¡Fue caótico! Tres jugosos cortes de carne de res provocaron un delicioso desorden culinario en el paladar de los comensales que se acercaban a este restaurante de comida argentina en avenida 1.
Líderes de las bandas “La Entraña”, “Los Bife Chorizo” y “El Vacío" disputaban el terreno.
Una provoleta con tomate, una milanesa a la napolitana gigante y cientos de choripanes tapaban sus rostros con mascarillas al tiempo que peleaban por ser los más solicitados y posicionar a sus respectivos grupos. Evitaban algo similar al gas pimienta: humo parrillero y ardor por cebolla.
El motivo era pasional y la comida callejera no aguantó más. El argot flotaba en el aire como pleito lingüístico entre seguidores de Boca y River.
Hasta un atún, con antecedentes, se metió en la colada del menú: se hizo un colocho con una entraña término medio.
Un pincho policial los atravesó y aquello de abajo quedó hecho un puré... de papá y brócoli. Exquisito. Había charquitos de chimichurri de uchuvas por doquier.
Ahora que lo pienso, eso fue un “recontra kilombo” —dirían los argentinos—, como lo mencionó Ernesto Tenembaum en su columna de El País: “La Argentina es un kilombo”.
La antimotines aumentó su presencia en la escena y detuvo a la famosa estrellita: la Lollipop*, con su atún y entraña (solo una semana duró su libertad condicional).
¡Qué clase de ‘Kilombo’!
Escrita también como ‘quilombo’, esta palabra del lunfardo —jerga bonaerense—, proveniente del Bantú (africano), ha mutado sus significados, siendo ‘tumulto’, “situación caótica” o ‘pelea’ los más actuales.
En el siguiente video le resumo la delicia de cortes, en especial, el bife de chorizo preparado —como muchas otras recetas de este local— bajo técnicas de cocina al vacío:
El Kilombo es el nombre de esta opción gastronómica que recién abrió sus puertas en setiembre.
No está en el barrio La Boca ni colinda con un río llamado Matanza Riachuelo. En cambio, su “Caminito” (callejón-museo en ese barrio) está aquí, 100 este de la esquina noreste de la Asamblea Legislativa, sobre avenida 1.
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Su chef ejecutivo es Diego García Vela, de quien les había comentado en febrero de 2019 acerca del sánguche peruano en La Sucursal Limeña.
Su pasión por el asado argentino se remonta unas décadas atrás cuando su padre, Carlos García, y el mejor amigo de este, Jorge Torres, hacían de los fines de semana una buena fecha para comer y disfrutar. Ambos descansan en paz.
Empezaban los domingos desde buena mañana en Lima, cuando los mayores ofrecían empanaditas argentinas a los allí presentes para ir picando junto a sus merecidos tragos.
Los chiquillos, como Diego, bebían naturales o gaseosas.
Todos leían el periódico mientras las carnes capturaban calor y se cocían esperando a que los visitara el resto de la familia y amigos.
Su amor a la cocina surgió durante esos fines de semana. Estudió Cocina en Lima y cuenta con una especialidad en “Cocina al Vacío” que aprendió en Barcelona.
Los precios en este restaurante callejero promedian los 4 mil colones. Sin embargo, el plato estrella es el más elevado: 8 mil colones.
*Los “plato estrella”, como el Lollipop de entraña y atún, estarán solo por siete días. Cada semana cambiarán.
Si usted leyó este artículo en cuanto se publicó, tenga en cuenta que el Lollipop lo espera durante los próximos siete días.
FIN.
En Instagram acostumbro subir fotos y videos relacionados con comida, árboles, animales, deportes y naturaleza. Algunas de ellas terminan convirtiéndose en publicaciones de este blog.
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