Rabat. Marruecos concibe la crisis generada por la presencia del jefe del Frente Polisario en España como una “prueba para la fiabilidad de la asociación” bilateral, declaró este lunes el Ministerio marroquí de Relaciones Exteriores en un comunicado.
“La crisis no está limitada al asunto de un hombre (...). Se trata, ante todo, de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos entre Marruecos y España. Es una prueba para la fiabilidad de la asociación” bilateral, afirma el texto, publicado la víspera de que comparezca ante la justicia española Brahim Ghali, líder del movimiento independentista saharaui Frente Polisario.
LEA MÁS: Justicia española interrogará al líder saharaui, cuya acogida desató ola migratoria en Ceuta
Ghali, hospitalizado en España desde mediados de abril, debe comparecer por videoconferencia este martes en el marco de dos investigaciones por “torturas” y “genocidio”.
Madrid justificó haber acogido al líder saharaui por "razones humanitarias", pero esta decisión provocó la ira de Rabat, que respondió disminuyendo sus controles fronterizos a mediados de mayo y dejando que miles de migrantes marroquíes pasaran al enclave español de Ceuta.
Por su parte, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consideró este lunes durante una rueda de prensa junto a su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, que “no es admisible” que se abran “las fronteras para que entren 10.000 migrantes en menos de 48 horas en una ciudad española como es Ceuta, por desavenencias y diferencias, discrepancias, en política exterior”.
Sánchez, que reiteró que Marruecos es un aliado "estratégico" para España, subrayó que esta relación debía basarse en el "respeto" y la "confianza".
“Marruecos no puede olvidar que no tiene mayor ni mejor aliado en la Unión Europea (UE) que España”, recalcó.
En su comunicado, el jefe de la diplomacia marroquí subraya que "estas dificultades no deben hacernos olvidar que la solidaridad es a la asociación lo que la fiabilidad es a la buena vecindad", desmintiendo cualquier forma de "chantaje".
Además, la crisis "no puede resolverse solo con la audiencia" del jefe del Polisario, pues Marruecos espera "una aclaración, sin ambigüedades, por parte de España de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones", señala el comunicado.
Rabat lleva varios días reclamando una investigación "transparente" de las condiciones de la llegada del jefe independentista que, según sus servicios, viajó de forma "fraudulenta", con "un pasaporte falso".
El responsable, quien según el Frente Polisario tiene 71 años, deberá comparecer por una denuncia por supuestas “torturas”, presentada por un disidente del movimiento independentista que obtuvo la nacionalidad española.
La justicia española también ha reabierto un caso contra él por supuestos "crímenes contra la humanidad" a raíz de una vieja denuncia depositada por una asociación saharaui, que lo acusa de "violaciones de derechos humanos" contra disidentes de los campos de Tinduf, en el oeste de Argelia.
El Polisario, que cuenta con el apoyo de Argelia, milita por la independencia del Sáhara Occidental, una excolonia española controlada en su mayor parte por Marruecos, que propone una autonomía bajo su soberanía.
Después de 30 años de alto el fuego, ambas partes retomaron las hostilidades en noviembre.