El crecimiento en la zona euro superó las expectativas en el segundo trimestre, con una expansión de 0,7% con respecto al periodo precedente, en un momento en que la inflación rompió un nuevo récord en julio, con un alza de los precios de 8,9%, anunció el viernes Eurostat.
Los economistas esperaban una desaceleración tras el crecimiento de 0,5% registrado entre enero y marzo, pero la actividad se mantuvo fuerte gracias a sectores como el turismo que se recuperó tras el levantamiento de las restricciones ligadas a la pandemia, pese a que la guerra en Ucrania atiza un alza de los precios en los 19 países dela eurozona.
Con una progresión del 0,7% con relación al primer trimestre, o +4% con relación al segundo trimestre del año pasado, el producto interior bruto de la zona del euro se comportó mejor que el de Estados Unidos en abril-junio.
En efecto, el PIB estadounidense se contrajo 0,9% en ritmo anualizado, tras un retroceso de 1,6% en el primer trimestre.
Dentro del bloque europeo, la situación es contrastada. El crecimiento fue fuerte en España (1,1%), Italia (1%) y Francia (0,5%). Pero Alemania, la mayor economía europea, se estancó (0%).
La inflación de la eurozona se vio impulsada a un nuevo récord por la guerra en Ucrania y las sanciones occidentales contra Moscú al 8,9% en julio, después de 8,6% en junio.
Este indicador alcanzó un nuevo récord desde noviembre.
Además de la subida de los precios de la energía (combustibles, gas, electricidad), los hogares europeos se enfrentan cada vez más a la subida de los precios de los alimentos.
Entre los componentes de la inflación, la energía siguió registrando el mayor aumento anual, aunque con una desaceleración del 39,7% (frente al 42% en junio).
Los precios de los alimentos (incluido el alcohol y el tabaco) aumentaron 9,8%, después de 8,9% en junio.
Los precios de los bienes industriales y de los servicios aumentaron en julio 4,5% y 3,7%, respectivamente, lo que supone un ligero aumento con respecto al mes anterior.
La inflación más baja se registró en Francia (6,8%) y Malta (6,5%) en julio.
Los países bálticos registraron las tasas más elevadas: 22,7% en Estonia, 21% en Letonia, 20,8% en Lituania.
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