Las decisiones de inversión constituyen un reto importante para los inversionistas cuyo objetivo es proteger el poder adquisitivo de su dinero y hacer crecer el valor de sus inversiones por medio de una cartera diversificada de activos, en la cual la rentabilidad supere la inflación esperada.
El entorno económico actual supone retos importantes dado que la estrategia de inversión debe contemplar entre otros factores: la inflación proyectada, el tipo de cambio y el comportamiento de las tasas de interés, de forma que la selección de los instrumentos tenga la capacidad de proteger el ahorro y el patrimonio. De lo contrario, el resultado probable es que tanto el ahorro, como el patrimonio vean una disminución en términos de su poder adquisitivo.
Es fundamental entender el contexto económico en el que hemos estado inmersos en los últimos meses como resultado de la pandemia y ser conscientes de que nos encontramos en un proceso de recuperación económica, para lo cual, las entidades económicas impulsaron agresivos programas de ayuda financiera que incrementaron el nivel de liquidez, así como una política fiscal expansiva.
Como resultado, en el corto plazo estas medidas han estimulado la recuperación económica, pero a mediano plazo ha incrementado el índice de precios y la expectativa de inflación, dado que la oferta de productos y servicios no se ha ajustado al ritmo de la demanda.
Actualmente, estamos enfrentados a una escalada de precios de los bienes y servicios estadounidense, como el europeo y algunas economías emergentes, medido por el IPC (índice de precios al consumidor). Las cadenas de suministro se han visto interrumpidas y la demanda no está siendo atendida; lo que en un inicio se dimensionó como un efecto transitorio, hoy parece una realidad y esto implicará medidas económicas por parte de las autoridades monetarias, de los países que ven la inflación como un factor a considerar.
Es importante hacer una revisión de lo que es la inflación, el aumento sostenido de los precios de los bienes y servicios de un país o de una región, con la atenuante pérdida de poder adquisitivo de los ahorros y patrimonio, lo cual afecta la capacidad de compra, retrasa la recuperación económica, genera incertidumbre en los mercados y por ende en los inversionistas.
La tasa de inflación interanual en EE. UU. en octubre fue de 6.2%, siendo el quinto mes consecutivo que este dato supera el 2% que tiene como meta. Esta es la mayor cifra en los últimos 30 años, la cual además de subir el costo de vida y encarecer el costo operativo de las empresas, genera una presión adicional a la Reserva Federal para adelantar un ajuste de tasas, decisión que repercute en los mercados financieros y en la economía global.
Desde el punto de vista del consumidor, la inflación es un fenómeno negativo, porque el aumento de precios va erosionando el poder adquisitivo de los recursos, pero para los inversores no necesariamente tiene por qué ser negativo, si en sus carteras de inversión se incorporan instrumentos que históricamente se han desempeñado bien en entornos inflacionarios.
La pregunta que surge es: ¿Qué se debe tomar en cuenta para que la inflación no afecte el retorno de las inversiones? La respuesta sería que el retorno real de la inversión supere la tasa de inflación para que el resultado neto sea positivo.
Históricamente hay instrumentos que han tenido la capacidad de ajustarse con la inflación. A continuación, mencionamos algunos:
Activos Inmobiliarios: los inmuebles brindan una protección natural contra la inflación, dado que los alquileres y valores inmobiliarios tienden a aumentar cuando lo hacen los precios, es decir, los contratos tienden a actualizar el valor de los montos de alquiler según el comportamiento de los precios.
El oro como activo alternativo puede conservar el valor del patrimonio de los inversores en caso de choques inflacionarios, si se quiere preservar el capital, el oro es una buena opción; este tiene un comportamiento inverso a las tasas reales (tasas ajustadas por inflación). Cuando las tasas reales bajan, el oro sube como consecuencia de esta caída. Es un activo de gran liquidez, ejerce protección a las carteras de inversión y protege del riesgo de devaluación a la divisa.
Las materias primas son también una alternativa importante de inversión, a partir de la necesidad de reconstruir los inventarios y estabilizar las cadenas de abastecimiento para atender la demanda, es entendible que después de periodos de recesión la oferta trate de ajustarse a la demanda de bienes y servicios, pero eso toma tiempo e inversión, por lo que los precios de las materias primas tienden al alza y los productos finales sufren incrementos.
La renta variable como opción de inversión puede ser interesante siempre y cuando en el largo plazo los incrementos en los costos se puedan transferir a los precios. Por ende, hay que saber cuáles industrias tienen la capacidad de absorción de mayores costos y tomar la decisión de invertir en empresas que sean dominantes en su sector y tengan poder a la hora de fijar precios. Tres sectores en renta variable que han crecido en forma importante en el mes de setiembre 2021 han sido: energía, materias primas y sector financiero.
¿Qué podemos esperar en Costa Rica?
La inflación internacional, puede generar inflación en el mercado doméstico y ajustes en el tipo de cambio, como resultado de un desbalance en nuestra balanza comercial.
Según el informe del índice de Precios al Consumidor de octubre 2021 preparado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, la inflación interanual fue de 2.5% y la acumulada de 1.96%, la cual está dentro del rango meta del BCCR 3%+-1 PP, datos que nos indican que la inflación doméstica está controlada, pero el efecto global podría cambiar este panorama en los meses venideros, por lo cual su monitoreo es determinante para evaluar ajustes pertinentes en los portafolios.
En caso de una eventual escalada del IPC local, en términos de inversión, se pueden implementar una serie de medidas para proteger el ahorro y el patrimonio; lo primero sería reducir los plazos de inversión, si la inversión se realiza en moneda local, se debe buscar un perfil de tasas nominales superior al nivel del índice de precios; invertir en dólares, ofrece una protección contra la devaluación de la moneda y puede seguir una o varias de las recomendaciones anteriormente expuestas.
Ante este panorama económico tan retador, es importante prestar atención al comportamiento de los indicadores, pero especial cuidado al comportamiento del IPC, de tal forma que nos permita definir la mejor estrategia de inversión; la clave es considerar instrumentos de inversión en los que las tasas reales sean positivas y en caso de ajustes a mediano plazo de la tasa nominal, reducir los plazos de inversión.
Lo más recomendable es buscar el apoyo de un asesor patrimonial, quien estará en entera disposición de colaborarle en definir el mejor portafolio de inversión de acuerdo con sus objetivos financieros, pero también alineado con los retos que nos plantea este nuevo panorama económico mundial.
El objetivo principal cuando buscamos invertir es preservar el poder adquisitivo; sin embargo, uno de los beneficios secundarios es que nos obliga a mantener nuestra cartera todavía más diversificada. La incertidumbre que produce la inflación nos obliga a ser conscientes de los muchos fenómenos que pueden ocurrir en el futuro, que están fuera de nuestro control y por tanto, a ser más prudentes a la hora de estructurar nuestra cartera.
Es fundamental tener bien establecidos nuestros objetivos a largo plazo, para que nuestra estrategia inversora esté alineada adecuadamente con nuestras circunstancias y necesidades.