París. Ucrania necesita desesperadamente ayuda militar occidental, mientras Rusia, blanco de sanciones, agota sus existencias. Ambos países temen quedarse sin proyectiles, bombas y misiles en el conflicto que les opone.
“Tenemos información de que Rusia se ha puesto en contacto con Corea del Norte para pedirle municiones”, informó recientemente el Pentágono. La petición sería de obuses y cohetes por un monto de millones de dólares.
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Además, Rusia podría tener “dificultades para mantener sus reservas de drones por la escasez de componentes causada por las sanciones”, dijo el ministerio británico de Defensa, que aseguró constatar un menor vuelo de drones rusos. La voluntad de Moscú de comprar estos aparatos a Irán sería una prueba más.
Los gobiernos occidentales y Kiev reiteran que Rusia padece fuertes carencias logísticas, que los bombardeos, especialmente gracias a las armas de Occidente, le hacen mucho daño y que usa armas obsoletas, porque sus reservas se agotan.
Misterio ruso
“Lo que les queda a los rusos es un misterio. Tenían existencias suficientes para su plan inicial, pero que la guerra dure más de lo previsto junto a las destrucciones de reservas por los misiles estadounidenses tierra-tierra Himars cambia todo”, explicó Pierre Grasser.
Este investigador del Sirice, un laboratorio de la universidad de la Sorbona y el centro francés de investigación CNRS sobre las relaciones internacionales en Europa, consideró que “Moscú no tiene muchos aliados para abastecerse y para aliviar sus fábricas”.
“China aún rechaza implicarse más allá del plano diplomático”, agregó. La opción de Corea del Norte “es bastante realista, ya que los cañones rusos usan los mismos obuses”, aunque Pyongyang sólo podría aportar lo “suficiente para reconstituir reservas durante algunas semanas”, precisó.
Aunque las sanciones golpean la industria rusa, “las fábricas de obuses no se ven realmente afectadas: no se trata de alta tecnología, sino de tener un acceso a las materias primas y Moscú lo tiene”, explicó Grasser, precisando que Rusia necesita “tiempo” para producirlos y “dinero”.
“Las posibilidades de agotamiento militar ruso son mucho más altas que las de agotamiento militar ucraniano”, afirmó la semana pasada el experto francés Bruno Tertrais, de la Fondation pour la recherche stratégique (FRS), en un foro sobre seguridad celebrado en Rumanía.
Para combatir a Rusia, los ucranianos no cesan de reclamar armas y municiones a Occidente, pero este apoyo podría alcanzar sus límites. Estados Unidos anunció el jueves más ayuda militar a Kiev por un monto de $675 millones, antes de una nueva reunión de aliados para coordinar su apoyo.
Obuses paquistaníes, iraníes
El Instituto para la Economía Mundial (IFW) reveló a mediados de agosto que las nuevas promesas de ayuda europeas a Ucrania se reducían a “casi cero” y que “ningún gran país como Alemania, Francia o Italia realizó nuevas”.
“Los ucranianos consumieron prácticamente todas sus municiones de calibres exsoviéticos. Para evitar la escasez, Occidente ofreció, entre otros, a Kiev casi 239 piezas en un calibre OTAN, de 135mm, entre ellos los cañones Caesar franceses”, indicó Grasser.
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La lista se completa con más de 492.000 obuses desde abril, cuya utilización asciende a 3.000 diarios desde julio, detalló el experto, para quien “técnicamente, Ucrania puede aguantar hasta inicios del invierno”, si bien hay dudas “sobre la capacidad de la OTAN a suministrar mucho más”.
En las redes sociales, cuentas especializadas en la identificación de armamento revelan que Ucrania dispara obuses paquistaníes o iraníes, lo que da a entender que se activaron varios canales.
Pero, para Andréi Illarionov, exconsejero económico del presidente ruso, Vladimir Putin, y actual experto del centro de reflexión estadounidense Center for Security Policy, la ayuda militar a Ucrania es insuficiente para ganar la guerra.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la relación de fuerzas en el frente basculó en 1943 del lado de los aliados, cuando sus gastos militares empezaron a superar a los de las potencias del Eje, explicó.
Los gastos de Ucrania y sus aliados ascienden a unos $7.000 millones mensuales, mientras que las de Rusia se estiman entre $15.000 y $27.000 millones, cifró Illarionov.
Sin embargo, Grasser, estimó que ambos bandos están en “igualdad”, ya que Ucrania cuenta con menos armas pero “más precisas” y Rusia “tiene el acceso a materias primas vitales para el esfuerzo bélico”.