El cigarro se encendió a las 3:04 de la mañana del 18 de marzo de 2021. Una de las competencias de resistencia más duras del mundo comenzó sin mucho aspaviento. 160 kilómetros con 20 mil metros de desnivel acumulados con un límite de 60 horas.
El recorrido, en el que no se puede ver ni una cinta de color ni marca esperanzadora, consta de cinco vueltas en una ruta donde cada participante debe correr sin GPS. A lo largo del circuito (de 32 km) los competidores deben encontrar libros escondidos, arrancar páginas y entregarlas al organizador como prueba de que completaron cada vuelta.
Esos 32 km no son el problema para los experimentados corredores que se apuntan a esta loca competencia. El aumento de desnivel, no llevar un GPS, y el clima o todo se convierten en la muralla que deben vencer.
Entender por qué alguien quisiera correr esta ultra es complicado sobre todo porque tiene estas particularidades:
El inicio de la prueba es una incógnita
Sí, los corredores están convocados un día específico en el Frozen Head State Park de Tenesse, pero ese día no empiezan a correr. Un toque de concha marina (sí, una concha, no es una trompeta, no son campanas... es una concha marina en las montañas) anuncia que la salida está próxima.
Debe ser una espera muy angustiante. Imagino que todos pasan despiertos luego de escuchar este llamado. La carrera inicia cuando Lazarus Lake enciende su cigarrillo.
Cinco vueltas de 32 km cada uno, 20000 de desnivel acumulado en 60 horas
Cuando repaso esta descripción, siento escalofríos. Un camino sin marcas, sin puestos de asistencia, cargando mapas y brújulas, buscando libros para arrancar las hojas que correspondan al número de dorsal del participante para demostrar que se ha pasado por allí. ¿no es acaso una locura?
Y sin embargo cada año me meto en la piel de los que corren al ver sus rostros. Pienso en lo duros y fuertes que son, porque “es difícil encontrar algo que esté tan cerca de lo imposible” (como dice Lazarus). Y me sueño allí en el punto de partida de esta “aventura satánica del trail running”.
Edición especial de pandemia
Esta edición se celebra con grandes medidas sanitarias. Participan solo 36 corredores y solo dos de ellos son de fuera de EE. UU.: un checo y un argentino.
Este año participa un mayor número de mujeres entre las que destacan: Courtney Dauwalter, Liz Canty y Maggie Guterl.
Sin bien el distanciamiento durante la competencia es sencillo, en la salida, se solicitó el uso de mascarillas.