El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, espera impulsar la lucha contra el cambio climático con la organización de una cumbre internacional en el Día de la Tierra, pero una pregunta preocupa a los participantes: ¿Se puede seguir confiando en su país?
El Acuerdo de París y el protocolo de Kyoto, los dos mayores pactos internacionales sobre el clima, nacieron de intensos esfuerzos de la diplomacia estadounidense que acabarían siendo rechazados con la llegada de nuevos ocupantes a la Casa Blanca -George W. Bush y Donald Trump-, que los denunciaron como injustos.
Esta vez, sin embargo, los Estados Unidos de Joe Biden apuntan alto. Y tienen prisa.
LEA MÁS: Estados Unidos se compromete a dar prioridad al combate del cambio climático
El mandatario demócrata ha invitado a 40 líderes a participar en esta cumbre que se celebrará virtualmente el 22 y el 23 de abril, en una iniciativa fuera de lo común para un presidente que apenas lleva tres meses en el cargo, aunque la reunión no se celebre de forma física.
"Es un evento que el presidente Biden decidió que quería organizar. No se lo impusieron desde fuera. Podemos por lo tanto esperar que quiera demostrarle al resto del mundo que Estados Unidos puede y va a liderar" la lucha contra el cambio climático, estimó Alice Hill, analista del centro de reflexión Council on Foreign Relations y exconsejera sobre el clima de Barack Obama.
"Claro que planea esa nube sobre toda la cumbre: la cuestión sobre si realmente Estados Unidos está de regreso a largo plazo", añade. "Es sin duda la pregunta que escucho más a menudo: ¿Cómo podemos confiar en Estados Unidos?".
En una entrevista concedida a la AFP, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también se refirió a esas dudas que planean sobre el país vecino. "El compromiso que ha mostrado Estados Unidos después de algunos años lejos del asunto climático es algo que la gente mirará para asegurarse de que sea serio, de que está comprometido", valoró Trudeau.
Muestras de confianza
El impulso político sobre la cuestión climática se ha fortalecido en los últimos tiempos a medida que se han ido haciendo más evidentes las huellas del calentamiento global.
En su primer día en el cargo, Biden devolvió a Estados Unidos al Acuerdo de París de 2015, revirtiendo la decisión de su predecesor, Donald Trump, firme aliado de la industria de los combustibles fósiles y quien solía despreciar las explicaciones científicas sobre el cambio climático.
"El mundo está convencido de que Estados Unidos está de regreso y que va a hacer todo lo posible para recuperar el tiempo perdido de los años de Trump", subraya Alden Meyer, responsable del think tank E3G y observador de las negociaciones sobre el clima.
"¿Podría Trump o alguien como Trump volver en 2024? Es efectivamente una posibilidad y está en la mente de todos", continúa. Pero, según él, la administración Biden parece determinada a "asegurar" la reducción de emisiones, y a liderar al mundo con ello.
Durante su visita a la Casa Blanca el viernes, el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, prometió que su país, el quinto mayor contaminante mundial, fijará nuevos objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones de gas con efecto invernadero antes de 2030.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aliado de Donald Trump, también le prometió a Biden antes de la cumbre que respetará el compromiso previo de su país de acabar con la deforestación ilegal de aquí a 2030, pese a que los defensores del medio ambiente siguen escépticos.
El emisario estadounidense para el clima, John Kerry -quien ya negoció el acuerdo de París de 2015 como secretario de Estado de Obama- mostró también su voluntad de cooperar con los adversarios de Washington sobre los desafíos planetarios, argumentando que lo contrario significaría "matarse".
Por ello, y a pesar de las tensiones entre Washington y Pekín sobre otros muchos temas, Kerry viajó esta semana a China, que es el primer contaminante mundial.
El enviado estadounidense publicó un comunicado común junto a su homólogo chino, Xie Zhenhua, en el que ambas potencias dijeron estar “comprometidas a cooperar” sobre el apremiante problema del cambio climático.
Kerry también discutió brevemente sobre el tema con el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, cuando ambos estuvieron en el mismo hotel en Nueva Delhi, según un responsable estadounidense.
Con esta cumbre internacional, Biden y Kerry buscan igualmente preparar el terreno para la gran conferencia del clima COP26 que se celebrará en noviembre en Glasgow, en Escocia, donde pretenden llegar a acuerdos para establecer planes de acción firmes para 2030, y no solo aspiraciones.