Miami. Los equipos de emergencia del centro de Florida trabajaban este domingo para evitar una catástrofe ambiental. Una balsa de aguas residuales amenaza con romperse y verter millones de litros contaminados hacia las casas cercanas y la bahía de Tampa.
Más de 300 casas próximas a una mina abandonada de fosfato y una planta de fertilización del condado de Manatee se encontraban bajo orden de evacuación, mientras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró el sábado el estado de emergencia para liberar fondos y enfrentar la crisis.
“Lo que estamos viendo ahora es de prevenir, y responder si es necesario, a una situación de inundación catastrófica real”, afirmó DeSantis en conferencia de prensa el domingo, tras visitar la zona en helicóptero.
El gobernador explicó que los trabajadores de emergencia, apoyados por la Guardia Nacional de Florida, estaban bombeando unos 33 millones de galones al día (casi 125.000 metros cúbicos) de agua residual de un depósito que padece una creciente filtración en su revestimiento plástico.
“Según los ingenieros del lugar, fue necesaria una descarga controlada para evitar un fallo catastrófico”, indicó DeSantis.
El agua residual “cumple con los niveles de calidad del agua para las aguas marinas”, afirmó, con la excepción de fósforo y nitrógeno.
Las algas marinas crecen muy rápido en esos elementos, y los grupos ambientales temen que una descarga en el océano de miles de miles de litros de estas aguas ricas en nutrientes puedan originar una mortífera “marea roja” o explosión de algas, que acabe con los peces y la vida acuática, además de perjudicar la actividad turística.
El revestimiento plástico de la balsa, que contiene más de un millón de metros cúbicos de aguas residuales procedentes de dragados o de agua de lluvia, comenzó a filtrarse hace varios días.
Un colapso del depósito también podría hacer que el yeso fosforado almacenado cerca de la zona se mezcle con el agua y contamine el ecosistema local.
Esta sustancia, residuo de la producción de fertilizantes, es considerada radioactiva ya que contiene isótopos como el radón, así como metales pesados tóxicos como el arsénico, el plomo y el mercurio.
El grupo de conservación nacional del Centro para la Diversidad Biológica pidió a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos que interviniera.
“Los funcionarios federales tienen que arreglar este desastre que la industria fertilizante ha dejado en las comunidades de Florida y detener de inmediato la producción de yeso fosforado”, afirmó la directora de la organización en Florida, Jaclyn López, en un comunicado.
Historia turbulenta
Las autoridades del Condado de Manatee ordenaron una “evacuación completa” de la zona, incluyendo 316 casas.
Los problemas en Piney Point se remontan, sin embargo, décadas atrás.
La comisionada de agricultura de Florida, Nicole Fried, escribió a DeSantis recordando que la actual emergencia era solo la última de una serie de incidentes.
“Durante más de 50 años, esta operación minera en el centro de Florida causó numerosos desastres de salud humana y ambientales e incidentes”, escribió, añadiendo que ya hubo varios fallos anteriores del revestimiento del depósito.
El administrador interino del condado de Manatee, Scott Hopes, dijo que las autoridades estaban tratando de vaciar permanentemente los depósitos.
“No vamos a reparar el revestimiento, agotaremos el agua de los estanques que queden y avanzaremos en una solución permanente en el futuro, en cuanto mitiguemos el riesgo actual”, afirmó Hopes en la conferencia de prensa.
Esto “incluirá probablemente llenar esos estanques después de que se hayan desprovisto de su contenido y taparlos”.
DeSantis indicó también que la compañía que operaba el sitio, HRK Holdings, debe rendir cuentas por lo ocurrido.
“Esto no es aceptable y no es algo que vayamos a autorizar que continúe”, lanzó.
HRK no respondió inmediatamente a la solicitud de comentarios.