Si su gato tiene pulgas...¡tenga cuidado! Estos parásitos pueden transmitirle una anemia severa que, de no tratarse a tiempo, le causaría la muerte.
En la siguiente entrega de +cotas, la veterinaria Nilda Valverde Bermúdez nos explica los peligros de esta enfermedad, cómo se contrae y qué tratamientos son los más indicados para salvarle la vida a nuestros gatitos.
Según ella, el micoplasma felino, también llamado anemia infecciosa felina o micoplasmosis hemotropica felina, es un padecimiento causado por la bacteria Mycoplasma haemofelis (anteriormente denominada Haemobartonella felis).
La transmisión puede ser principalmente por pulgas, aunque también se han descrito transmisiones por garrapatas y posiblemente por mordiscos a través de la saliva durante las peleas e incluso en transfusiones con sangre contaminada.
¿Qué es lo que sucede? El microorganismo ataca los glóbulos rojos destruyéndolos y causando un cuadro de anemia que puede presentarse de forma gradual hasta llegar a ser mortal. Los órganos como el hígado, bazo y riñones, pueden verse afectados con esta situación.
¿Cómo sé si mi mascota está enferma? Si deja de comer durante tres días o más, si presenta fiebre, está sin energía o pierde peso, ya son señales sospechosas. Más aún si su piel o su encía se tornan amarillas (con ictericia).
Para tener un mejor diagnóstico, conviene hacerlo mediante un examen de sangre o una técnica llamada PCR (reacción en cadena de la polimerasa), que permite amplificar pequeños fragmentos del ADN para identificar gérmenes microscópicos que causan enfermedades.

No pierda tiempo
¿Qué hacer? Ante cualquier duda, lo mejor es llevar al gato al veterinario lo antes posible. Un tratamiento oportuno, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, aconsejó Valverde. Por lo general, se les suministran antibióticos durante 30 días, como mínimo.
“Los gatos son pacientes difíciles. No colaboran en la toma medicinas y entonces hay que ser muy disciplinados. Algunos hasta van a requerir transfusiones sanguíneas, dependiendo de su gravedad”, comentó la veterinaria.
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Si el tratamiento resulta efectivo y se nota una mejoría en el animal, los dueños deben continuar en alerta, para evitar una recaída. Además, se tiene que tener claro que muchos gatos, ya asintomáticos, podrían ser portadores, es decir, que ellos podrían llegar a enfermar a otros.
¿Cómo se previene? Para evitar este padecimiento, Valverde insistió en hacer todo lo posible porque los gatos estén libres de pulgas mediante collares, pastillas o ampollas. De igual manera hay que revisarlos constantemente si acostumbran estar fuera de la casa y vigilar su comportamiento en todo momento.
“No se puede asegurar todavía que la enfermedad puede ser transmitida a los humanos, pero es importante el control de parásitos, idealmente que los gatos no salgan a la vecindad ni estén en contacto con otros de origen desconocido”, puntualizó Valverde.
Con las garrapatas, también debe tenerse cuidado, pues, al igual que pasa con los perros, podrían transmitirle a los gatos otra enfermedad conocida como erlichia (Ehrlichiosis canina), que produce anemia y otros síntomas variados y graves.
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