Bernard Arnault, que se convirtió junto a su familia en la primera fortuna mundial por delante de Elon Musk, construyó pacientemente con LVMH un imperio global del lujo por medio de adquisiciones emblemáticas que forjaron su reputación de empresario insaciable.
El francés de 73 años y su familia encabezan, con sus $184.000 millones, el jueves, la Lista Forbes de multimillonarios desde hace varios días por el retroceso de la fortuna de Musk, jefe de Tesla, SpaceX y Twitter.
“Una cualidad primordial en nuestra familia es la paciencia”, confesaba Arnault, en el 2012, en un reportaje de televisión. Diez años más tarde, cuando la facturación anual de LVMH --$64.000 millones de euros ($68.000 millones)-- es más del doble, declara a Radio Classique: “Podemos seguir progresando, pero seamos pacientes”.
LVMH, número uno mundial del lujo, cuenta con más de 75 marcas adquiridas a lo largo de los años, entre ellas Louis Vuitton, Moët Hennnesy, Kenzo, Guerlain, Fendi, Céline, Sephora, Bulgari, Tiffany, etc.
El empresario también invirtió en la prensa francesa (Les Echos, Le Parisien, Radio Classique,...), una controvertida actividad que considera más como un “mecenazgo”, aseguró ante el Senado en enero del 2022.
Durante su audición, Arnault reconoció también haber intervenido para privar de publicidad al diario Libération por una portada que no le había gustado.
El hombre de negocios nacido el 5 de marzo de 1949 en Roubaix (norte) integra la empresa de construcción de su padre con 22 años, tras pasar por la prestigiosa Escuela Politécnica, y le convence de reconvertirse en la promoción inmobiliaria.
En 1981, tras la elección del presidente socialista François Mitterrand, se marcha a Estados Unidos durante tres años. A su regreso, compra la empresa textil Boussac, muy endeudada, con la promesa de mantener los empleos.
Sin embargo, aplica un drástico plan de despidos y solo conserva algunas de las actividades, entre ellas la firma de moda Christian Dior. Tiene entonces 35 años.
"A mi padre le sorprendí cuando fui a verle diciéndole: 'Vamos a reorientar el grupo familiar y vamos a invertir en algo más prometedor, Christian Dior'", explicó recientemente en Radio Classique.
Bernard Arnault acaba de poner la primera piedra de su imperio del lujo.
Para hacerse con LVMH, surgido del acercamiento en 1987 entre el fabricante de maletas Louis Vuitton y el grupo de vinos y espirituosos Moët Hennnesy, se aprovechó de la rivalidad entre ambas familias para tomar el control de la empresa en 1989 tras 17 procedimientos judiciales.
“Es un duro negociador, sin igual, un visionario que sabe rodearse bien y que siempre consigue sus objetivos de una manera o de otra”, resume a la AFP Arnaud Cadart, gestor de carteras en Flornoy.
Pero su trayectoria no está libre de fracasos como cuando su gran rival François Pinault, al frente de PPR (Pinault Printemps Redoute), le robó la marca italiana Gucci en 1999 o cuando intentó en vano hacerse con el fabricante de artículos de cuero Hermès.
No le gusta hablar ni la publicidad. Este verano, cuando se rastrea en redes sociales los recorridos de los jets privados de las celebridades, decide vender el del grupo LVMH. “Ahora nadie puede saber dónde voy, porque alquilo los aviones”, explica a Radio Classique.
“A los empresarios franceses les toca encarnar --a veces de forma totalmente injustificada-- las críticas del momento, ya que la mentalidad desde hace algunos años es un poco antiempresas”, lamentaba en el 2016 en la cadena France 2.
Ese mismo año, el galardonado documental Merci Patron!(¡Gracias, jefe!, en español) del actual diputado de izquierda radical François Ruffin le tenía como blanco de su sátira social.
Su trayectoria está salpicada de polémicas. En el 2021, LVMH pagó 10 millones de euros ($10,6 millones al cambio actual) para evitar ser procesada en una investigación sobre un sistema de espionaje.
Y Arnault renunció en el 2013 a pedir la nacionalidad belga y pidió disculpas por esta criticada gestión, en pleno debate sobre la imposición y el exilio fiscal de los más ricos.
El multimillonario ha sido recibido por los principales dirigentes del mundo, desde los estadounidenses Barack Obama y Donald Trump --quien inauguró un taller Vuitton en Texas--, hasta el ruso Vladimir Putin.
En 2014, el entonces presidente francés François Hollande inauguró la fundación Louis Vuitton --un templo del arte contemporáneo-- y su sucesor, Emmanuel Macron, la Samaritaine, en el 2021, un centro comercial de lujo situado en un edificio histórico de París.
Los cinco hijos de Arnault, casado con una pianista, trabajan para LVMH, pero no piensa jubilarse por el momento. La última asamblea general de LVMH extendió la edad límite para su puesto de director general a 80 años.