Nuevo año, nuevos hábitos o al menos eso creemos. Incorporar nuevas rutinas no es tan fácil como sacar la decoración navideña y adornar la casa, de hecho se parece más a cuando toca recogerla: no sabemos por dónde empezar ni dónde poner las cosas que ya no vamos a usar.
Pero bueno, siempre hay que empezar por el principio.
Los hábitos
Un hábito es una actividad que se realiza de forma automatizada porque se ha repetido tantas veces que ya no se piensa tanto y su utilidad es exactamente esa, mejorar la eficiencia diaria al no tener que gastar el tiempo o esfuerzo en volver a tomar una decisión (de nuevo, que se ha tomado y se ha repetido mil veces).
Pensemos en qué hábitos tenemos en la vida normal: lavarnos los dientes, ponernos los tenis y amarrarle los cordones, subirnos al carro y ponernos el cinturón de seguridad (o al menos debería serlo), secarnos inmediatamente después de salir de la ducha …
Los anteriores son ejemplos “casi tontos”, pero de eso se trata: un hábito ya implantado la persona no se lo cuestionaría, a menos de que se haya hecho evidente que ese hábito ha traído consecuencias negativas a nivel físico o emocional.
Por ejemplo, el hábito de consumir muchas golosinas y postres después del almuerzo o en la hora del café pudo haberle hecho subir de peso durante el 2018… ahí, visto el lado negativo, es que se comienza a plantear la idea de que hay que cambiar algo y ese algo, definitivamente, es el hábito que se generó.
¿Cómo cambiar hábitos?
Los hábitos son difíciles de cambiar porque hay que pensar (más metódicamente) qué hacer y qué no. Además, su cambio se complica porque de alguna forma los hábitos se vinculan a creencias y estas también se deben de modificar.
De nuevo al ejemplo anterior, puede que yo haya iniciado el hábito de comer golosinas después de almuerzo porque “comerme algo dulce me motiva a seguir trabajando” o “comerme algo dulce me da más energía”.
A continuación una lista de consejos que podrían servir para cambiar los hábitos:
1- Reconocer lo que se quiere cambiar. ¿Por qué se inicio la acción y cómo se hizo hábito? ¿Eso por lo cuál se inició sigue igual (esta pregunta me gusta porque usualmente las cosas por las que iniciamos ya cambiaron, pero nosotros no)?
2- Descifrar la motivación. ¿Eso que ya reconociste y quieres cambiar, por qué te motiva a cambiar? Tenlo claro porque cuando sea más difícil el proceso, debes volver a esa motivación.
- Ser consciente de que necesita disciplina porque al principio será complicado y tendrás que gastar energía en lo nuevo. Esto nos lleva a que es NECESARIO planificar porque si dejas todo al azar es más probable que te vayas por lo fácil (el hábito viejo que ya no te genera tanta dificultad).
- Introducir un nuevo hábito: no dejes el espacio vacío porque te será más fácil ir a buscar la respuesta automática que tenías programada.
Al decidir nuestros hábitos diarios, decidimos cómo va a ser nuestra vida.
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