Después de que una persona recibe el diagnóstico de Alzheimer, el deterioro cognitivo y físico asociado a este padecimiento mental consumirá, en promedio, los siguientes 12 años de su vida.
Lo anterior no significa que todos esos 12 años deben transcurrir con un alto grado de dependencia de ayuda para hacer actividades de la vida diaria, como comer, bañarse o tomar medicamentos. Fernando Coto Yglesias, médico especialista en Geriatría y Gerontología, asegura que un adecuado abordaje médico permite “comprimir” los años más difíciles de esta enfermedad a la etapa final de la vida.
Este médico aconseja tomar en cuenta lo siguiente para lograr una mejor calidad de vida durante la mayor cantidad de años que sea posible:
- Socialización. Recuerde que el aislamiento acelera el deterioro y aumenta la dependencia de ayuda. Por eso, para el enfermo es muy importante interactuar, conversar y hasta cantar o bailar para estimular el funcionamiento de su cerebro.
- Nutrición. Evite a su ser querido alimentos muy procesados, como reposterías o frituras en bolsa. Prefiera servirle legumbres y, mejor aún, alimentos que se puedan cocinar y comer con cáscara; por ejemplo, en un picadillo o una olla de carne. Las frutas son recomendables, sobre todo aquellas con antioxidantes como fresas, moras y arándanos.
- Hidratación. Procure que él o ella tome, al menos, 1,5 litros de agua cada día.
- Aprendizaje. Estimule el aprendizaje de cosas nuevas. Desde enviar un mensaje por correo electrónico, hasta palabras en un idioma nuevo o alguna otra destreza. Esto lo mantendrá activo y estimulará el cerebro.
- Acompañamiento psicológico. Es normal que la persona con Alzheimer desarrolle ansiedad, estrés o depresión. La ayuda psicológica le permitirá sobrellevar mejor la enfermedad.
- Ejercicio. Lo recomendable son 150 minutos semanales en sesiones de 30 minutos cada una. El ejercicio aeróbico, como caminar o hacer bicicleta, oxigena el cerebro y genera nuevas conexiones neuronales para facilitar la concentración y el aprendizaje. Las rutinas con series o repeticiones ayudan mucho.
- Espiritualidad. Hay técnicas de meditación y oración que retrasan el deterioro pues implican repeticiones y desbloquean recuerdos que producen felicidad.
- Sueño. Establezca adecuados patrones de descanso, o de higiene del sueño. Es saludable tener una hora para dormir y una para despertar, y eliminar en la habitación cualquier estímulo que interrumpa el descanso. Esto, junto al ejercicio y la buena alimentación, son factores protectores para el cerebro.
La detección temprana del Alzheimer es clave para acompañar a quien lo padece desde los primeros años, cuando los síntomas aún no son muy graves y la necesidad de acompañamiento o la dependencia es menor.
De ahí que sea primordial que familiares y allegados reaccionen apenas detectan los primeros olvidos o cambios en la rutina y el estado de ánimo y antes de que estos empiecen a causar trastornos del comportamiento, deterioro físico y mayor dependencia a su ser querido.