Como el preámbulo de una obra de ciencia ficción, máquinas y programas computacionales lentamente están sustituyendo a los humanos en trabajos que tradicionalmente se hacían con esfuerzo, sudor y lágrimas.
Una publicación en el diario La Nación del 14 de abril anterior mostró que cerca de la mitad de los trabajos de Costa Rica podrían automatizarse gracias a la tecnología existente, según datos del Banco Mundial.
De igual forma, informes realizados en el 2017 por la firma investigadora internacional MGI y la consultora en servicios profesionales Deloitte, respectivamente, detallaron cómo la automatización de procesos por diferentes técnicas es un paso inminente en el mundo de los negocios (fenómeno conocido como Business 4.0).
Esto trae como beneficios la disminución de costos productivos, aumentando la capacidad de mediciones de eficiencia y efectividad, y reducción de errores en los procesos.
¿Nos enfrentamos entonces a un escenario apocalíptico donde los humanos se vuelven cada vez más irrelevantes?
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Renato Rímolo, profesor de la carrera de Ingeniería Electrónica del Tecnológico de Costa Rica (TEC), no considera que el avance de la denominada Cuarta Revolución Industrial deba enfocarse de manera negativa.
Para Rímolo, el balance en el aprovechamiento de la tecnología ha sido positivo a lo largo del tiempo para mejorar la calidad de vida de las personas. “Creo que estamos lejos de que la tecnología llegue a sustituir a las personas en muchos aspectos”, confía Rímolo.
“Todas estas tecnologías emergentes están orientadas –en su mayoría– a brindar mejores oportunidades y servicios a las personas y al entorno”, añade.
El profesor del TEC enfatiza que existe un reto para lograr que la influencia que tenga la tecnología en los diferentes sectores de la sociedad sea mayoritariamente positivo.
Para el ingeniero es fundamental reducir la brecha que existe en estos sectores para el acceso y manejo de estas tecnologías. “Este debe ser un asunto prioritario”, indica.
Otro factor decisivo para adaptarse a un entorno laboral donde la automatización de procesos permea casi todas las áreas es la educación. El estudio realizado por la firma MSI en el 2017 sobre automatización, empleo y productividad, recomienda que los trabajadores deben relacionarse de forma más intensa y profunda con la tecnología como parte de sus actividades diarias.
Así podrán tener más tiempo para dedicarse a actividades donde las computadoras y los robots todavía no pueden medirse con las personas.
“Tal y como hoy es aceptado que las personas deben hablar un segundo idioma y manejar computadoras para tener más oportunidades, en un futuro cercano va a ser necesario complementar estos conocimientos con ciencia y tecnología”, añade Rímolo.
“A mi criterio, en los primeros años de escuela, se debe introducir a los niños a programación de algoritmos, manejo de datos y la interacción con tecnologías emergentes”, recalca el ingeniero.
Por David Vargas