicho finalmente que no castigará a atletas que deseen arrodillarse.
Por ahora, se habla del futbol y del baloncesto como disciplinas donde podríamos ver estas protestas más a menudo, pero realmente habrá que estar atentos a cualquier deporte. Son cada vez más los y las atletas que toman el micrófono desde sus posiciones de estrellas, y se comprometen con causas sociales y políticas.
Este 25 de julio, por ejemplo, la gimnasta costarricense Luciana Alvarado culminó su rutina de suelo poinedo la rodilla en el piso y el puño levantado. Fue una muestra de apoyo al movimiento Black Lives Matter. Esto dijo ella:
“Siento que si haces algo que une a todos, y ves que aquí, como ‘sí, eres uno de los míos, entiendes las cosas’, la importancia de que todos sean tratados con respeto y dignidad y todos tener los mismos derechos porque todos somos iguales y todos somos hermosos y asombrosos, así que creo que por eso me encanta tenerlo en mi rutina y me encanta que mi prima pequeña también lo haga en su rutina”.
No por nada la tenista Naomi Osaka fue quien encendió el pebetero olímpico durante la ceremonia. Al igual que Tommie Smith y John Carlos, Osaka ya apareció en la revista Time hablando sobre sus convicciones políticas.