Hoy leí algo que me emocionó. Leí un titular de El País y me atrapó: "Elaine Welteroth, la nueva Anna Wintour es todo lo contrario a ella". ¿Quién es la tal Elaine y por qué es tan opuesta a la dama de la moda, Anna Wintour?
Lo leí y sentí que a través del texto conocí un poquito más de esta mujer que es impresionante y cuya existencia me da mucha pena no haber conocido antes.
Leí sobre Elaine Welteroth, editora en jefe de la revista Teen Vogue, y saber que ella existe me dio esperanza. Esperanza para el futuro de las revistas, para el futuro de las adolescentes que leerán una Teen Vogue llena de contenido y justicia social y para las profesionales jóvenes que, sin influencia, logran llegar lejos como Elaine.
Este es un blog de género y prometí destacar a personajes femeninos que vale la pena conocer. Creo que ella es un gran comienzo.
Mi objetivo es presentarles a mujeres que inspiran y que hacen grandes cosas en su campo. Destacarnos entre nosotras. Aplaudirnos entre nosotras.
Welteroth tiene 29 años y es la más joven de las directoras de la compañía de medios Condé Nast. La segunda afrodescendiente en ocupar un cargo directivo en el grupo editorial (#BlackGirlMagicAlert por siempre) y tiene un perfil que se sale por completo de lo que se espera de la directora de una Vogue. Por eso es mi favorita.
Elaine solía ser la directora de la sección de belleza y salud de Teen Vogue y desde mayo 2016 reemplaza a Amy Astley, quien había dirigido la revista desde sus inicios.
La californiana tiene un historial de admirar en revistas de moda. Fue editora de la sección de belleza de la revista Glamour y editora de belleza y estilo en Ebony. Además, sus portadas y artículos para Teen Vogue siempre han dado de qué hablar, por irreverentes.
Elaine se ha creado una excelente fama entre las bloggers y fashionistas de todas las edades y su Instagram (¡que por cierto es muy divertido!) tiene más de 85 mil seguidores.
¿Por qué me gustaría que la conozcan? Porque ella ha tenido las agallas de entrevistar a la modelo transexual Stav Strashko, hizo un perfil de una blogger musulmana que destaca por sus impresionantes trucos de maquillaje y destacó a la musa de los tintes de Corea del Sur, Irene Kim.
Contrario a Wintour, la joven editora en jefe ha sido muy clara sobre su pensamiento contra Donald Trump, como buena vocera de las adolescentes rebeldes, y editó un artículo de Lauren Duca en el que se analizan las tretas políticas y las verdades a medias del nuevo presidente de los Estados Unidos.
Elaine ha sido una voz feminista y en favor de los derechos humanos y de la diversidad. Lo que más me gusta y me inspira es que lo ha sido desde las páginas de una revista que, a ojos de muchos críticos, es superficial y solo sirve para imponer estándarea de belleza imposibles en las chicas. Que nombraran a alguien como Elaine editora en jefe es una luz que alumbra el futuro de las revistas de moda.
Incluso la misma Anna Wintour le dio su "bendición" y dijo en un comunicado de prensa que Elaine y su equipo eran profesionales sin miedo a nada, que imponían las tendencias, que iban de frente y tenían una aproximación sofisticada a la moda, belleza y cultura pop emergente que llevarían a teen Vogue al éxito.
Estoy de acuerdo. Una revista adolescente merece una sacudida, una bocanada de aire fresco y lleno de colochos lindos y sonrisas amplias como Elaine.
La conocida editora de la "biblia de la moda" tiene sus matices y hay cosas de ella que me encantan, pero también está esa distancia icónica, esos lentes oscuros, ese feeling de "The Devil Wears Prada". Wintour se hace inalcanzable.
Elaine podría considerarse como heredera de Wintour por estar al frente de la edición adolescente de la icónica Vogue y es por ello que su visión de la revista y su modo de entender la moda es tan opuesto y transgresor.
Me gusta este nuevo rumbo de Teen Vogue, que es incluso una forma de demostrar que las revistas siguen vivas y que tienen el poder de hacer buen periodismo, de tener voz y de influir en una generación de chicas que aún no votan, pero que lo harán muy pronto. Insobornables.