Madrid. Con semanas “complicadas” por delante después las fiestas navideñas, las regiones en España endurecieron este jueves las restricciones por el aumento de contagios por covid–19.
Sin embargo, el gobierno descartó un nuevo confinamiento domiciliario, en contraste con otros países europeos.
El país enfrenta un recrudecimiento de los contagios luego de las festividades de fin de año y está a punto de pasar la barrera de los dos millones de casos notificados. Los fallecidos superan los 51.000.
La situación sanitaria genera “muchísima preocupación”, afirmó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en conferencia de prensa.
"Vienen semanas complicadas", pese a lo cual "no está en la mente" del gobierno ordenar un nuevo confinamiento domiciliario estricto, indicó Illa, en momentos en que Castilla y León, región en el centro del país, reclama la adopción de esa medida por un periodo corto de tiempo.
A juicio del ministro, las restricciones que se pueden aplicar gracias al estado de alarma en vigor hasta mayo son suficientes para luchar contra la pandemia del nuevo coronavirus.
La estrategia contrasta con la de otros países europeos como Reino Unido, donde Inglaterra y Escocia se reconfinaron, o Francia, donde la población estuvo confinada a finales del año pasado.
Traumatizada por las consecuencias del confinamiento domiciliario entre marzo y junio pasados, uno de los más estrictos del mundo, España ha adoptado una estrategia menos severa desde el fin de la primera ola de la pandemia.
Así, bares, restaurantes y salas de cine o teatro se mantienen abiertos en casi todo el país, aunque con restricciones horarias y de aforo.
De todas maneras, desde comienzos de año, los gobiernos regionales, competentes en materia de salud pública, reforzaron las limitaciones, como adelantar una hora el toque de queda nocturno vigente a nivel nacional, reducir los horarios de bares y restaurantes y retrasar la vuelta a clases.
Por ejemplo, Cataluña (noreste) prohibió desde este jueves el movimiento entre municipios si no es por fuerza mayor.
Asimismo, la región de 7,5 millones de habitantes con capital en Barcelona decretó el cierre de centros comerciales y gimnasios, los bares y restaurantes solo pueden servir desayuno y almuerzo y el fin de semana abrirán únicamente los comercios esenciales como farmacias y supermercados.
Por último, los niños volverán a clase el 11 de enero, para retrasar los más posible su regreso tras las festividades de fin de año.
La mayor parte de las regiones mantiene desde hace semanas cierres perimetrales, limitando las entradas y salidas del territorio sin una razón de peso.
Menos restrictiva, la región de Madrid solo impone cierres perimetrales de algunos barrios más afectados y su toque de queda va de la medianoche a las 6 a. m.
Extremadura (suroeste), con la tasa de incidencia más elevada del país (casi 640 casos por 100.000 habitantes en catorce días), cerró en varias localidades bares, restaurantes y comercios no esenciales por una semana.
En tanto Ibiza, la capital de la fiesta en las islas Baleares, adelantó su toque de queda a las 10 p. m. y los bares y restaurantes solo pueden tener clientes en terrazas.
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Vacunación
España inició la campaña de vacunación el 27 de diciembre, en paralelo a la mayoría de países de la Unión Europea (UE).
Cerca de 140.000 personas recibieron la primera dosis de la vacuna de Pfizer– BioNTech, según cifras oficiales.
“En los próximos siete o diez días”, España recibirá las primeras dosis de la segunda vacuna autorizada en la Unión Europea, la del laboratorio estadounidense Moderna, según dijo el ministro Illa.
En total, el país espera recibir “600.000 dosis” de esta vacuna en las próximas seis semanas.
El objetivo del gobierno del socialista Pedro Sánchez es tener inmunizado al 70% de los 47 millones de españoles para el verano.
Si bien el número de casos confirmados debería superar los dos millones este jueves, la cifra real de contagiados en España es bastante superior.
Según un nuevo estudio presentado por el gobierno a mediados de diciembre, un 10% de los españoles, es decir cerca de 4,7 millones de personas, se infectaron.