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La nube ha sido la palabra omnipresente en todas las conversaciones empresariales que han tenido lugar en los últimos dos años. Durante este tiempo, hemos sido testigos de cómo la pandemia empujó a muchas organizaciones a adquirir nuevas capacidades digitales al usar las últimas tendencias tecnológicas como el análisis de datos, la inteligencia artificial (IA) y los servicios en la nube, entre otros, para mantenerse a flote. Diría incluso que esta época podría ser el caso de estudio más robusto de resiliencia empresarial de los últimos tiempos. Sin embargo, ahora que en la mayoría de los países de nuestra región comenzamos a explorar un nuevo normal, vale la pena considerar un nuevo ritmo para poder ser exitosos, y este puede ser un ritmo de perseverancia, más que de resiliencia.
Líderes de diversas industrias reconocen que la innovación es el único camino a seguir para transitar la incertidumbre en los mercados globales, especialmente a medida que continúan creando nuevas oportunidades empresariales. A esto se le puede llamar perseverancia digital.
Esta es la capacidad de las organizaciones para prosperar a pesar del riesgo cuando aprovechan y manejan la tecnología digital para lograr sus objetivos comerciales y hacer más con menos. Este es un nuevo ritmo: ya no es ser resilientes para sobrevivir los efectos de una pandemia, sino ser perseverantes ante una nueva era empresarial usando la innovación como catalizador.
¿Prosperar o quedarse atrás?
En este nuevo ritmo empresarial, pasaremos de hablar sobre la transformación digital como un proceso opcional, a ver cómo las organizaciones cumplen con un imperativo digital. Es lo que marcará la diferencia entre las organizaciones que prosperan y las que se quedan atrás. Cada organización en cada industria necesitará infundir tecnología, en cada proceso y función comercial, para que puedan hacer más con menos.
Dado que la computación en la nube se ha vuelto una necesidad en varios sectores, las empresas están adoptando un modelo que tiene numerosas bondades. La migración a esta nueva plataforma también garantiza la inteligencia de los datos, la creación rápida y escalable de aplicaciones digitales, la optimización de costos y la seguridad de la información. Con estos beneficios, la computación en la nube alienta a las organizaciones a adaptar sus estrategias a una nueva era digital. Vemos casos de uso en múltiples sectores. Por ejemplo, una de las empresas más grandes de alimentos de América Latina está usando la nube de Microsoft para aumentar el rendimiento de las operaciones en una planta latinoamericana y utilizar los ahorros para evitar el aumento de los precios. Con esto apuntan a abordar uno de los mayores desafíos que enfrenta la región, la inseguridad alimentaria.
También hemos visto el ejemplo de un startup en Centroamérica lanzar una aplicación para tiendas de barrio que permite, desde un celular común, ofrecer a los pequeños comerciantes servicios de pago con tarjeta de crédito, recaudo de pagos de servicios públicos, conectar en un marketplace con sus distribuidores y proveedores y ofrecer venta de recargas para telefonía móvil.
Solo en la nube de Microsoft hay más de 200 servicios disponibles para aprovechar la data, listos para ser parametrizados, ajustados a la necesidad de cualquier organización y, de nuevo, para ser pagados únicamente por consumo. Esto hace que las operaciones, de cualquier tamaño o sector, tengan a su disposición tecnología de punta sin tener que desarrollarla. Es la clave para hacer que la data trabaje para la organización, y la organización no tenga que trabajar para la data.
Hacer más con menos
Los servicios en la nube se pagan por consumo, de esta manera se expande o se contrae de acuerdo con la necesidad, soportando picos de demanda cuando estos ocurren y decreciendo a medida que esta se reduce. Un ejemplo claro son las administraciones tributarias, que tienen un tráfico elevadísimo en épocas de pago de impuestos y otros meses de menor actividad. ¿Para qué mantener ociosa una capacidad que está sobredimensionada en épocas de calma, pero que puede resultar incluso insuficiente en momentos de alta demanda?
Hacer más con menos no significa trabajar más duro o durante más tiempo, pero sí significa aplicar tecnología para amplificar lo que puede hacer en una organización para diferenciarse y desarrollar resiliencia. Hoy nos enfrentamos en nuestra región a un panorama en el que las empresas se ven presionadas a ser más ágiles, optimizar sus recursos y a reducir sus costos, y estas necesidades empresariales pueden ser solventadas por medio de un uso adecuado de tecnologías como la inteligencia de datos para toma de decisiones.
Si una organización no está sustancialmente en la nube, no puede esperar desarrollar todo el potencial del negocio. La próxima fase de crecimiento depende de qué tan rápido las empresas puedan aprovechar las tecnologías digitales para respaldar estos nuevos modelos comerciales.
La nube, que ha demostrado su importancia como solución empresarial resiliente y sostenible, es clave para no solo asegurar una ventaja competitiva futura, pero para denotar la innovación, y llevar la transformación por la vía rápida.
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