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Cada día, el Sistema de Emergencias 9-1-1 recibe entre 10.000 y 12.000 llamadas en Costa Rica, pero lo alarmante es que solo cuatro de cada diez son emergencias reales. El resto son errores, bromas o personas que no entienden bien el propósito de este servicio vital.
Este uso incorrecto no solo genera congestión, sino que puede retrasar la atención a quienes realmente están en peligro: “El uso irresponsable del 9-1-1 puede hacer que la línea se sature y retrasar la atención a quienes realmente la necesitan. Queremos que la gente entienda que solo se debe llamar cuando sea absolutamente necesario”, explica David Villalobos, Asistente de Jefatura del Sistema de Emergencias 9-1-1.
Desde el 9-1-1 se está trabajando para concientizar a la población sobre la importancia de dar un uso adecuado al servicio y de utilizarlo solo cuando sea realmente urgente.
“Estamos haciendo un esfuerzo constante para educar a las personas y asegurarnos de que sepan cuándo y cómo usar correctamente el servicio”, agrega Villalobos.
Es el monto de multa por realizar una llamada indebida al 9-1-1. Este puede aumentar en caso de reincidencia
Parte de estos esfuerzos incluyen visitas a centros educativos, donde se les enseña a los niños sobre el tema para que puedan ser más conscientes y responsables desde temprana edad.
Es aquí donde entra en escena el App “Emergencias 9-1-1 CR”, una herramienta clave para optimizar el servicio y, lo más importante, salvar vidas. Aunque lleva solo un año en funcionamiento, ya un 5% de las llamadas que recibe el sistema provienen de la aplicación.
Esta app tiene un gran potencial para mejorar la calidad de la asistencia y hacer que la respuesta sea más rápida, lo que podría marcar la diferencia en situaciones de emergencia. Por ejemplo, una llamada tradicional suele durar unos 2:30 minutos, y la meta es reducir ese tiempo.
“La mayor ventaja de la app es que nos permite recibir la ubicación geolocalizada de la persona que está en emergencia. Esto elimina la necesidad de que la persona tenga que explicar dónde está, lo que acelera enormemente el proceso de respuesta”, señala Villalobos.
Además, la aplicación tiene funciones que ayudan a las personas que, por cualquier razón, no puedan hablar, ya sea porque corren peligro o porque tienen alguna discapacidad auditiva. En esos casos, se puede usar el chat para comunicarse con los operadores.
“Si alguien no puede hablar, como en situaciones de violencia doméstica o peligro, puede enviar un mensaje de texto con los detalles de la emergencia. Esto amplía nuestras opciones de ayuda”, explica.
Se recomienda que las personas descarguen el app con anticipación, en momentos tranquilos, para que no se encuentren en apuros durante una emergencia, donde cada segundo cuenta y probablemente terminarán llamando por el método tradicional.
“Es fundamental tener la app instalada y registrada antes de una emergencia. Si no está lista cuando la necesitamos, no habrá tiempo para configurarla. Solo el hecho de tener la app preconfigurada con los datos y la ubicación habilitada puede marcar la diferencia”, subraya Villalobos.
La implementación de esta app es un paso clave para transformar cómo el 9-1-1 responde a las emergencias en Costa Rica. Con cada descarga, se acerca un futuro donde la ayuda llega más rápido, con mayor precisión y, lo más importante, salva más vidas.
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