¿Y si alguno de los 21 hombres que estaban en el grupo de Whatsapp de La Manada hubiera protestado por el contenido que se pasaban, por las declaraciones que daban y por las violaciones declaradas que mostraban a los demás?
“La Manada” era un grupito de Whatsapp más. Un grupo de esos en los que todos hemos estado alguna vez.
Ojo, “La Manada” no se reduce a los 5 presuntos violadores: en el grupo eran 21; hay 16 cómplices. 16 personas que se quedaron calladas. 16 violadores en potencia. Así transcurrieron algunas de sus conversaciones:
-Buenos días
⁃ Follándonos a una entre los cinco
⁃ Jajaja
⁃ Todo lo que cuente es poco
⁃ Puta pasada de viaje
⁃ Hay vídeo
⁃ Cabrones os envidio
⁃ Esos son los viajes guapos
⁃ Jajajajaja
¿Y usted? ¿Está en un grupo de Whatsapp donde sus amigos o conocidos se jactan de con quien tuvieron relaciones sexuales? ¿Ha enviado o recibido fotos PRIVADAS de mujeres que confiaron en que su desnudo solo lo vería la persona a la que ella accedió enviárselo?
Para mí es muy claro: si usted es parte de un grupo en cualquier red social en el que se comparten fotos o vídeos de chicas desnudas sin el consentimiento de quien aparece en la foto; usted es sin duda alguna un cómplice de la violencia machista.
Si usted no dice nada es cómplice. Si recibe las fotos y no manifiesta que está mal que sus amigos las compartan; usted es parte del problema. Por personas como usted es que es normal que a una chica la violen entre cinco. Porque lo normal es quedarse callados. Por personas como usted es que no vemos tan grave que a una chica que confió en alguien le conozcan todo su cuerpo un montón de pervertidos que no eran destinatarios de la foto o del vídeo.
Y no, la respuesta no está en que las mujeres dejemos de enviar fotos o vídeos de nuestros cuerpos. Sería mejor que los hombres dejen de creer que son dueños de nuestra imagen y respeten el pacto de confianza que se da al enviar un “nude” (desnudo).
Las mujeres tenemos derecho a tomarnos fotos y vídeos desnudas si así nos place. Y tenemos también derecho a enviarlas a quien queramos. Y a confiar en que ese contenido es para esa persona nada más. Respeten esa confianza.
Es una forma de expresar nuestra sexualidad y es válida. Lo que no se vale es que se haga pública sin consentimiento.
Unos cuantos ejemplos.
Les voy a ser sincera porque al fin y al cabo en este blog lo que expreso es mi opinión y me gusta la transparencia.
Yo he estado en grupos de WhatsApp donde se objetiviza a las mujeres. Me he sentido incomoda y algunas veces me he quedado callada. Es decir: he sido cómplice.
Para mí, no tiene que ser un desnudo necesariamente. Basta con enviar una foto de una chica, conocida o desconocida, y que todos empiecen a comentar sobre sus atributos físicos, sobre si está guapa o si es buena en la cama o si creen que sería “fácil” acostarse con ella.
No se vale. No se vale que nos objetivicen así. Y no se vale no protestar al respecto. Estoy bastante segura de que muchos de nosotros hemos estado en un grupo de Whatsapp donde pasan fotos de mujeres y varias personas opinan sobre sus cuerpos. No está bien.
He visto amigos y personas muy cercanas hacer capturas de pantalla de fotos o vídeos de mujeres que no conocen (o que conocen, da igual) y guardarlas en sus galerías para compartirlas con sus amigos. Los he visto tomarle fotos a una muchacha bonita en la calle para enviarla al típico grupo de amigos y comentar sobre ella. Lo peor es que eso se ve como una gran muestra de hombría. “Son cosas de hombres. Todos lo hacemos”, suele ser la excusa.
Lo que quiero decir es que estas pequeñas acciones, como pasar un vídeo o como tomarle una foto a una chica en la calle sin permiso o como mandarse pantallazos de mujeres con poca ropa son actos cotidianos, que se ven como lo más normal del mundo pero que van sumando a esa violencia machista de la que nos cuesta un mundo salirnos y por la que al final nos violan y nos matan porque nos consideran inferiores y de su propiedad.
Para este punto, imagino que muchos me dirán exagerada. Pero es precisamente ese mi objetivo: tenemos que comenzar a “exagerar” para hacerle notar al mundo que objetivizar a las mujeres está mal. Exageremos manifestando en los grupos de Whatsapp nuestra molestia cuando pasen estas cosas. Exageremos para que la gente entienda que no tiene derecho a compartir nuestras fotos sin preguntarnos, ni a juzgarnos solo porque se creen dueños de nuestros cuerpos. Exageremos, por favor. Tal vez así existan cada vez menos miembros en grupos como “La Manada”. Tal vez así, la próxima vez, alguno de los participantes del grupo les haga ver a los demás lo que están haciendo y pueda evitar una violación. Exageremos.