Montreal. Canadá se vio sacudida este jueves por el hallazgo de cientos de tumbas anónimas en un lugar donde funcionaba un internado para estudiantes indígenas gestionado por la Iglesia católica, menos de un mes después de la aparición de los restos de 215 niños en otro centro similar.
Los líderes de la comunidad y la Federación de Naciones Indígenas Soberanas de Saskatchewan anunciaron en conferencia de prensa que se trata de 751 tumbas cerca del antiguo internado de Marieval, en la provincia de Saskatchewan.
“Hasta ayer, hallamos 751 tumbas sin nombre”, afirmó a la prensa el jefe de la Primera Nación de Cowessess, Cadmus Delorme, quien aclaró que no se trata de “una fosa común”.
Agregó que cada tumba será evaluada en el correr de las próximas semanas para determinar el número final de víctimas cuyos restos se encuentran en el sitio.
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Delorme señaló que las tumbas, halladas a través de mapeos de radar que penetran el suelo, pudieron haber estado marcadas en algún momento, pero que “los representantes de la Iglesia católica quitaron esas lápidas”. Recordó que eso se considera delito en Canadá, por lo que el sitio es tratado “como una escena del crimen”.
La noche del miércoles, la comunidad de Cowessess había dado cuenta del “descubrimiento horroroso e impactante de cientos de tumbas sin marcar” durante excavaciones en torno a esa escuela residencial, ubicada unos 150 km al este de Regina, la capital de Saskatchewan.
El primer ministro, Justin Trudeau, calificó los hallazgos como “un vergonzoso recordatorio del racismo sistémico, la discriminación y la injusticia que los pueblos indígenas han enfrentado y continúan enfrentando” en Canadá, y agregó que el país debía reconocer su historia de racismo para “construir un futuro mejor”.
Unos 150.000 niños nativos, mestizos e inuit fueron reclutados a la fuerza hasta la década de 1990 en 139 de estos internados en todo el país, donde fueron aislados de sus familias, idioma y cultura.
Muchos de ellos fueron sometidos a maltratos y abusos sexuales en estos centros educativos, donde más de 4.000 alumnos hallaron la muerte, según una comisión de investigación que concluyó que Canadá perpetró un auténtico “genocidio cultural”.
El jefe de la Federación de Naciones Indígenas Soberanas, Bobby Cameron, describió el hallazgo como “un crimen contra la humanidad”.
“El único crimen que cometimos cuando éramos niños fue nacer indígenas”, manifestó.
’Trágico pero no sorprendente’
Ese descubrimiento conmocionó a Canadá y reabrió el debate sobre estas odiadas instituciones donde los niños indígenas eran enviados a la fuerza para ser integrados a la cultura dominante.
Asimismo, reavivó los llamados para que el Papa y la Iglesia se disculpen por los abusos y la violencia infligida a los estudiantes. El sumo pontífice se negó a presentar disculpas, generando frustración e ira en las comunidades indígenas canadienses.
En tanto, expertos en derechos humanos de la ONU instaron a Ottawa y al Vaticano a realizar una investigación rápida y completa sobre la gestión de esos internados.
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“Es absolutamente trágico, pero no sorprendente”, tuiteó Perry Bellegarde, jefe de la Asamblea de las Primeras Naciones, que representa a más de 900.000 indígenas en Canadá.
El internado de Marieval, en el este de Saskatchewan, acogió a niños aborígenes entre 1899 y 1997, pero dos años más tarde fue demolido y reemplazado por una escuela diurna.
Consultado por la emisora CBC, Barry Kennedy, un exresidente de la escuela de Marieval, consideró que este nuevo descubrimiento es apenas la punta del iceberg.
“Imagino, sabes, por las historias que nos han contado nuestros amigos y compañeros, que hay varios lugares, por escuela”, explicó.
“Tenía un amigo que fue arrastrado afuera una noche, estaba gritando”, recordó. Nunca lo volvió a ver. “Su nombre era Bryan ... quiero saber dónde está Bryan”.
“Descubrimos la violación (...) los golpes violentos. Nos hicieron descubrir cosas que no eran normales en nuestras familias”, agregó Kennedy.
Tras el hallazgo de los restos de niños en la escuela de Kamloops, se iniciaron excavaciones en varias de estos antiguos internados en todo Canadá, con la ayuda de las autoridades gubernamentales.
Los dirigentes de la comunidades autóctonas aguardan más horrendos descubrimientos en los próximos meses.