Minsk. Múltiples países de la Unión Europea increparon este domingo al gobierno bielorruso, el cual interceptó un vuelo comercial de la compañía Ryaniar en el que viajaba un periodista, quien fue detenido en un aterrizaje imprevisto en Minsk.
El medio de comunicación Nexta, de la oposición de Bioelorrusia, afirmó que los servicios de seguridad detuvieron a su ex redactor jefe, Roman Protasevich, tras el aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de la capital.
La aeronave en la que viajaba Protasevich salió de Atenas, con rumbo a Vilna, Lituania.
Los líderes de las instituciones de la Unión Europea (UE) urgieron unánimemente a Minsk a permitir que “todos los pasajeros” pudieran continuar su viaje tras esta acción “completamente inaceptable”.
Varios países del bloque, como Alemania, Francia y Lituania denunciaron los hechos, que el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, calificó de “terrorismo de Estado” y para los que pidió “sanciones inmediatas”.
El canciller del Reino Unido, Dominic Raab, también advirtió al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que se expone a “graves consecuencias”.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por su parte, pidió una “investigación internacional” por este “incidente grave y peligroso”, indicó su secretario general, Jens Stoltenberg.
Una periodista de la AFP constató que el ministerio bielorruso de Interior confirmó la detención de Protasevich, de 26 años, por medio de un mensaje en Telegram. Sin embargo, después, la autoridad borró este mensaje.
Según las autoridades bielorrusas, el avión de Ryaniar desvió su trayectoria por una “amenaza de bomba”.
El presidente bielorruso dio personalmente la orden de que un avión de caza MiG-29 interceptara el avión tras esta amenaza, según el servicio de prensa del Gobierno.
Nexta, por su parte, indicó que el aterrizaje de emergencia se produjo por una “pelea” originada por agentes de los servicios de seguridad bielorrusos a bordo, quienes habrían afirmado que había un artefacto explosivo a bordo del avión.
Sin embargo, el aeropuerto de Minsk, citado por la agencia de prensa oficial Belta, afirmó que la amenaza de bomba resultó ser “errónea”, tras un registro del Boeing.
Según las imágenes del sitio web especializado flightradar24, el Boeing fue interceptado justo antes de la frontera con Lituania, país de la UE.
Después, la comisaria europea de Transportes, Adina Valean, aseguró que el avión retomó su trayecto rumbo a Vilna, sin precisar si Protasevich viajaba a bordo.
Gobierno acusa a periodistas de terrorismo
Lukashenko se enfrentó en el 2020 a un histórico movimiento de protestas que reunieron durante varias semanas a decenas de miles de personas en Minsk y otras ciudades de este país, en el que viven unos 9,5 millones de habitantes.
La movilización fue perdiendo fuelle ante las detenciones masivas, la violencia policial que ha dejado al menos cuatro muertos, el continuo acoso judicial y las fuertes condenas a prisión a activistas y periodistas.
En noviembre, los servicios de seguridad bielorrusos (KGB), herederos del período soviético, incluyeron a Protasevich y al fundador de Nexta, Stepan Putilo, en una lista de “individuos implicados en actividades terroristas”.
El actual redactor jefe de Nexta, Tadeusz Giczan, aseguró que agentes del KGB bielorruso estaban a bordo de la aeronave en la que viajaba Protasevich.
"Cuando el avión entró en el espacio aéreo bielorruso, los agentes del KGB originaron una pelea con el personal de Ryanair", asegurando que había una bomba a bordo, según Giczan.
El medio Nexta, fundado en 2015, desempeñó un papel clave en la reciente ola de protestas contra la reelección en 2020 de Lukashenko, en el poder desde 1994, difundiendo consignas y compartiendo fotos y videos de las manifestaciones y de la represión.
Esta ex república soviética es el único país de Europa que aplica la pena capital.
La represión de las autoridades bielorrusas le valieron a Minsk una batería de sanciones occidentales que condujeron a Lukashenko a aproximarse a su homólogo ruso, Vladimir Putin.