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En esta nueva normalidad generada por la pandemia nos ha tocado reimaginar el trabajo. Con mucha frecuencia distintos socios comerciales, clientes, periodistas, nos han preguntado sobre nuestra perspectiva con respecto al regreso al trabajo. La gran incógnita no es solo cómo podría verse, sino también cómo funcionará luego de experimentar las bondades que ofrece el trabajo remoto.
A pesar de lo involuntario de este gran experimento, aprendimos a encontrar una manera de balancear la vida personal y profesional: mayor bienestar, más tiempo de calidad con nuestra familia, ahorro en horas de transporte y tiempo extra para invertir en educación.
Uno de los mayores aprendizajes fue desmitificar los fantasmas que existían alrededor del trabajo no presencial: entendimos que la productividad no baja – y muchas veces incluso aumenta – en modelos que son más flexibles. Así lo demuestra un estudio que Microsoft condujo entre las Pymes de Centroamérica, donde el 42% de los encuestados consideró que la productividad de su organización aumentó a pesar de las disrupciones, mientras 33% afirmó que se mantuvo intacta.
Los modelos híbridos habilitan el aumento de la productividad en nuestros equipos, al ofrecer flexibilidad y empoderar a las personas a tener más tiempo disponible para trabajar en sus fortalezas. Esta modalidad nos permitirá simultáneamente atraer el mejor talento posible.
El gran reto
Las personas parecen ya no estar dispuestas a seguir el viejo modelo de pensar que el trabajo es un espacio físico, ya no esperan, ni quieren, el típico trabajo de escritorio de 9 a 5. Demostraron con creces que son más autónomos de lo que se creía, y más productivos de lo que hubiéramos podido imaginar.
De acuerdo con los resultados del Work Trend Index 2021, el 70% de los empleados quieren permanecer en modelos híbridos y flexibles. En su más reciente edición, el estudio de Microsoft mostró que, en Latinoamérica, el 70% de colaboradores en la región dicen que priorizarán su salud y bienestar por encima del trabajo. Al mismo tiempo, en países como Estados Unidos se han producido renuncias masivas –han llegado a sumar más de 4.5 millones en un solo mes- y se ha desatado una verdadera guerra por el talento. Las ofertas de trabajo remoto se han multiplicado por 5.
Las organizaciones debemos hacer una reflexión profunda para entender que, en buena medida, la capacidad que tengamos de atraer y retener el talento, que es el activo más valioso de una organización, dependerá de estos nuevos modelos de trabajo que adoptemos.
Estamos en un punto de inflexión dentro del nuevo normal, en el que las empresas tienen una expectativa y los empleados tienen otra. Resolver la paradoja del trabajo híbrido – donde las personas tengan la flexibilidad que anhelan y al mismo tiempo conserven el contacto con sus equipos y su organización – requerirá de políticas y tecnologías pensadas para la flexibilidad, que apoyen a cada individuo, sus necesidades y su estilo de trabajo.
de personas han renunciado en un solo mes en Estados Unidos, en un fenómeno conocido como renuncias masivas, desatando una guerra por el talento.
El desafío que enfrentan todas las organizaciones es cumplir con la nueva perspectiva de su talento, equilibrando los objetivos del negocio, en una economía impredecible, mientras se protege la cultura y los valores de la empresa, con equipos de trabajo cada vez más dispersos.
Debemos asegurarnos de que hay un espacio donde los recursos de aprendizaje y crecimiento estén disponibles para todos, que tengamos una plataforma que mantenga a los equipos conectados y productivos y a la organización continúe cohesionada alrededor de su misión, sus valores y su propósito es vital. No importa donde estén o desde donde se conecten, esos recursos deben estar al alcance de todos.
La tecnología será fundamental en este nuevo modelo, actuando como un facilitador, ayudando a empleados y clientes a transformarse para el trabajo híbrido.
La seguridad es clave
Potenciar el trabajo híbrido y la productividad remota sigue siendo una transformación que implicará nuevas herramientas de colaboración, una sólida infraestructura en la nube y una nueva forma de pensar sobre la seguridad de la red. Es imperativo garantizar que la organización cuente con las herramientas, habilidades y buenas prácticas que les permitan desarrollar de manera segura sus soluciones y que protejan sus activos digitales y, en última instancia, su negocio.
Cuando los empleados, emprendedores y clientes se conectan remotamente para trabajar, comprar y vender, aumentan la superficie de riesgo ante las acciones de los actores maliciosos. Estos, a su vez, incrementan sus ataques y sofistican sus técnicas para hacerse a la información empresarial, poniendo en riesgo la operación misma de las empresas. Es entonces fundamental repensar los modelos de seguridad –ya no basta con un firewall ni las medidas de seguridad de perímetro- sino una nueva aproximación que se adapte a empleados que están trabajando fuera de la red corporativa, en dispositivos personales y desde geografías distintas.
El modelo de Confianza Cero, que se basa en la verificación de identidad, la administración de dispositivos centralizada, la restricción de accesos y la gobernanza de datos es fundamental. Las organizaciones de hoy en día necesitan un nuevo modelo de seguridad que se adapte al lugar de trabajo híbrido y proteja a las personas, los dispositivos, las aplicaciones y los datos dondequiera que éstos estén, que se base en los principios de la Confianza Cero: no confiar nunca, verificar siempre la identidad, asumir una brecha siempre.
Es urgente diseñar estrategias y empoderar a nuestros empleados con tecnologías que hagan que el trabajo sea gratificante, satisfactorio y emocionante. Cada organización opera de manera diferente, pero es la cultura física, digital y de la empresa la que se unen para crear la experiencia que necesita para que sus empleados sean productivos, creativos e innovadores. Y aunque aún estamos todos experimentando en esta nueva realidad del trabajo, y que es claro que no existe una receta única que sirva a todas las organizaciones, continuamos adaptándonos, innovando y entendiendo cómo adoptar culturas híbridas y flexibles de colaboración para cuidar nuestro activo más valioso: el talento humano.
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