Meses atrás, observaba cómo el océano Pacífico intentaba meterse en Costa Rica en un sitio llamado golfo de Nicoya. La actividad la desarrollaba desde un potrero en el frío pueblo de Rancho Redondo. En aquella ocasión, recuerdo cuánto extrañaba ese gran cuerpo de agua salada. Lo bueno se atrae permaneciendo a 2000 o a cero metros sobre el nivel del mar.
Para efectos de este reportaje, estoy en el cantón de Garabito, el décimo primero y último de la provincia de Puntarenas; el segundo más cercano al casco central de San José, luego del cantón central de Puntarenas.
He escuchado muchos prejuicios acerca de la cabecera de ese cantón: que drogas, que prostitución... De ello siempre habrá en cualquier lugar del mundo. “La cosa” está en qué decisiones tomar para percibir un sitio como bueno o como malo.
Aquí, se pueden hacer muchas actividades: velerismo, surf de remo, comida sabrosa, arte, muralismo, ciclismo urbano, caminatas por la montaña y gratas conversaciones con su cálida gente. Eso último, lo más importante. A continuación, una pincelada de ellas.
EN EL MAR
Navego en un velero frente a playa Herradura, a pocas millas náuticas de lo que enfocaba en aquella lejana vista kilométrica desde lo más alto de Goicoechea. Permanezco tendido sobre una malla de la proa, con el mar abajo. ¡Ah, qué momento tan relajante! Las sensaciones, allí, recuerdan que tenemos -mínimo- cinco sentidos. ¿Y los otros? Présteles atención cuando ande en un velero:
Antes de continuar con esto, les cuento que existen dos formas de llegar hasta el velero: (1) desde un pequeño puerto en bahía Herradura o (2) practicando surf de remo. Y fue la segunda opción la que me motivó a hacerlo diferente.
Para mandarse al mar no es necesario ser un superhéroe. Solo hay que buscar las tablas Supherr (Stand Up Paddle Herradura) de Ronald Arguedas. Si pregunta por él, hágalo por su apodo:
Después de "supear" y aprender a mantener el equilibrio, le dije adiós al instructor para proceder con el tour en barco.
Ya en él, se escucha el sonido del viento al rozar las blancas telas que mueven esta embarcación. Las olas crujen al romper en la proa y uno sobre ella (como mencionaba anteriormente). Es como volar a unos 60 centímetros de la superficie con el fin de atrapar un pez con el pico, como si uno fuera una ave hambrienta.
La vista alrededor se torna azul marino hacia abajo y azul claro hacia arriba. La estrella más cercana desea ir a iluminar otros pueblos: el reloj marca las 4 p. m. aproximadamente.
El "Blangala" es el responsable de llevarnos a playas paradisíacas y casi secretas. Por ejemplo, a playa Escondida. Su capitán es un argentino que tiene más de 20 años de vivir en Costa Rica.
Durante la travesía, los presentes son atendidos con bebidas y bocadillos. También, pueden practicar surf, surf de remo (Stand Up Paddle, SUP), snorkeling y pesca. Al bajarse en alguna playa, es adecuado llevar algún tipo de calzado para caminar entre las piedras.
El carisma de Wen Quintero, esposa y compañera del capitán, así como de Carlitos, un joven marinero de Herradura, hacen del viaje una experiencia inolvidable donde se aprende mucho acerca del velerismo y la vida.
Son esos momentos que me recuerdan la mejor manera de disfrutar cada minuto que pasa.
Después de varias horas hablando, Quintero contó que ellos perdieron una hija hace pocos meses. Más allá del sentimiento de dolor por esa pérdida, su mensaje fue inspirador: "La vida se debe vivir al máximo y los problemas no nos deben alejar de lo que realmente queremos".
Se acerca el final del día y con ello, el atardecer.
Por tal razón, recuerdo al escritor sudamericano que dedicó un poema al sol y actualmente es recitado a diario en Punta del Este, Uruguay.
"No importa cuán estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia; soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma. Para Lupe (q.e.p.d.)", recuerdan a su hija -en The Jacó Journal- los encargados de convertir al Blangala en una experiencia única por el mar.
EN LA CIUDAD
Es sábado por la mañana y el cuerpo lo sabe estando en Jacó. El calor provoca que cualquiera salga de una habitación que no cuente con aire acondicionado. Y bueno, estando fuera de la Gran Área Metropolitana cualquier punto de Costa Rica podría describirlo como "más que vacacionable", sin dejar de lado los hermosos paisajes y atractivos turísticos del interior.
¡Pues sí! Lo blanco del lugar me genera una sensación de frescura y eso que apenas son pasadas las 7 de la mañana. Hace calor afuera de “Costa Juice” (antes llamado Milk). ‘Pronostico’ un día de verano con probabilidades de “lluvia tibia” por la tarde.
Empiezan a preparar el café y el aroma despierta a los presentes. ¿Qué es eso tan rico? ¿Acaso estamos en las altas montañas de la zona de Los Santos, en San José? No, en “Costa Juice” preparan esta bebida con uno de los mejores que Costa Rica haya producido jamás. Se trata del Dota y del Reserva Especial: un lujo que se dan quienes lo consiguen en Londres, en la Cafetería Privilegios Coopedota y en alguno que otro punto turístico del país.
Me gusta la buena vibra de las personas y lo que ellas reflejan en los demás; también, lo que preparan y cocinan.
Aparece otro agradable olor. Desde mi silla, me transporto a una panadería de la talla de la Barrio Luján.
¿Será que estoy pecando de gula, según la religión?
¡Jamás! Es pequeñito y se ve muy saludable. Recién empieza el banquete, el cual siempre he creído que debe ser fuerte para mantenerse con energía durante el resto del día y noche.
Además, lo alistan con mucho amor y acompañado de colores tropicales y comestibles punzados con un fino palo de madera. ¿Qué? ¿Cómo es eso?
En este momento, cualquiera estaría dispuesto a comer algo rico en energía y frío, ya que la temperatura aumenta en la calle.
Se vienen los bowls que nunca había comido en un desayuno. Mientras demoran en traerlo a la mesa, me pregunto cómo mi organismo responderá a tan novedosa preparación.
Y responde bien. Refresca el estómago y le echo un vistazo más de cerca para ver sus ingredientes:
Mientras disfruto de estas comidas, admiro lo cálido del lugar así como su decoración con flores y diversas plantas. No conocía este chante de Jacó. La afluencia de turistas y locales es constante.
Es hora de seguir descubriendo la cabecera del cantón Garabito. Antes de todo, es bueno acercarse a la caja para pagar y dar las gracias.
Comer te da alas para seguir con ganas durante buena parte del día. ¿Pero, qué sucede si no las tenemos? Existen personas que las encuentran en bebidas.
"¡Buscá tus alas y volá!", le diría yo a un amigo en referencia al día a día. A la lucha que se debe dar para salir adelante.
Existimos otras personas que buscamos esas alas en alguna superficie, por ejemplo, en los muros ubicados al lado de la –localmente conocida– calle El Bohío:
¡Qué chivas! ¿Quién las pinta?
"Artify Jacó" es el movimiento que busca embellecer esta ciudad a través de murales artísticos, arte callejero, festivales, música y demás.
Surgió hace poco: en octubre 2016. Su visión para el futuro de esta cabecera es que la gente de la comunidad (especialmente los niños) esté rodeada de arte que se inspire en la flora y fauna local con mensajes informativos y positivos que recuerden: 1) reciclar, 2) desechar la basura apropiadamente, 3) amar a los demás a pesar de las diferencias y 4) cuidar de nuestro planeta.
Como lo mostraba en la imagen anterior, Danny Herrera es un artista costarricense que participa en esta hermosa tarea.
También, a nivel internacional, en 2016 se contó con la participación del artista español Fabio López, más conocido como Dourone. Sus obras están plasmadas en ciudades como Madrid, Mallorca, París, Ámsterdam, Bruselas, Los Angeles, Miami, Medellín y –afortunadamente– aquí, frente a las cálidas aguas del Pacífico central tico.
El madrileño tuvo la oportunidad de intervenir un gran espacio en la pared de los murales, localizada en el parqueo del Day Star Properties.
Más adelante les cuento acerca de esta bicicleta playera que usé para desplazarme. La puse justo frente a la obra de arte para poder dimensionar su tamaño. ¿Verdad que es gigante?
En esta ilustración figurativa y surrealista, el europeo eligió esos colores por lo primero que vio al llegar a este paraíso: "la naturaleza, el mar y los increíbles atardeceres".
Traducido al español, "Artifica Jacó" fue una iniciativa de Emily Easton, Wendy Greenwald y "Stewart". Este último es propietario de Tico Pod, una galería que apoya el talento de los indígenas Boruca, de costarricenses y extranjeros. Más adelante les cuento acerca de ella.
La idea es "que Jacó sea más conocido por su arte y sus alas", me contaba Emily Easton, una mujer amante de la creatividad que vio en esta zona del planeta un lugar para vivir en paz.
La cabecera del cantón evoluciona en cuanto a coloridos murales. Quizá en algún tiempo sea como un museo a cielo abierto.
El peruano Jade Rivera y el mexicano Farid Rueda aportaron con sus capacidades y pinceles durante el mes de julio.
Aquí, un ejemplo de lo hecho por el sudamericano:
"Realmente queremos que los artistas, fotógrafos y la gente que colabora sean remunerados por su arte. No es justo pedirle a un artista que lo haga por publicidad", explicaba a "People of Jaco", Wendy Greenwald de Artify.
¿Y el trabajo del mexicano Farid Rueda? Pues, aquí les muestro unas fotografías:
Esta gente de Artify Jacó está tratando de centrarse en el lado artístico de las cosas. Les gustaría ver "la comunidad convertirse en una sociedad orientada al arte donde la imaginación se exprese libremente", se lee en su sitio web.
Respiro profundamente... Inhalo... Exhalo... ¡Repito varias veces!
Se siente el cambio y se escuchan las olas del mar. Hace calor y mientras camino por las aceras, me percato que allí existen mini parqueos para bicicletas. ¡Claro! Aquí, como en muchas playas de Costa Rica, la gente las usa mucho.
Toca buscar a alguien que alquile una para sentir el aire en la cara y desplazarme con mayor velocidad, al mejor estilo holandés.
Me doy cuenta del servicio de movilidad urbana en Marveca, un comercio donde cosen y diseñan vestidos de baño.
En esta ocasión, consulto para llevarme una estilo bananera y ponerla a rodar.
Al igual que en Holanda, Costa Rica tiene muchas zonas planas donde la práctica de este deporte o el simple uso de la bicicleta requieren menos esfuerzo que en zonas montañosas.
A diferencia de ese país del viejo continente, Jacó carece de ciclovías para permitir una forma de transporte saludable, fresca, rápida y amigable con el ambiente.
La ciudad es pequeña y la inversión podría reflejarse en menos congestión vehicular y más seguridad para los locales y foráneos al desplazarse de un sitio a otro.
Continúo con el pedaleo y me acerco a un proyecto inmobiliario inaugurado a inicios de 2017.
Han transcurrido varias horas desde el desayuno, por lo que mi estómago avisa con sonidos grotestos –a quienes están cerca– de sus intenciones de hacerme daño si no lo consiento pronto.
Podría haber entrado a Jacó Walk con los ojos vendados que solamente con el olfato, hubiera elegido cualquier comercio para almorzar.
El día ha estado bastante despejado con un sol que quema y provoca espejismos.
Ya satisfecho por la comida, me dirijo al hotel Las Brisas en playa Hermosa para dormir un rato.
Sueño o galería
—Almohada, ¡no veás así! Sé que querés aplancharme la oreja, le digo.
—Para nada, solo necesito sentirme útil, me dice.
Realmente me doy cuenta de lo cansado que estoy luego de conversar con esa suave y blanca pieza de la cama. El lugar es mágico y más que confortable, pero después de uno o dos minutos sobre ella, me dejo llevar a otro mundo...
Duranta la mañana había hecho una pequeña visita a una galería de arte en el centro de Jacó. De no ser por ese sueñito de una hora, aproximadamente, habría olvidado mencionarles acerca de la existencia de Tico Pod.
Resulta que allí trabajan quienes promueven el movimiento "Artify Jacó" que les conté unos treinta párrafos atrás.
Vale la pena apreciar los trabajos de muchos artistas que exponen cerámica, cuero, máscaras, joyería, chocolate y muchas obras de arte plástico. También importante: llevarse algo después de pagarlo.
Ahora toca llevarse las mejores vistas de las playas desde los más alto.
En la montaña
Cuando me refería a que Jacó era plano al igual que muchos kilómetros cuadrados de Costa Rica y Holanda, lo hacía pensando en la parte de la ciudad donde abundan hoteles, restaurantes, comercios y calles aptas para un ciclismo placentero.
Llega ese momento del reportaje -al igual que en otros- en el cual hablo de recompensas luego de un esfuerzo físico y significativo.
Vamos a "Donde Miro", uno de los sitios preferidos de los locales.
Lo que se viene ahora es una caminata mañanera con punto de inicio frente a la gasolinera llamada Estación de Servicio Jacó. El destino final es el poblado de playa Hermosa.
—Sí, Miguel. Ahí le pongo cuando tengo oportunidad.
No fue sino hasta la década de los setenta que se construyó la carretera Costanera, por donde actualmente se transita.
—Y, ¿qué es aquella estructura?, le pregunto después de unos 15 minutos moderadamente exigentes.
Con varios metros de desnivel positivo, nos preparamos para visitar las ruinas de la montaña.
—Miguel, quedémonos para tomar más fotos y capturar verbos, sustantivos, adjetivos y recuerdos de esta buena vista. No se lo digo, pero lo pienso.
Después de un rato, sigo descubriendo la primera etapa de este mirador.
La decoración de este sendero está también en las paredes:
¡Qué bonita la primera parte del mirador! Vuelvo a ver hacia atrás:
Más decoración en piedra (cemento chorreado):
Una vez llegando al poblado de Hermosa, busco chorros de agua. Olvidé recomendarles portar una botella con agua para estarse hidratando durante el senderismo. Hace hambre y el cuerpo pide comida.
Existe un restaurante muy bueno. Siempre recuerdo su platillo estelar llamado "pollo consentido". Básicamente una preparación magnífica de nuestro litoral Pacífico.
Les cuento en las siguientes fotografías acerca de Vida Hermosa y su comida:
Lo mejor de comer aquí, además del sabor de la comida, es escuchar el sonido de las olas al romper en la playa.
¿Devolverse a Jacó? Espere un bus o una buena alma que le haga ride. Sobran esas últimas...
¿Cómo visualiza usted a Herradura, Jacó y Hermosa, por ejemplo? ¿Qué tipo de turista es usted?
Mitzam Fontiveros, una chama con nacionalidad costarricense escribió: "en Garabito queremos calidad de turistas más que cantidad, aunque si es gran cantidad de buenos turistas, nadie se enojará".
Seamos mayoría para entrar en el grupo de calidad.
Decía el escritor estadounidense Richard Bach: "La mejor manera de pagar por un momento precioso es disfrutarlo".
Agradezco a la gente de The Jacó Journal por la ayuda para hacer realidad este reportaje.
Si es usuario de Instagram, allí posteo fotografías que luego resultan ser entradas de este blog. Puede seguirme en la cuenta personal o la cuenta Recreatico.
Para mis otros artículos:
Amigos llevan a ciclista a pasear en ‘volanta’ como símbolo de verdadera amistad
A pie, en bici, en carro y en tren: de lo que les estaré contando en Costa Rica
Nueva oferta gastronómica en Cartago (Parte I)
Productos ticos que sirven para ‘mochilear’ fuera y dentro de casa
San José y golfo de Nicoya vistos al mismo tiempo en atardecer
Curiosidades sobre fotografía de cuatro de los volcanes de Costa Rica
De Cartago a San José en bici para ir a mi trabajo: un viaje surrealista
Alternar bicicleta con tren: un avance en la movilidad urbana de los ticos
Crónica de un usuario de la ciclovía: Cruzar todo San José en media hora y haciendo ejercicio