Río de Janeiro. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, descartó este miércoles decretar un confinamiento nacional, reclamado por numerosos especialistas ante los niveles críticos de la segunda ola de la pandemia en el país.
“No habrá un confinamiento nacional ni políticas de quédese en casa, cierre de todo”, declaró en un acto oficial en Chapecó el mandatario ultraderechista, que se opone a las medidas de aislamiento social, nacionales, regionales o locales, alegando su impacto económico negativo.
La cuestión volvió con fuerza después que la prestigiosa Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) recomendara el “remedio amargo” del confinamiento para “evitar más muertes”.
“Las medidas de bloqueo (lockdown) constituyen un remedio amargo, pero son absolutamente necesarias en momentos de crisis y colapso del sistema de salud, indicó esa institución, vinculada al Ministerio de Salud, en un Boletín Extraordinario publicado el martes.
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La ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) está en “niveles críticos” en 24 de los 27 estados, según ese informe.
Brasil registró 3.829 fallecidos por covid-19 este miércoles, un día después de batir un récord de 4.195 muertes en apenas 24 horas.
Segundo en el mundo después de Estados Unidos, el país suramericano, de 212 millones de habitantes, supera ya los 340.000 fallecidos. Marzo fue el mes con más muertos en Brasil (66.573) y en los primeros siete días de abril ya se registraron más de 19.000.
‘Muere gente en todos lados’
“Todos somos responsables por lo que ocurre en Brasil. ¿En qué país del mundo no muere gente? Lamentablemente, muere gente en todos lados. Lo que queremos es reducir ese problema”, afirmó Bolsonaro en otra ceremonia oficial en Foz do Iguaçu, horas después.
“No vamos a llorar sobre leche derramada. Estamos pasando todavía por una pandemia que, en parte, es utilizada políticamente no para derrotar al virus, sino para intentar derrocar a un presidente”, añadió.
Mientras los especialistas insisten en la necesidad de acelerar la vacunación (que tropieza con dificultades de abastecimiento de insumos y ha cubierto al 10% de la población con la primera dosis), Bolsonaro criticó lo que considera un “foco excesivo” de la prensa en las vacunas.
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“Estoy seguro de que en breve será presentado al mundo un remedio para curar el covid (...) Tanto foco solamente en la vacuna, que cuesta entre $10 y $20 la unidad. ¿Queremos la vacuna? Sí. Pero también queremos buscar el remedio para la cura y no demonizar medicamentos que los médicos prescriben”, afirmó el mandatario, refiriéndose a remedios sin comprobación científica contra el coronavirus, que ha promovido en muchas ocasiones.
El investigador de la Fiocruz Christovam Barcellos sostiene que Brasil precisa “al mismo tiempo implementar esa medida de confinamiento [recomendada por el Boletín] y ayudar a las personas con apoyo psicológico, dinero, comida” a atravesar la “fase muy difícil” que todavía se avecina.
Durante buena parte del 2020, decenas de millones de brasileños sobrevivieron gracias a partidas mensuales de dinero, que dejaron las finanzas del país muy golpeadas.
Tras suspenderlas durante tres meses, el gobierno retomó en abril las ayudas, aunque redujo su valor y la cantidad de beneficiarios.
Entre tanto, el nivel de desempleo se sitúa en sus máximos históricos, con más de 14 millones de personas en busca de trabajo.