El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, seguirá comprando bitcoin para las arcas públicas a pesar del desplome de la cotización de la criptomoneda, lo que sorprende a algunos economistas que temen perjuicios para las finanzas del país centroamericano.
El mandatario anunció el jueves que comprará un bitcoin cada día, sin precisar por cuánto tiempo lo hará, justo cuando albergaba un encuentro que congregó a defensores de la criptomoneda, de curso legal en El Salvador. El país carece de moneda propia desde que adoptó el dólar.
"Comprar un bitcoin por día no beneficia absolutamente nada a los salvadoreños y mucho menos a los más pobres", explicó a la AFP el economista independiente Rafael Lemus.
En septiembre de 2021, cuando El Salvador se convirtió en el primer país en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal a la par del dólar, su precio rondaba los 45.000 dólares.
En noviembre de 2021 se empinó a 68.000 dólares, pero en la actualidad se cotiza bajo los 17.000, en medio de la quiebra de la plataforma de intercambios FTX, uno de los gigantes del sector, hace una semana.
Hasta el momento el gobierno de Bukele ha comprado 2.381 bitcoins, destinando 107 millones de dólares de fondos públicos a esas operaciones.
Con el precio actual de esta criptomoneda, el mandatario gastaría medio millón de dólares en un mes, recursos que bien podrían servir "para llevarle soluciones a los más pobres", afirma Lemus.
La adopción del bitcoin ha sido cuestionada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, precisamente por la volatilidad de esta criptomoneda.
Para estimular la "inclusión financiera" en un país donde solo el 30% de la población estaba bancarizada, el gobierno creó la billetera electrónica Chivo y concedió el equivalente a 30 dólares a cada usuario para iniciar transacciones con bitcoin.
Además, Bukele buscó que las remesas que envían al país los salvadoreños en el extranjero, que representan un 27% del PIB, se canalizaran por Chivo.
Sin embargo, el economista independiente Luis Membreño, en un artículo publicado en La Prensa Gráfica, destaca que el propósito de ahorrar 350 millones de dólares en comisiones sobre remesas no se ha logrado, porque el envío de dinero del exterior en criptomoneda "nunca superó el 2%" del total.
Según datos del Banco Central de Reserva, entre enero y setiembre el país recibió solo 95,6 millones, el 1,7% de las remesas, por medio de "billeteras digitales".
Lemus asegura que la "aventura" con el bitcoin ha servido para que El Salvador se haya "divorciado" del FMI, que no comulga con las criptomonedas. Eso, según este economista, genera problemas para obtener financiamiento del organismo.
Las dificultades financieras de El Salvador quedaron en evidencia el martes, cuando la Asamblea Legislativa aprobó un endeudamiento por 436 millones de dólares para cubrir obligaciones del año que está por finalizar.
"El país está en una situación fiscal bastante desordenada, caótica y en una coyuntura (en la) que ha obtenido ingresos extraordinarios y no le alcanzan", advierte el economista.
Bukele "está tratando de ayudar, de echarle un palancazo a todos sus amigos de ese mundo del cripto, a todos los criptoevangelistas que están metidos en dos crisis: la crisis del criptoinvierno y la crisis de la criptoconfianza", afirma Lemus.
El Salvador ha perdido alrededor del 65% de la inversión en bitcoin por el desplome del precio.
Bukele le ha restado importancia a la baja y en junio dijo que la "paciencia es la clave".
En el encuentro de esta semana en El Salvador, la embajadora salvadoreña en Washington, Milena Mayorga, una activa promotora del bitcoin, subrayó que su país ya tiene "44 empresas sobre criptomonedas instaladas".
Por ahora están en suspenso los planes de construir Bitcoin City, una ciudad próxima al Golfo de Fonseca que funcionaría con la energía térmica de un volcán y que debería financiarse en parte con 1.000 millones de dólares en bonos bitcoin.
Los salvadoreños de a pie también tienen dudas sobre la criptomoneda.
Según una encuesta de la jesuita Universidad Centroamericana, realizada en septiembre y publicada en octubre, 75,6% de los salvadoreños prefieren no utilizar la divisa virtual.
"El bitcoin es demasiado inestable para una economía como la de nosotros", pero "yo respeto si a alguien le gusta", dijo a la AFP David Cortez, de 45 años, un vendedor de libros en una céntrica calle de San Salvador.
Cortez explica que nunca ha comprado un bitcoin porque ha seguido "apostando al dólar contante y sonante".
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