La escena de la película Sherk, en la que el Gato con botas hace algunos ruidos y movimientos extraños al momento de expulsar una bola de pelos, es más que conocida. ¿Pero, qué son en realidad esos desechos?
La veterinaria Nilda Valverde de la clínica Reino de Asís en Alajuela lo explicó en esta edición de +cotas y ofreció consejos prácticos para atender la situación, sin alarmarse más de la cuenta.
“Las bolas de pelo, cuyo nombre real es tricobezoares, se producen cuando los gatos se acicalan y sin querer se tragan un poco de pelaje para luego expulsarlo a través de sus heces, la mayoría de las veces. Cuando esto no ocurre, entonces, simplemente, las vomitan”, aclaró Valverde.
Según ella, los felinos de pelo largo o intermedio, así como los gatos de más edad (no tanto los cachorros), son los que más se enfrentan a estos episodios y entonces sus dueños suelen encontrar desperdigados por la casa dichos restos.
Vale la pena aclara que estos no tienen forma de ovillo, sino más bien son aplastados y húmedos debido a los fluidos estomacales del animal.
¿Peligrosos? “Casi nunca”, enfatizó la especialista, al contar que son raros los casos en los que las bolas de pelo terminan obstruyendo el tracto digestivo y ameriten una cirugía.
Aún así, es vital estar pendientes del “minino” y si este luce triste, sin apetito, con vómitos constantes o bien, se arquea demasiado para vomitar y no lo logra, entonces lo mejor será acudir al veterinario para que haga una valoración profesional.
¿Cómo ayudarle? Valverde recomendó emplear una dieta húmeda. “No se trata de humedecer el alimento, sino más bien darle una o dos veces por semana atún o bolitas de carne molida económica, que es la que más les sirve por la grasa. Este tipo de comida les ayudará a expulsar las bolas de pelo al defecar”, aseguró.
También se les puede suministrar malta para gato (un tipo de laxante) y concentrados de alimento que contribuyan con su salud digestiva. Asimismo, cepillarlos con regularidad, podría ser ventajoso.