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La sensación de flotar sobre el asfalto es real: apenas unos centímetros me separan de la autopista, mientras conduzco a una velocidad que no es normal para un chofer costarricense promedio. Solo un leve toque del pie sobre el acelerador basta para que aquel deslumbrante Porsche 911 Carrera T se impulse libre, casi como si gravitara, devorando kilómetros sin esfuerzo. En este carro, manejar es una experiencia de arte.
El Carrera es uno de los tres nuevos vehículos Porsche que tuve la ocasión de conducir a mis anchas, como parte de la Miami-Naples Porsche Experience 2023, en la que periodistas de Argentina y Costa Rica cruzamos la península de Florida a bordo de estas máquinas que combinan el gusto y la potencia como pocas. Fue un recorrido de unos 370 kilómetros en dos días, en los que además del 911 Carrera, también nos sentamos detrás del volante del nuevo Cayenne y el Cayenne Turbo GT.
La actividad se enmarca dentro de las celebraciones mundiales de los 75 años del fabricante de automóviles alemán, cuya marca desde siempre ha estado asociada con velocidad, tecnología, lujo y, desde luego, un aire de distinción que envuelve a cualquiera que ocupe el asiento de conductor. No en vano el aniversario se presenta bajo una frase inapelable: Driven by Dreams.
Con punto de inicio en las oficinas de Porsche para Latinoamérica, en la ciudad de Miami, el viaje nos llevó a lo largo de la autopista interestatal 75 hasta la ciudad de Naples, al extremo oeste de la Florida. En el camino, por medio de paradas estratégicas, los invitados se turnaban el volante, dándonos así también la posibilidad de experimentar la perspectiva del acompañante, que vale decir no es cosa menor.
Se trata de una ruta placentera, la cual atraviesa las planicies de pantanos que son hábitat de los cocodrilos tan característicos de los Everglades. Así, con rectas que se hacen casi infinitas y amplios carriles a nuestra disposición, probar el poder de aquellos motores no solo era factible, sino absolutamente necesario.
La primera parte del trayecto fue al mando del ya mencionado 911 Carrera T. Este es un carro que de discreto no tiene nada, no solo por su imperdible e impecable diseño deportivo, sino también porque el modelo que se nos confió venía en color Ruby Star Neo, que para efectos de la carretera es lo mismo que gritar ‘¡Véanme!”. El lanzamiento del Carrera en este particular tono (ubicado en medio del rosado y el violeta) justo en el 2023 no es casualidad, pues emula el color del Porsche que la muñeca Barbie ha lucido y que recibió aún más atención con el estreno de su masiva película, a mediados de año.
El “carro de Barbie” en la vida real es aún más impresionante que en la pantalla grande: con 385 caballos de fuerza y una velocidad máxima de 181 millas por hora, conducirlo es sentirse lo más cerca posible de andar un carro de carreras en una vía pública.
En él no hay más espacio que para dos personas, así que el aspecto familiar no se contempla: el 911 Carrera es un ejercicio de feliz egoísmo; es símbolo de amor propio.
Sus compañeros de ruta son los dos emblema de la línea SUV de Porsche: el indiscutible Cayenne y su hermano mayor, el poderoso Cayenne Turbo GT. En estos autos, la firma alemana exhibe uno de sus mayores aciertos y con el que reinventó su negocio cuando sacudió el mercado en el 2002: llevar todos los elementos característicos de sus aclamados autos de carrera a un modelo familiar, de cuatro puertas, espacioso y en el que el lujo, la funcionalidad y la eficiencia se entrelazan.
De esta nueva generación de Cayenne, el Turbo GT es una particular delicia, tanto a los ojos como al volante. Con 650 caballos de fuerza y una velocidad máxima de 189 millas por hora, es imposible no volverle a ver. Además, cómo ignorarlo a la vista de sus distintivos aros de un atrevido color azul Satin Deep Sea.
Para reforzar el legado que Porsche ha construido en estos 75 años, la experiencia incluyó una visita al Revs Institute, en las afueras de Naples. Se trata de una colección privada convertida en museo, propiedad de Miles Collier, empresario cuya familia ha estado ligada por décadas al automovilismo en Estados Unidos. Ahí se conservan unos 100 carros de altísimo valor histórico (todos funcionan) y hay un ala dedicada por entero a Porsche, con algunos de los modelos de la empresa que mayores glorias han cosechado en las pistas de carreras del mundo.
Se lo recomendamos: si usted es un entusiasta de los motores, en su próxima visita a Florida procure hacer tiempo para ir al Revs Institute: la entrada es accesible, está a menos de dos horas de distancia de Miami y los guías son todos jubilados apasionados de los carros quienes están ahí ad honorem, solo por el mero placer de hablar por horas de aquellos chuzos y los hitos de ingeniería y deporte que les hicieron dominar sus épocas.
Tras pasar la noche en Naples, al día siguiente hicimos el camino de regreso a Miami, bajo condiciones climatológicas complejas, con una lluvia inclemente y precaución en la carretera. Y justo de eso también se tratan estos ejercicios, pues los tres modelos de Porsche demostraron ser absolutamente confiables sobre superficie mojada. Sentirse seguro dentro de un carro se impone a cualquier otra consideración.
Así, terminando la experiencia en su sitio de inicio, el grupo se despidió para volver a sus países de origen. No vamos a decir que conducir aquellos Porsche nos cambió la vida (ningún vehículo aspira a tanto) pero sí nos dio una sonrisa que nos dudará por buen rato: no hay manera de sentirse mal detrás de su volante.
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