“Este domingo toca un fondo de 30 km; escoja un circuito de 10 km, y lo repite 3 veces.”, esta fue la tarea de Denis Bermúdez, mi entrenador, para el fondo largo de la semana. Me imaginé subiendo y bajando una ruta de 10 km en la que acumulo casi 380 m+ (que por tres serían 1140 m+ en total); repetir esto es lo más difícil… No sé, “es pura jupa”, subir la última cuesta y ver el portón de mi casa hace que mis piernas de pronto sientan todo el cansancio del universo, preferiría no volver, llegar al km 9 y dar la vuelta. Sin embargo, la idea de mi entrenamiento también es fortalecer “mi jupa”.
Pensaba en esto cuando una noche me topé con Andrés Rivera (el deportista que cruzó Costa Rica y que participó en la primera edición del Ultra El Chispero) en un chat. Hablamos del Everesting.
¿Qué es la Everesting?
Dice Google que el Everesting es una actividad en la que los ciclistas ascienden y descienden una colina varias veces, buscando acumular 8,848 m+ (el punto más alto del Everest).
“En realidad no importa la distancia, pues esta varía según la gradiente del segmento que uno escoja”, me decía Andrés. Recuerden dije ciclista, pero como a este atleta le gustan las cosas un poquito más difíciles, decidió acumular esa altimetría corriendo.
Una Everesting corriendo
”Elegí un segmento de 2.4 km y por cada ascenso acumulaba 413 m+. Finalmente, tuve que subir y bajar 22 veces ese segmento (lo que sumó 104 km y 9040 m+)”. El reto de Andrés Rivera tuvo 192 m+ ‘de feria’.
”Este evento se realiza desde hace muchos años, pero en los últimos tres se ha vuelto más popular sobre todo entre los ciclistas, quienes se matan subiendo y bajan rodando; prácticamente sin tanto esfuerzo”.
¿Pero corriendo? Corriendo es totalmente diferente. Lo veo (y lo siento) cada vez que subo desde Montes de Oca por San Ramón al Pizote. Subir cuesta mucho y bajar también, aunque deje que la gravedad haga lo suyo.
”Correr es más exigente, sobre todo en montaña, porque luego de subir debes bajar. Obvio que golpea y desgasta más”, me confesó Andrés. Aunque este reto ya lo han realizado varios ciclistas ticos, él fue el primero que lo hizo corriendo en Costa Rica; esto lo llevó a ser el primer tico en el salón de la fama de esta organización en la versión run.
Corriendo en pandemia
La pandemia nos vuelve creativos, pero no nos detiene. Con frecuencia estamos buscando maneras de probarnos y competir.
Andrés y un amigo cercano eligieron una ruta en las montañas de Cartago (Higuito de El Guarco), por el tema del aislamiento, no lo anunciaron. Ellos, solos, montaron su puesto de asistencia, e iniciaron el reto el sábado 18 de julio a las 4:30 a.m.; y teminaron la madrugada del domingo.
El ateta había planeado durar entre 24 y 30 horas, pero a medida que iba avanzando se dio cuenta de que podía mejorar sus cálculos. Logró completar el reto en 23 horas 2″. ”Jamás esperé quedar tan bien luego de 23 horas corriendo. Estaba lleno de energía. Yo me imaginaba gateando y sufriendo muchísimo las últimas 8 vueltas. ¡Hasta yo quedé sorprendido!”.
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Mi entrenador me tiene mucha confianza, y sabe que me gusta competir. Pero luego de varios kilómetros, aparece una voz que grita que me detenga: aparece cuando me duelen las piernas, cuando se me hacen ampollas, cuando me magullo las uñas. He aprendido a callarla cantando fuerte, mientras pienso en la persona y el monstruo que me esperan en casa, y agradezco que estoy allí, que estoy corriendo quiero hacerlo, no porque tenga que hacerlo.
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”En este tipo de retos siempre hay momentos de flaqueza y muchas dudas cuando empiezan a salir las molestias y dolores , pero hay que estar muy concentrado y con ganas de lograrlo.
Si te caes, te tenés que levantar pronto. Mi motor es mi pequeña bebé, cuando estoy a punto de desmoronarme, pienso ‘¿qué pensaría ella si me retiro?’ y continúo.
Nunca dudés de que vas a lograr terminar, ese es mi estrategia. Sacá los malos pensamientos, y algo muy muy importante, enfocate en una vuelta a la vez. Aunque sea la misma ruta, el mismo loop, la misma colina; nunca es igual (no puede ser igual): el clima es diferente, la luz es diferente… el ánimo, la motivación , la carga física, las sensaciones… todo es diferente”.
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Después de conversar con Andrés, me siento más fuerte, sé que voy a completar mi fondo largo de esta semana. No será una Everesting, pero será mi Everesting. Atletas como él me inspiran a seguir; y recordaré su aventura cuando esté agotada y la voz aparezca.
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