Hong Kong. El magnate de la prensa de Hong Kong, Jimmy Lai, fue condenado este viernes a catorce meses de prisión por su implicación en el 2019 en dos de las manifestaciones más grandes a favor de la democracia.
Es la primera vez que Lai, de 73 años y actualmente en detención provisoria tras haber sido detenido por infringir la ley sobre seguridad nacional impuesta por China, es condenado por su activismo.
El activista fue sentenciado a dos condenas distintas este viernes: una de 12 meses de prisión, por haber organizado una importante protesta prodemocracia en agosto del 2019, y otra de 8 meses de cárcel por haber participado en otra manifestación antigubernamental.
Aún así, solo tendrá que pasar 14 meses en prisión, y no 20, porque una parte del periodo de cumplimiento de ambas penas coincide.
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Junto a Lai, otros cuatro acusados también fueron condenados a penas de entre 8 y 18 meses de prisión por organizar y participar en la protesta pacífica del 18 de agosto del 2019, en la que reclamaban que se reforzara la democracia y que la policía rindiera cuentas.
El tribunal ordenó la libertad condicional para otros cuatro acusados, incluyendo al reputado abogado de 82 años Martin Lee, conocido como el “padre de la democracia” en Hong Kong, y a la abogada y exdiputada Margaret Ng, de 73 años.
Los procesados estaban acusados de organizar una de las mayores protestas prodemocráticas registradas ese año, el 18 de agosto del 2019.
Los organizadores informaron entonces de 1,7 millones de manifestantes, es decir, casi uno de cada cuatro hongkoneses, una cifra que no pudo ser verificada de forma independiente.
Eliminación de disidentes pacíficos
La mayoría de estos veteranos de la oposición de Hong Kong, a menudo apóstoles de la no violencia, han pasado décadas haciendo campaña sin éxito por un auténtico sufragio universal.
Muchas de las manifestaciones del 2019 derivaron en enfrentamientos entre los asistentes y los agentes antidisturbios, y representaron un importante desafío para las autoridades desde que la excolonia británica fuera retrocedida por el Reino Unido en 1997.
En respuesta a este movimiento, Pekín impuso una draconiana ley de seguridad nacional en Hong Kong y una represión masiva de la disidencia.
El gobierno chino también adoptó una reforma radical del sistema electoral de Hong Kong que marginará completamente a la oposición.
Yamini Mishra, directora regional de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía, declaró que las condenas muestran la determinación del gobierno de acabar con la disidencia.
“Después de detener a la mayoría de los disidentes más destacados de Hong Kong utilizando la represiva ley de seguridad nacional, las autoridades están eliminando ahora al resto de disidentes pacíficos bajo falsos pretextos relacionados con las protestas del 2019”, afirmó.
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Antes de dictar las sentencias para los nueve acusados, la jueza Amanda Woodcock afirmó que la manifestación había sido “premeditada” para evitar una prohibición policial.
También consideró que el hecho de que fuera pacífica no era una excusa. “La Ley Fundamental garantiza la libertad de reunión y procesión, pero estos derechos no son absolutos y están sujetos a restricciones”, subrayó.
Entre los activistas también había miembros del Partido Laborista o del Frente Civil de Derechos Humanos (FCDH), la coalición que había organizado las mayores protestas del 2019.
Al final de la audiencia, las personas que habían acudido a apoyar a los nueve acusados se pusieron de pie y saludaron mientras se los llevaban. “Los apoyaré hasta el final”, corearon los seguidores.
“No hay ningún derecho tan preciado para los hongkoneses como la libertad de expresión y la libertad de reunión pacífica”, resumió por su parte la abogada Margaret Ng, que se defendió a sí misma, y recibió los aplausos del público presente.