París. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, consideró el miércoles “inaceptable” el “caos” provocado por la ola de manifestaciones a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini, que fue detenida por la Policía de la moral.
La represión de este movimiento de protesta deja decenas de muertos desde mediados de setiembre y causó indignación en el extranjero, donde abundan los llamados a la moderación.
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Después de que la policía iraní avisara de que actuará “con todas sus fuerzas” contra los manifestantes, el presidente iraní indicó que hay que diferenciar entre “manifestaciones” y “disturbios”, y advirtió que “quienes participaron en los disturbios deben ser tratados con firmeza”.
“La seguridad de la gente es la línea roja [...] y nadie está autorizado a infringir la ley y sembrar el caos”, recalcó Ebrahim Raisi en declaraciones a la televisión pública. Asimismo, el presidente prometió “transparencia” en el caso de la joven fallecida y dijo que “pronto” se divulgará un informe sobre las causas de su deceso.
Por duodécima jornada consecutiva, los iraníes protestaron la noche del martes por la muerte de la joven de 22 años, arrestada en Teherán supuestamente vulnerar el estricto código vestimentario -que incluye cubrirse el cabello en público- impuesto a las mujeres por la República islámica.
Las autoridades iraníes niegan cualquier implicación en la muerte de Mahsa Amini, originaria del Kurdistán iraní, y avisaron que actuarán con firmeza contra los manifestantes. Pero la familia afirmó lo contrario y presentó una denuncia contra los “autores de su arresto”, indicó su abogado, citado el miércoles por la agencia de prensa Isna.
‘Violento golpe en la cabeza’
“Hemos pedido al jefe de la fiscalía y al juez de instrucción que investiguen en detalle la forma en que se desarrolló la detención hasta el traslado de Mahsa al hospital”, donde la joven murió el 16 de setiembre, tres días después de ser arrestada, explicó el abogado de los padres de la joven, Saleh Nikbakht.
Según Erfan Salih Mortezaee, primo de la joven entrevistado por la AFP, Mahsa murió tras un “violento golpe en la cabeza” recibido por la policía el día de su detención.
El último balance ofrecido el martes por la agencia de prensa Fars, daba parte de 60 muertos en las manifestaciones desde el 16 de setiembre. La policía informó de 10 agentes muertos, sin precisar si estos figuran entre los 60 fallecidos.
La Organización No Gubernamental (ONG) Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo, informó el lunes de “al menos 76 muertos”.
La policía advirtió el miércoles que se opondría “con todas sus fuerzas a las conspiraciones de los contrarrevolucionarios y a los elementos hostiles, y actuarán con firmeza contra los que alteren el orden público”.
Según grupos defensores de los derechos humanos, la policía disparó en los últimos días a los manifestantes con balas reales.
Bombardeos en el Kurdistán iraquí
Las autoridades iraníes denunciaron estas manifestaciones como actos de “grupos separatistas” y el fruto de “complots extranjeros”, y señalaron a Estados Unidos, su gran enemigo.
Este miércoles, Irán bombardeó en el Kurdistán iraquí a grupos armados de la oposición kurda iraní, causando al menos nueve muertos y unos 30 heridos, según las autoridades locales. Bagdad convocó al embajador de Irán para transmitirle su protesta.
España también convocó al embajador de Irán en Madrid, “para expresar su protesta por la represión de las manifestaciones y vulnerar los derechos de las mujeres”, indicó a la AFP una fuente diplomática.
Horas antes, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, instó a Irán a tener la “máxima moderación” frente a las protestas que sacuden el país.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Hosein Amir-Abdollahian, dijo recientemente a diplomáticos occidentales que las protestas no suponían “un gran problema” para la estabilidad de la República Islámica. “No habrá ningún cambio de régimen en Irán”, añadió en la National Public Radio, en Nueva York.
1.200 detenidos
Hasta el momento, las autoridades informaron de la detención de 1.200 manifestantes desde el 16 de setiembre. Según ONGs, también fueron arrestados militantes, abogados y periodistas.
En los últimos días, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, pidió a las fuerzas del orden actuar “firmemente contra quienes atentan contra la seguridad del país y del pueblo” y el jefe del poder judicial, Gholamhossein Mohseni Ejei, excluyó cualquier “indulgencia” contra los instigadores de los “disturbios”.
Para limitar las protestas, las autoridades bloquearon el acceso a Instagram y Whatsapp en el país, que también experimenta perturbaciones en la conexión a internet.