Colonial Pipeline, operador de un inmenso oleoducto víctima de un ciberataque el fin de semana pasado en Estados Unidos, retomó este jueves la entrega de gasolina en la mayoría de sus terminales, y la situación en las estaciones de servicio mejora, pero lentamente.
"Colonial Pipeline hizo progresos sustanciales en la vuelta a operaciones de la red de oleoductos y podemos decir que la entrega de productos comenzó en la mayoría de los mercados que atendemos", indicó la compañía este jueves en un comunicado.
La red de oleoductos de 8.800 km, la mayor de Estados Unidos para productos refinados, sirve a toda la costa este estadounidense a partir de refinerías instaladas en el Golfo de México.
El pánico se apoderó de algunos conductores que hicieron largas filas para cargar combustible en las gasolineras, y la escasez se instaló en algunas ciudades. El abastecimiento normal de las estaciones de gasolina podría tomar "varias semanas", según Patrick De Hann, analista del sitio especializado GasBuddy.
Tras este incidente el precio de la gasolina en estaciones de servicio subió por encima de los 3 dólares el galón (3,8 litros) por primera vez desde 2014, según la asociación automotriz AAA.
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