
El nombre de Javier Quirós es sinónimo del automovilismo en Costa Rica, no solo por ser uno de los pilotos que ganó Las Tres Horas de Costa Rica, sino también por ser actualmente vicepresidente del Grupo Purdy, empresa fundada por su padre, Xavier Quirós Oreamuno.
El empresario y conductor, quien no incursionó en el mundo de las carreras hasta que cumpió los 26 años, ya que su padre le tenía prohibido competir, rememora sus grandes duelos en el antiguo Autódromo La Guácima y se emociona al saber que la icónica competencia está de vuelta en el Circuito Startcars.com en el Parque Viva, este domingo 17 de diciembre, a partir de las 12 p. m.
Javier Quirós, con más de 40 años de experiencia, conversó con La Nación sobre sus recuerdos en la histórica competencia nacional y expresó sus expectativas para la edición de este año. Su gran favorito para ganar es sin duda el Toyota Supra, que estará al mando de Emilio Milo Valverde y Amadeo Quirós Jr.
- Don Javier, ¿qué significa para usted Las Tres Horas de Costa Rica?
- Las Tres Horas de Costa Rica es una competencia que todo piloto latinoamericano aspira ganar al menos una vez en su vida. Este trofeo es imprescindible en la colección de cualquier piloto, ya que su historial y su importancia en el mundo de los motores en la región lo hacen único.
- ¿En cuántas ocasiones ganó Las Tres Horas de Costa Rica?
- Tuve la fortuna de ganarla dos veces con el Supra (2007 y 2009 junto a Amadeo Quirós Jr.). Experimentar esa emoción es indescriptible y lo que representa para los latinoamericanos es incomparable. Es una carrera exigente, donde el calor, los cambios de clima, la programación del vehículo y la estrategia de carrera son fascinantes. El equipo debe ser uno solo para alcanzar la victoria.
- En la actualidad, los vehículos son más tecnológicos. ¿Cómo analiza el cambio en comparación a los carros de antes?
- Voy a dar un ejemplo; con el caso del excampeón de Fórmula 1, Michael Schumacher. Cuando él ganó sus títulos tenía todo en su manivela. Pero cuando le dieron un fórmula 1 de los de antes, que corría el brasileño Airton Senna y tenía que cambiar las marchas y no tenía esas ayudas tecnológicas se le hizo bien difícil conducir el vehículo y dijo que no sabía cómo hacían esos locos para correr esos carros.

- ¿Cuánto repercuten estos cambios en un evento como Las Tres Horas de Costa Rica?
- Lo mismo está pasando con Las Tres Horas, al comparar el Toyota Supra con los autos modernos. El Supra tiene 20 años y lo hemos estado actualizando lo más que se puede, pero no podemos compararlo con los otros carros. No tiene aire acondicionado, cuenta con un chasis muy caliente que ronda los 120 grados en la cabina y no tiene ADS ni tracción control y no se cambian las marchas en la manivela.
- ¿En lo personal, cuál estilo de manejo prefiere?
- Prefiero el Supra, ya que es el modelo que manejé. Requiere un mayor nivel de planificación y destreza. Aunque los carros modernos son más cómodos y controlados por computadora, conducir el Supra implica un desafío adicional que no quita méritos a los pilotos de autos modernos.
- ¿Qué significa para el automovilismo nacional el regreso de Las Tres Horas de Costa Rica tras la pandemia de la covid-19?
- El regreso de Las Tres Horas es vital para revitalizar el automovilismo en Costa Rica, que ha enfrentado desafíos económicos y políticos. Además de ser un deporte costoso, la carrera ofrece la oportunidad única para avivar la pasión por las competiciones. Invito al Gobierno y a las empresas privadas a apoyar y fomentar estas carreras, contribuyendo a la regulación y evitando carreras no autorizadas en las calles.”
- ¿Cuál es su mejor anécdota en Las Tres Horas de Costa Rica?
- Hay varias, pero hay una que recuerdo lindisima, corriendo contra Emilio Milo Valverde. Las carreras que yo tuve contra él son las más inolvidables en mi vida. De muchos roces, pero los dos conocíamos el riesgo. Fue de esas carreras que no se me olvidan. Ese día terminé ‘deshecho’ físicamente, al igual que Milo. El ganó Las Tres Horas de Costa Rica (2005), pero son recuerdos inolvidables.
- ¿Quién es su favorito para ganar Las Tres Horas de Costa Rica?
- El Toyota Supra, esa es la respuesta. Tenemos el mejor carro, nos va a aguantar. Además tenemos a los dos mejores pilotos y la mejor escudería con los mejores técnicos y la mejor estrategia
- ¿Qué debe tener un piloto que aspire a ganar Las Tres Horas de Costa Rica?
- El que quiera competir para quedar de último, mejor que se quede en la casa. Eso sí, hay que aprender a competir. En mi vida he corrido como 500 carreras y tal vez gané 50. ¿Me frustré por eso? No. Porque cuando uno pierde, pero tiene claro que hizo lo que se tenía que hacer, uno sale contento. Hay que aprender a ganar y perder, pero un deportista siempre debe dar lo mejor de sí mismo.
- ¿A quién admira en el mundo de los automóviles?
- La persona que me inspiró a ser corredor, sin saberlo y a que me gustaran los carros fue mi papá. Él tenía su distribuidora de carros y me obligaba a limpiarle las copas niqueladas a los Rambler Toyota e incluso me llevaba al taller y desde allí me empezaron a gustar los carros.
- ¿Su papá lo inspiró a correr?
- A mí siempre me gustó ser competitivo y probarme contra los demás. Sin embargo, papá nunca me dejó correr. No fue hasta que falleció, en los años 80, que empecé. En aquel tiempo se respetaba lo que los papás decían, no es como hoy. Simplemente no podía correr y no era un tema de discusión. Cuando él murió se abrió la oportunidad, a mí me gustaba y no éramos tan malos y quedamos con esa pasión.
- ¿Hasta cuándo en el automovilismo?
- En febrero tuve un accidente en Daytona cuando entrenaba para una carrera y me quebré el esternón y las costillas. Empecé a pensar que era lo mejor para mí y mi familia, porque mi cuerpo no es el mismo de hace 20 años. Entonces decidí retirarme del automovilismo profesional y solo correr con mi hermano Amadeo Quirós, en carreras más pequeñas, sin presión, por lo que ya tenemos planes.