Confirmar o descartar el diagnóstico de Alzheimer en un familiar implica varias consultas médicas que se deben empezar a considerar desde el momento en que se detecta que los olvidos de ese ser querido están trastornando su vida y la de la familia.
Aclaramos en este artículo de nuestro blog que el envejecimiento no tiene por qué ser sinónimo de esa enfermedad, pero que sí es necesario actuar con celeridad si hay sospechas ante la aparición de los primeros síntomas sugestivos de Alzheimer.
En la primera visita al médico hay que empezar por descartar dolencias comunes en las personas adultas mayores que, incluso, pueden ocasionar trastornos muy similares a la demencia, explicó Priscilla Monterrey, especialista en Neurología y presidenta de la Asociación Costarricense de Ciencias Neurológicas.
Se recomienda que esa primera visita sea con un médico general, un médico de familia o un Medico Internista, que pueda identificar las señales de disfunción o daño en algún órgano que puedan confundirse con Alzheimer. Una arritmia cardiaca, por ejemplo, podría causar desorientación en el paciente porque le impide un buen flujo sanguíneo. Hay problemas del riñón y hasta medicamentos contra el dolor que podrían afectar la memoria o volver a la persona un poco más “lenta”. También es importante revisar si nuestros adultos mayores sufren depresión, para que reciban tratamiento.
La revisión debe complementarse con estudios del cerebro con imágenes médicas, ya sea mediante tomografía o resonancia magnética. Estos estudios ayudan a detectar tumores o algún accidente vascular cerebral (derrame cerebral) que también podrían ser causa de otros tipos de demencias, como la vascular.
Las valoraciones pasan por el tamiz de un especialista en Neurología o de un psicólogo clínico para que haga las evaluaciones de la memoria. Tres son las que se utilizan:
-Mini-Mental Test.
-Prueba de Moca.
-Prueba del reloj.
En estos exámenes, se evalúa si el paciente es capaz de reconocer objetos diarios, si está ubicado en el tiempo y el espacio y si puede ejecutar algunas tareas sencillas, como dibujar un reloj con las horas.
¿Cuándo acudir al médico?
Priscilla Monterrey recomienda actuar cuando los olvidos o cambios de conducta empiezan a afectar el día a día de la persona y le generan “ruido” en su cotidianidad. Cuando afectan el comportamiento y su calidad de vida, poniéndola incluso en riesgo. No es solo olvidar las llaves, sino meterlas en el refrigerador o ponerlas a cocinar en el horno.
Una vez establecido el diagnóstico de Alzheimer, la familia debe prepararse para atender a un ser querido con una enfermedad irreversible y degenerativa, cuyas complicaciones, a la postre, le causarán la muerte. Una enfermedad que, además, es de larga evolución pues en algunos casos puede prolongarse hasta 15 años.
Por eso, es recomendable un abordaje interdisciplinario en donde no solo intervenga el médico. De ser posible, es indispensable ayuda psicológica, de Trabajo Social y hasta asesoría legal para facilitar al enfermo y a su familia la toma de decisiones en aspectos tan sensibles, como los patrimoniales.
Uno de los principales objetivos de ese abordaje debe ser evitar el ‘síndrome del cuidador cansado’, que ocurre cuando esa tarea se le recarga a una sola persona (que suele ser mujer). Toda la familia debe participar para que tanto el paciente como su entorno tengan la mejor calidad de vida posible.