Para liderar con eficacia necesitarás desarrollar la habilidad de gestión del talento. La capacidad de ver el talento antes de que otros lo vean (interna y externamente), desbloquear el potencial humano y encontrar no solo el mejor colaborador para cada rol, sino también el mejor rol para cada colaborador, es crucial para que dirijás un equipo de primer nivel. Es decir, los grandes líderes son grandes agentes de talento.
Como líder necesitás ser más abierto y desechar tácticas de selección o contratación populares pero muchas veces obsoletas.
¿Cuántas veces buscás talento en los mismos lugares tradicionales o seguís la tendencia popular de pensar que el mejor colaborador es el que mejor se ajuste a la cultura?
Si queremos desarrollar el talento de otros, también debemos desarrollar el nuestro: empezando por cómo hacemos las cosas.
Si estás buscando impulsar la diversidad, la creatividad y la innovación, empieza pensando “fuera de la caja”.
- Piensa en el futuro:
¿Cuál es tu estrategia de talento de cinco años? ¿Tu nuevo colaborador tiene habilidades que se alinean con tu estrategia a largo plazo?
Si sabes a dónde quieres ir, concentra tus esfuerzos en contratar a alguien con las habilidades, actitudes y experiencia que necesitarás para avanzar.
- Enfócate en los rasgos correctos:
Si el Foro Económico Mundial predice que el 65% de los empleos de hoy ya no existirán en 15 años, entonces las personas para los futuros puestos (que muchas veces no sabemos cuales serán) requieren ciertas habilidades blandas que les facilitaran la adquisición de nuevos conocimientos: inteligencia emocional, motivación y capacidad de aprendizaje.
- Piensa abiertamente:
Para incrementar la probabilidad de crear equipos con habilidades complementarias y sinérgicas, identifica aquellos con perfiles diferentes e incluso opuestos.
Todos sabemos que las empresas con una cartera de talentos diversos tienden a tener mejores resultados económicos.
- Define los parámetros:
Al igual que el primer punto, antes de tomar decisiones, debes tener claro las métricas que utilizaras para definir la idoneidad para el puesto. De esta forma podrás asegurarte de que tu decisión sea justa y sensata.
- Piensa en nosotros:
¿Las personas trabajarán bien juntas? ¿Se complementen entre sí y sus roles funcionales y psicológicos se alinearán con lo que el equipo necesita?
El esfuerzo colectivo permite la sinergia. Para que los equipos tengan éxito, las personas que los integran deben adoptar una actitud de “nosotros antes que yo”.
- Mejora continua de las personas:
Todo colaborador necesita crecer constantemente. Y esta es parte de tu responsabilidad.
Es decir, debes ser capaz de dar retroalimentación crítica, motivar, tener conversaciones difíciles, tomar decisiones y abordar el bajo rendimiento. También debes ser capaz de identificar las futuras necesidades de talento para que puedas mantenerte por delante de la demanda y que las personas de tu equipo sigan avanzando y mejorando.
- Tú:
¿Cómo desarrollarás tu talento? ¿Quién será tu agente de talento? Lógico que si tú mismo no tienes una mejora continua, tu capacidad para desarrollar el talento de los demás se verá afectado. Es imprescindible que identifiques el agente de talento que te hará crecer a ti.
En resumen, ser un gran líder abarca la capacidad de gestionar el talento. Siempre piensa cómo el potencial y el talento de cada uno de tus colaboradores, está apoyando la construcción de tu equipo de alto rendimiento.