Se dice que un hábito es una costumbre adquirida por frecuencia de repetición de un acto, en otras palabras, es un comportamiento que, al haberse realizado de manera constante durante un período prolongado de tiempo, se ejecuta casi de manera automática y sin esfuerzo.
Adquirir un hábito es la mejor manera de alcanzar una meta, sin embargo, en cualquier ámbito de la vida, cuando queremos generar un cambio de comportamiento que no es natural en nosotros, nuestro cerebro generará resistencia a esos “efectos modificadores” que estemos tratando de imponerle a nuestra habitualidad. Ante esto, antes de empezar los ajustes e implementar modificaciones en nuestras rutinas de vida, es necesario tener claridad de qué y para qué es que queremos conseguir lo que nos estamos proponiendo; así podremos establecer los plazos en los que queremos obtener los resultados, de manera que se disminuyan los niveles de frustración cuando no los veamos ejecutarse en el corto plazo.
Podemos encontrar muchas similitudes entre las acciones que se deben desarrollar para generar hábitos de una correcta salud financiera y los de una buena salud física debido a que implementar cambios en ambos aspectos sin duda, suele ser retador, pero al generar hábitos apropiados podremos disfrutar de un mejor futuro no solo para nosotros, si no para aquellos que nos rodean.
1. Identifique las señales que le están afectando.
Cuando no mantenemos una buena alimentación o una rutina de ejercicios apropiada, nuestro cuerpo comienza a dar señales de alerta, manifestándose usualmente con problemas de salud. Es importante identificar qué elementos podrían estar generando ese deterioro, ya sea una dieta poco balanceada o una cantidad de ejercicio físico insuficiente. De igual manera, con nuestra salud financiera, hay señales que suelen revelarnos que no estamos siguiendo hábitos correctos, por ejemplo, si al recibir nuestro salario en su totalidad lo utilizamos para cancelar deudas, o si la única vía para poder disfrutar de unas vacaciones es a través de un financiamiento, o bien, si al presentarse una emergencia médica no tenemos recursos económicos disponibles para hacerle frente a dicha situación. Si identificamos una o más de estas señales, es una muestra de que nuestros hábitos financieros no están siendo los correctos y que es necesario hacer ajustes.
2. Establezca objetivos y plazos claros con el uso de herramientas apropiadas.
Al igual que las guías que nos darán los especialistas de la salud sobre los cambios que debemos realizar en nuestros hábitos alimenticios y de ejercicio, existen herramientas en materia financiera que nos permitirán identificar los ajustes que debemos realizar para modificar nuestro comportamiento en cuanto al manejo de los ingresos y gastos. La elaboración de un presupuesto, por ejemplo, nos dará visibilidad de cuáles son los cambios que debemos realizar para utilizar de manera correcta el dinero. Es importante que el ahorro sea considerado como un gasto fijo más dentro del presupuesto personal de manera que se convierta en parte de la disciplina y del establecimiento de hábitos correctos, sin embargo, es vital definir un objetivo claro de ahorro de manera que éste no sea tan bajo que no se vean los frutos ni tan alto que termine comprometiendo el pago de necesidades básicas.
3. Acompáñese de un profesional que le ayude a alcanzar sus objetivos
Así como nos hacemos acompañar de profesionales para la consecución de nuestras metas en temas de alimentación y ejercicio, es muy valioso acercarse a especialistas en materia financiera que puedan aportarnos en la construcción y ordenamiento de nuestras finanzas y planes de ahorro. En un proceso de vida tan dinámico y globalizado como en el que vivimos, hay variables que deben ser consideradas para tomar decisiones correctas. Generar un ahorro sin tener un propósito claro puede hacernos caer en la trampa de gastar en una emergencia que finalmente no lo era, o bien de posponer oportunidades por no tener claro el destino final del dinero.
El monto de nuestro salario a destinar al ahorro no es una fórmula que se aplique igual para todos, es importante conocer la etapa de la vida en la que estamos y las metas que tengamos a corto, mediano y largo plazo.
Es importante tomar consciencia de que el paso para crear el hábito del ahorro hay que darlo, si bien al principio puede resultar difícil, no es imposible hacerlo. Así como en un determinado lapso se ven los frutos cuando cambiamos nuestras costumbres de alimentación y ejercicio, al establecer y aplicar hábitos de ahorro, la sensación de tranquilidad se podrá percibir en un futuro cercano y esa será nuestra mejor retribución.