Moscú. El Kremlin consideró este lunes “prematura” la celebración de una cumbre entre los presidentes ruso Vladimir Putin y estadounidense Joe Biden, y echó un jarro de agua fría al anuncio francés de tal reunión para desactivar el riesgo de una invasión rusa a Ucrania.
La presidencia francesa anunció el domingo un acuerdo de principio para la celebración de esta cumbre tras una maratónica gestión diplomática del jefe de Estado francés Emmanuel Macron, quien sostuvo el domingo dos extensas conversaciones telefónicas con Putin, además de diálogos con Biden y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
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Los países occidentales temen que la intensificación de combates en los últimos días en el este de Ucrania con separatistas prorrusos le sirva de pretexto a Moscú, que desplegó 150.000 soldados en la frontera ucraniana, para invadir el país vecino.
"Hay un entendimiento sobre el hecho de tener que continuar el diálogo a nivel de ministros (de Relaciones Exteriores). Hablar de planes concretos de organización de cumbres es prematuro", zanjó este lunes ante la prensa el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
"Una reunión es posible si los jefes de Estado (ruso y estadounidense) la juzgan útil", agregó, precisando que Biden y Putin siempre tienen la posibilidad de hablar "por teléfono o de otra manera" cuando "es necesario".
Está prevista el jueves una reunión de los jefes de la diplomacia rusa y estadounidense, Serguei Lavrov y Antony Blinken.
Respecto a la cumbre ahora considerada "prematura" por Moscú, tanto Estados Unidos como Francia insistieron en el hecho de que solo podría celebrarse si Rusia no invade Ucrania.
Este lunes, en el Este de Ucrania, proseguían los enfrentamientos y, según fuentes de seguridad de Rusia, los incidentes se extendieron a territorio de este país.
"El 21 de febrero a las 9h50 un obús de tipo no identificado disparado desde el territorio de Ucrania destruyó el lugar de servicio de los guardias fronterizos en la región de Rostov, a una distancia de unos 150 kilómetros de la frontera ruso-ucraniana", indicó el FSB (servicios de inteligencia), citado por las agencias de prensa rusas.
Kiev indicó a su vez que se produjeron 14 bombardeos de los rebeldes prorrusos, en los que resultó herido un soldado.
Los separatistas por su lado informaron de la muerte de tres civiles en las últimas 24 horas, así como la explosión de un depósito de municiones en la región de Novoazovsk, acusando de ello a "saboteadores ucranianos".
Estas informaciones no pudieron ser verificadas de manera independiente.
Las autoridades de las dos "repúblicas" prorrusas autoproclamadas del Este de Ucrania ordenaron la movilización de los hombres en estado de combatir y la evacuación de civiles hacia Rusia. Moscú indicó el lunes que 61.000 personas habían sido evacuadas de la zona.
“Nos bombardean, atemorizan a los niños. Sus aviones nos sobrevuelan (...) y hemos visto que las cosas explotaban, se incendiaban”, relató una de las evacuadas, Liudmila Kliuiko, de 56 años, a su llegada a Taganrog en Rusia.
El Kremlin reiteró el lunes que la "situación es extremadamente tensa" en el frente oriental ucraniano, y expresó su "preocupación"
Los separatistas prorrusos que se alzaron contra Kiev sostienen un conflicto en el Este del país que ha dejado más de 14.000 muertos desde 2014, tras la anexión por Rusia de la Crimea ucraniana.
Moscú niega tener ahora planes de invadir Ucrania, pero reclama garantías de que esa exrepública soviética no se unirá nunca a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el fin de la expansión de esa alianza a sus fronteras. Sus demandas han sido rechazadas hasta ahora por Occidente.
Los países occidentales han amenazado con devastadoras sanciones económicas en caso de ofensiva contra Ucrania.
Vladimir Putin prevé presidir este lunes a media jornada una reunión de su Consejo de seguridad, poderoso organismo que agrupa a los principales dirigentes del ejército y de los servicios de inteligencia.