Una persona diabética que ve borroso, con parches o tiene dificultades para distinguir las imágenes que lo rodean y sus colores, podría estar a las puertas de una ceguera prematura y permanente.
Lo ideal es que usted aprenda a prevenir esa situación y programe, al menos una vez al año, una cita con el médico especialista en la vista, el oftalmólogo, para que él vigile la salud de sus ojos y detecte, a tiempo, cualquier síntoma sugestivo de la llamada enfermedad ocular diabética.
Lara Lapyckyj, líder de colaboración médica de Oftalmología, de la empresa farmacéutica Roche para Latinoamérica, explica que la enfermedad ocular diabética tiene dos manifestaciones, y es importante que usted aprenda a reconocerlas si está en este grupo de pacientes o si tiene algún familiar o conocido con este padecimiento.
La primera manifestación se conoce como retinopatía diabética. Es una alteración de las venas de la retina, la parte del ojo encargada de detectar la luz. Cuando el organismo del diabético tiene exceso de azúcar en su sangre, se bloquean los vasos sanguíneos de la retina. Si estas venas se dañan la persona deja de ver con claridad las imágenes, que le llegarán distorsionadas.
De la detección temprana ante cualquier cambio en la visión depende el éxito en el tratamiento de un diabético.
La segunda manifestación de la enfermedad ocular diabética es el edema macular diabético, una hinchazón en la retina que causa visión borrosa. Se le llama ‘edema’ porque hay acumulación de líquido, y esto entorpece la vista en una parte de la retina llamada mácula, a cargo de la visión central.
Por lo anterior, Lara Lapyckyj le recomienda a los diabéticos incluir en sus controles periódicos preventivos la visita al oftalmólogo, de la misma manera en que están pendientes de su presión sanguínea, del estado de su corazón y de sus pies.
Cualquier dificultad en sus ojos debe ser tomada con seriedad, advierte la especialista de Roche. Desgraciadamente, muchos atribuyen la vista borrosa a otras causas, como la necesidad de cambiar los anteojos. El riesgo es que la enfermedad ocular diabética avanza silenciosamente; primero en un ojo, después en otro, hasta causar la pérdida total del sentido de la vista.
Lapyckyj aconseja la visita periódica al oftalmólogo tanto a quienes padecen diabetes tipo 1 –aquella que es de nacimiento y se manifiesta en la niñez o la adolescencia–, como a quienes han sido diagnosticados con diabetes tipo 2 –más asociada a una mala alimentación, consumo excesivo de alcohol y falta de ejercicio–.
Como diabético, ¿cuáles hábitos puede desarrollar para prevenir que sus ojos enfermen, y cuáles son los tratamientos disponibles? Se lo contaremos en la próxima entrega de nuestro blog. ¡Hasta entonces!