El Salvador. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, adelantó este lunes la posibilidad de continuar con la remoción de funcionarios nombrados por sus antecesores, en medio del reclamo internacional y la aversión de los mercados tras la destitución por el Parlamento de un grupo de magistrados y del fiscal general.
“El pueblo no nos mandó a negociar. Se van. Todos”, escribió este lunes el mandatario en Twitter, sin precisar qué funcionarios siguen en la mira del Congreso, controlado por sus aliados desde este 1.° de mayo.
Aquí nos costó 30 años botar el régimen que nos tenía en la miseria, en la corrupción, en la inseguridad y en la desesperanza.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) May 3, 2021
Negociaban con la vida del pueblo y ordenaban asesinatos desde las instituciones (hay videos de eso).
El pueblo no nos mandó a negociar. Se van. Todos.
Los aliados de Bukele, que controlan 61 de los 85 escaños de la nueva Asamblea Legislativa unicameral, destituyeron, apenas se invistieron en el cargo el sábado, a los cinco magistrados titulares y cuatro suplentes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, la de mayor peso de ese tribunal, y de inmediato se nombró a sus reemplazantes.
También destituyeron al fiscal general, Raúl Melara, cuestionado por tener vínculos con la oposición, y nombraron un sustituto.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, expresó el domingo la “profunda preocupación” de Washington “por la democracia de El Salvador”.
Antes ya habían condenado esa decisión la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mientras organismos humanitarios y miembros de la sociedad civil salvadoreña denunciaban una actitud autoritaria.
A los reclamos se sumó este lunes la Unión Europea (UE). Su portavoz de política exterior, Josep Borrell, aseguró que estas decisiones “atentan contra el estado de derecho” y pidió “salvaguardar la independencia del poder judicial en El Salvador”.
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China interviene
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó “a respetar las disposiciones constitucionales, el Estado de Derecho y la división de poderes, con el fin de preservar el progreso democrático logrado por el pueblo salvadoreño desde la firma del acuerdo de paz” de 1992 )fin de la guerra civil), dijo su portavoz, Stéphane Dujarric.
“Si la oposición gana en Nicaragua, dejarían a la Corte y la Fiscal Sandinista. Si la oposición logra ganar en Honduras, dejarían a la Corte y Fiscal de JOH (Juan Orlando Hernández). Si la oposición gana en Venezuela, dejarían a la Corte y Fiscal del Chavismo. Digo, por aquello del balance de fuerzas”, respondió Bukele.
En tanto, la embajada de China en San Salvador sostuvo que “la salvaguardia de la igualdad soberana y la no interferencia en los asuntos internos de otros países son el principio más importante de la carta de la ONU”, en clara sintonía con lo que exige Bukele a sus críticos.
El apoyo de China llega en momentos en que el gobierno de Bukele, quien reconoce a Pekín, no ha descartado retomar relaciones con Taiwán, considerado por los chinos una provincia rebelde.
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‘Ejercer la soberanía’
La Sala Constitucional, cuya misión es velar por el cumplimiento de la Carta Magna, había contenido varias medidas presidenciales relacionadas con el manejo de la pandemia, la mayoría sobre regímenes de excepción, porque consideró que vulneraban derechos fundamentales de la ciudadanía.
Bukele los había criticado duramente y acusado de no permitirles cuidar de la vida de sus ciudadanos.
Los magistrados destituidos y el fiscal general fueron electos por la anterior legislatura controlada por los partidos tradicionales Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) y la exguerrilla izquierdista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), hoy minoría opositora.
Tanto Arena como el FMLN se alternaron en el poder en El Salvador entre 1989 y 2019.
“Aquí nos costó 30 años botar el régimen que nos tenía en la miseria, en la corrupción, en la inseguridad y en la desesperanza”, subrayó Bukele este lunes.
Su vicepresidente, Félix Ulloa, cuestionó también las críticas internacionales: “para una superpotencia no hay señalamientos, pero para un pequeño país que comienza a ejercer la soberanía de su pueblo y a liberarse de las cadenas con la que las élites, los políticos y funcionarios corruptos lo tenían sometido, le salen al paso hipócritas y mojigatos”.
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Socava negociación con el FMI
Para Rubén Zamora, un exembajador de El Salvador en Estados Unidos, Bukele “está metiendo al país a una crisis tremenda”.
Según reportes financieros, los bonos soberanos de El Salvador que vencen en 2025 cayeron un 6%, mientras los de vencimiento a 2052 se derrumbaron hasta un 10%.
Todo esto ocurre mientras El Salvador negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el financiamiento de al menos $1.300 millones para afrontar la emergencia derivada de la pandemia. La deuda pública del país ronda el 90% del PIB.
Según un reporte del banco de inversión Barclays, difundido por la prensa, la “agenda política (de El Salvador) socava la negociación” con el FMI y su relación con Washington y organismos internacionales.